Historia Del Mito
LetyN5 de Febrero de 2013
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El período paleolítico: la mitología de los cazadores
• Fue una época de miedo y apremios
• Aquellos hombres primitivos todavía no habían desarrollado la agricultura.
• no podían registrar sus mitos por escrito
• El mundo espiritual es una realidad tan inmediata y cautivadora que los pueblos aborígenes creen que en otro tiempo era más accesible para los seres humanos.
• El propósito primordial de los mitos consistía en mostrar a la gente cómo podía regresar a ese mundo arquetípico, no sólo en momentos de éxtasis e iluminación, sino también en el desempeño de sus responsabilidades cotidianas.
• Todo cuanto veían o experimentaban tenía un claro equivalente en el mundo divino.
• Cualquier cosa, por modesta que fuera, podía encarnar lo sagrado.
• Todo cuanto hacían era un sacramento que los ponía en contacto con los dioses.
• Hasta los actos más corrientes eran ceremonias que permitían a los mortales participar en el mundo eterno de lo «continuo».
• Las primeras mitologías enseñaban a ver, a través del mundo tangible, una realidad que parecía encarnar algo más.
• El cielo fue el elemento que dio al género humano su primera noción de lo divino.
• Si un mito no permite a la gente participar de algún modo en lo sagrado, se convierte en algo remoto y desaparece de su conciencia.
• Los expertos creen que los primeros mitos de ascensión se remontan al período paleolítico, vinculados al chamán, jefe religioso de las sociedades de cazadores.
• El ascenso espiritual no implica un viaje físico, sino un éxtasis durante el cual el alma abandona el cuerpo.
• La mitología del Paleolítico también parece haberse caracterizado por un gran respeto por los animales que los hombres se veían obligados a matar. Los humanos estaban poco preparados para la caza, porque eran más débiles y más pequeños que la mayoría de sus presas, y tenían que compensar esa desventaja desarrollando nuevas armas y técnicas. El hombre siguió sintiéndose incómodo con la matanza y el consumo de animales hasta mucho después del Paleolítico. Uno de los elementos centrales de todos los sistemas religiosos de la antigüedad era el ritual del sacrificio animal, que preservaba las viejas ceremonias de caza y honraba a las bestias que ofrecían su vida por el bien de los seres humanos.
• El logos → a diferencia del mito, el logos debe corresponderse con exactitud a los hechos objetivos. Es la actividad mental que utilizamos cuando queremos hacer que pasen cosas en el mundo externo: cuando organizamos la sociedad o desarrollamos cierta tecnología. A diferencia del mito, es fundamentalmente pragmático. Mientras que el mito mira hacia atrás y busca en el mundo imaginario del arquetipo sagrado o en un paraíso perdido, el logos mira hacia delante, en un constante intento de descubrir algo nuevo, de perfeccionar antiguos conceptos, crear inventos asombrosos y lograr un mayor control del entorno.
• Los seres humanos tenían una visión trágica.
• Anhelaban alcanzar el cielo, pero sabían que sólo podrían conseguirlo si hacían frente a su mortalidad.
• La mitología y sus correspondientes rituales ayudaban a los habitantes del Paleolítico a pasar de una etapa a otra de la vida, de modo que cuando al final llegaba la muerte se la consideraba la última y definitiva transición hacia otra forma de existencia totalmente desconocida.
El período neolítico: la mitología de los agricultores
• La caza dejó de ser su principal fuente de sustento, porque habían descubierto que la tierra era una fuente aparentemente inagotable de alimentos.
• La agricultura era producto del logos.
• Así como en el Paleolítico la caza había tenido rango de actividad sagrada, en el Neolítico la agricultura también se consideró una actividad sacramental.
• Las primeras semillas se «lanzaban» a modo de ofrenda, y los primeros frutos de la cosecha no se recogían, con objeto de reciclar esas energías sagradas.
• Lo sagrado podía encontrarse en la tierra y sus frutos.
