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EL PAPEL PROTAGÓNICO Y LA APORTACIÓN DE LA MUJER EN LA CRISTIANDAD DE LA EDAD MEDIA


Enviado por   •  22 de Junio de 2021  •  Apuntes  •  3.560 Palabras (15 Páginas)  •  118 Visitas

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UNIVERSIDAD CATÓLICA LUMEN GENTIUM

ESCUELA DE TEOLOGÍA SEMIPRESENCIAL

Materia: Historia de la Iglesia en la Edad Media              Profesor Lic. Guillermo Hernández

Presenta: Ana Guadalupe Martinez Esqueda

Grado 2do semestre

Guadalajara, Jalisco 30 de abril de 2021 [pic 1]

EL PAPEL PROTAGÓNICO Y LA APORTACIÓN DE LA MUJER

EN LA CRISTIANDAD DE LA EDAD MEDIA

        

I – INTRODUCCIÓN

Hablar sobre el rol de la mujer y su aportación en la sociedad y el ámbito eclesial durante el medioevo es un tema histórico muy complicado; un tema que ha dado pie a interpretaciones diversas y acerca del cual los investigadores llegan a conclusiones que frecuentemente, se nos presentan opuestas. Por un lado, se encuentran textos que aseguran una postura misógina de la iglesia en ese tiempo, otros que con una visión feminista condenan la sumisión de la mujer y plantean una especie de “esclavitud” que se vivió en el medievo, en donde la mujer estaba por debajo del hombre.  En contra parte, cada vez hay más estudios serios que narran acontecimientos históricos reales en donde podemos ver la aportación de la mujer desde el hogar en el día a día, las ciencias, la cultura y la iglesia, tratando de profundizar en las verdaderas experiencias vividas. Desde mi punto de vista, este es un mundo por descubrir, en la historia existe mucho que no quedo escrito y que sin duda completaría una visión más integral de la aportación no solo de la mujer, sino también del hombre. Porque en la edad media, era marcada la vida en función de las clases sociales, de manera que si una mujer no podía acceder a la educación, tampoco podía hacerlo un pobre o un campesino, por mencionar un ejemplo.

        

En el presente ensayo pretendo mostrar mediante algunos ejemplos y “pinceladas” de la historia la importancia que la mujer tuvo en la edad media, y principalmente en la vida de la iglesia. Buscando dar a conocer una visión más real en función de la vida misma, y tratando de quitar aquellos criterios que minimizan el valor de una pequeña acción o de una mujer que puede transformar con su vida la historia de muchos, es decir, si bien es cierto que no muchas mujeres accedieron a la educación, a las ciencias, a la vida de la iglesia, etc., lo que si es cierto, es que las pocas que lo hicieron lograron dejar huella, muchas de ellas hasta la actualidad.

II – DESARROLLO

        He dividido en ensayo en seis partes, con el fin de ir dando pequeños pasos hasta llegar al punto culmen del objetivo planeado.

En la primera vamos a dejar clara la imagen que se tenía de la mujer en la sociedad medieval y cómo influían las clases sociales, la segunda tratará de la educación de la mujer en el medievo, en la tercera, cuarta y quinta parte revisaremos la aportación de la mujer en la vida publica y social, la cultura y la ciencia, la iglesia y la vida de fe respectivamente, y finalizaremos en la sexta parte, con el ejemplo particular de tres mujeres que lograron impactar en la edad media y lo siguen haciendo hasta el día de hoy.

  1. La imagen de mujer en la sociedad medieval y clases sociales

Las fuentes principales de las cuales surgió la imagen medieval de la mujer fueron las expresiones de los monjes, los clérigos, los miembros de la Alta Aristocracia y la Burguesía emergente, de tal forma que se generó una imagen ambigua de la mujer: como si fuera inferior al varón, en donde a veces toma las características de “Eva” y otras veces las de “María”. En algunas ocasiones es vista como “fruto prohibido” y fuente de tentación, en otras es objeto de un amor caballeresco tierno, valeroso y devoto.[1] 

En la vida real, la mujer no fue inferior, la mujer en la edad media de acuerdo con su clase social tenía acceso a diferentes trabajos que a su vez le permitían gozar de responsabilidades, libertades y actividades de la vida social. En la clase alta se encontraban las damas – aristócratas, en la clase media o baja encontrábamos a las trabajadoras y campesinas, y dentro de las dos clases en una sección muy peculiar a las monjas, como la forma más común de vida consagrada para las mujeres de aquella época.

La Dama, gozaba de una relativa libertad; muchas de ellas fueron terratenientes, ejerciendo un peso determinante en la economía y en la sociedad del período típicamente feudal, usufructuando derechos idénticos a los de los varones. Las mujeres de la aristocracia medieval gozaban de gran importancia también en el ejercicio de su papel de madre y esposa, durante la ausencia de su marido, cuando partían para la guerra, los señores feudales dejaban a sus esposas como administradoras de las posesiones familiares, lo cual suponía que la Dama fuese capaz de poseer y ejercer amplios y a veces complejos conocimientos jurídicos y administrativos.

La Mujer trabajadora y la Campesina jugaban un papel análogo al de los hombres de su estamento social: debían ofrecerse para ser contratadas, trabajar para subsistir, ayudar a redondear la economía doméstica y, si eran casadas, normalmente compartían las mismas tareas que sus maridos, en caso de que su marido muriera ellas eran las que heredaban el oficio.

Las Monjas que se retiraban a vivir en un convento, se dedicaban a la formación, pues los conventos fueron centros formativos de gran importancia en los que descollaron mujeres de altísimo nivel cultural.

Con lo anterior mencionado podemos entonces comprobar que toda mujer, de acuerdo con su clase social, era tan importante como el varón, aportaba desde su ser y quehacer a la construcción de las sociedad e iglesia medieval.

  1. La educación de la mujer en el medievo

La educación principal que recibían las mujeres estaba basada principalmente en las virtudes, la fe y las labores del hogar o los trabajos comunes. Respecto a la fe, estudiaban principalmente la Sagradas Escrituras, pero solo las monjas sabían leerlas, por lo general.

Eran instruidas mediante la transmisión de obras literarias como los "Evangelios de las Ruecas", adecuados a las tareas textiles que ejercían muchas de ellas.  

Respecto a lo que hoy llamaríamos “centros educativos” debemos decir que en el Medioevo las mujeres podían recibir instrucción (literaria o práctica) básicamente en cuatro tipos de “escuelas”: en los conventos, en las casas señoriales –poniéndose al servicio de las grandes damas–, trabajando como aprendizas en algún oficio y en las escuelas elementales, a las cuales tenían acceso incluso las niñas de las clases más pobres. [2] 

En la sociedad altomedieval las monjas fueron las únicas mujeres intelectuales, con capacidad de acceso a la cultura. La intelectualidad femenina de los conventos altomedievales mantuvo su capacidad de aprendizaje hasta que a finales del siglo XII comenzaron a fundarse escuelas y universidades, que al estar vedadas las mujeres las apartaron del mundo público de la cultura y las ciencias. [3]

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