ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Fundamentalismo O Fundamentalismo Religioso


Enviado por   •  15 de Mayo de 2015  •  1.430 Palabras (6 Páginas)  •  217 Visitas

Página 1 de 6

¿Fundamentalismo o fundamentalismo religioso?

La primera es si acaso los ataques deben ser vinculados de alguna forma a la religión y al islam en particular. Esto es distinto a preguntarse si los asesinos representaban al mundo musulmán. No conozco a nadie que se haya hecho seriamente esa pregunta. Tampoco conozco a nadie que con un mínimo de criterio sostenga que los musulmanes son esencialmente violentos o que todo aquél que abraza el Corán se vuelve fundamentalista. El llamado a “no generalizar” me parece tan bobo como innecesario. La pregunta que me interesa es más precisa y acotada: ¿tuvo que ver, en alguna dimensión relevante y no meramente anecdótica, la religión de los pistoleros con el atentado?

Muchos analistas creen que no. Dicen que el fenómeno extremista debe ser abordado con independencia de cualquier ideología política y religiosa, como si fuese un mal que se explica por sí mismo. Otros apuntan al cliché: todo fundamentalismo es malo. El apellido “islámico” no sería entonces determinante para la intolerancia. Algunos buscan explicaciones sociológicas en la construcción identitaria de los victimarios: el problema estaría en la historia de injusticia colonial, o eventualmente en una cuestión de clase –como sugirió Pepe Mujica–. Están, finalmente, los que ponen las manos al fuego por la religión como categoría –“todas las religiones predican la bondad y cualquiera que haga el mal en su nombre no es verdaderamente religioso”– o bien como especie –“el islam es una religión de paz; los criminales de París son falsos musulmanes” (que fue la declaración de la familia del policía –musulmán– que cayó en la balacera).

Todas estas respuestas me parecen miopes o insuficientes. Partamos por lo básico: el móvil de los individuos que “ajusticiaron” a los dibujantes era reivindicar el honor de Mahoma. Así lo señalaron expresamente, y así ha quedado documentado en los videos que dejaron tras su inmolación. Charlie Hebdo fue el blanco de una operación que no buscaba derrocar a la oligarquía ni vengar las heridas del colonialismo francés en el Magreb. Por el contrario, fue el trágico capítulo final de una teleserie de amenazas de muerte contra publicaciones y comedias –desde Dinamarca a los estudios de South Park– por atreverse a representar gráficamente al profeta. Es la misma intolerancia que fundamentó la fatwa del ayatola Jomeini contra el escritor Salman Rushdie en 1989 por Los versos satánicos o la que acabó con la vida del cineasta Theo van Gogh en 2004 por el cortometraje Sumisión. Todos estos casos exhiben un patrón: la supuesta defensa de la dignidad de ciertos símbolos sacros para una confesión religiosa determinada.

Porque Charlie Hebdo se reía por igual de la dinastía Le Pen, de Pinochet o del judaísmo ortodoxo, pero ninguno de ellos intentó volar el edificio. ¿Todo fundamentalismo es malo? Probablemente, pero el fundamentalismo por la filatelia o por Star Wars todavía no mata a nadie. Es el apellido del fundamentalismo el que importa.

El influyente Tariq Ramadan ha argumentado que los terroristas han “secuestrado” al islam. Quizás ninguno de ellos entiende el verdadero sentido de las enseñanzas del Corán. Pero es el islam una religión rica en diversas interpretaciones, y no parece intelectualmente honesto descartar justo aquéllas que no calzan con lo que quisiéramos que fuera. Las religiones no están compuestas por sus dogmas formales, sino también por sus prácticas vivas. Por lo demás, los yihadistas nunca han tenido problemas para encontrar sustento textual para sus fechorías. Los militantes de Al Qaeda, Isis o Boko Haram viven persuadidos de estar cumpliendo una obligación religiosa. Por ello se creen poseedores de la habilitación moral para llevar adelante una empresa teocrática global. Que la mayoría de sus víctimas sean musulmanas no es contradictorio, pues para los fundamentalistas hay distintos grados de herejía: infiel era Malala Yousafzai a los ojos del talibán pakistaní que le disparó tres veces a quemarropa por escribir a favor de la educación de las mujeres.

Creo, en resumen, que la conexión entre los atentados y una lectura totalitaria de la fe islámica –que es tan “religiosa” como la moderada– es indesmentible. Temo que muchos analistas prefieren bypassear esta relación por corrección política, para no seguir hundiendo el dedo en la llaga de los musulmanes decentes que deben enfrentar reacciones injustamente hostiles, o bien para no alimentar el juego de políticos oportunistas –especialmente de la extrema derecha europea– que aprovechan

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (9.1 Kb)  
Leer 5 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com