• Los dioses, los seres humanos, los animales y las plantas compartían la misma naturaleza; por tanto, podían vigorizarse y reponerse unos a otros.
• La revolución neolítica había hecho que el género humano tomara conciencia de una energía creadora que invadía todo el cosmos.
• Los nuevos mitos neolíticos siguieron obligando a la gente a afrontar la realidad de la muerte.
• En la mitología primitiva, la agricultura está impregnada de violencia y la comida sólo se consigue mediante una constante guerra contra las fuerzas sagradas de la muerte y la destrucción.
• La semilla tenía que penetrar en la tierra y morir para dar su fruto, y su muerte era dolorosa y traumática. Las herramientas de labranza parecían armas, había que moler el maíz hasta convertirlo en polvo, y había que pisotear las uvas hasta hacer con ellas una papilla que después se convertiría en vino.
• Ceremonias de iniciación en los infiernos, una experiencia de muerte que conduce a una nueva vida.
• Deméter es la diosa de los cereales, protectora de las cosechas y la fertilidad de la tierra. Cuando Hades, el señor del mundo subterráneo, secuestró a Perséfone, Deméter se marchó del monte Olimpo y, desconsolada, recorrió el mundo. Furiosa, detuvo la germinación de los cultivos, amenazando con matar de hambre al género humano a menos que le devolvieran a su hija Perséfone. Alarmado, Zeus envió a Kermes, el mensajero de los dioses, a rescatarla, pero desgraciadamente Perséfone había comido unas semillas de granada durante su estancia en el infierno, y por lo tanto estaba obligada a pasar cuatro meses del año con Hades, que ahora era su marido. Cuando se reunió con su madre, Deméter levantó el castigo y la tierra recuperó la fertilidad. Esta narración no es una sencilla alegoría de la naturaleza. Es un mito sobre la muerte.
• También en el Neolítico, los mitos y los rituales de tránsito ayudaban a la gente a aceptar su mortalidad, a pasar a la siguiente etapa, y a tener valor para cambiar y crecer.
Investigación extra:
• La pintura es una intensa fuente de información, tantos como los enterramientos, para tratar de reconstruir las ideas religiosas de aquellos remotos tiempos. El arte y la religión han estado estrechamente ligados a través de toda la historia. Sin el arte, las ideas religiosas habrían carecido de grandiosidad, brillantez y una conmovedora potencia, un medio imprescindible para acoger, enseñar y dirigir a los fieles.
• Es notable comprobar que esta conexión empezó en el Paleolítico, que las cavernas pintadas (salvando las enormes distancias), son las precursoras de los templos esplendorosamente decorados.
• Cuando se hallaron las primeras pinturas rupestres, se les atribuyó un origen puramente estético. Los animales que se ven en las cavernas serían producto refinado del ocio del hombre paleolítico. Pero si esta familiaridad con los animales es cierta, es falso suponer que estos hombres gozaron de tiempo libre, para entregarse a actividades de orden cultural, al goce del arte por el arte mismo, dado que supone un excedente de tiempo y actividad, solo dado por una vida fácil, basada en una alimentación asegurada. Pero ésto no era así, la vida del hombre prehistórico era dura y hostil. Un descuido, una cacería infructuosa, una epidemia de los animales o un desplazamiento de los rebaños salvajes, podía producir el perecimiento de tribus enteras.
• Las obras creadas con fines estéticos deberían representarse en lugares donde puedan contemplarse fácilmente. Pero en las cavernas prehistóricas ocurre lo contrario. Estas poseen incomodidad física, peligros y tensión que implica acceder a esas representaciones. Estas pinturas se produjeron con una falta casi total de luz, (lámpara en piedra y alimentada con grasa animal).
• Las pinturas neolíticas, las ejecutadas en las Edades del Bronce y del Hierro, están a la luz del día, en espacios poco profundos. En cambio, las paleolíticas, jamás vieron la luz del sol.
• En el Paleolítico Superior, se hallaron las primeras muestras de esculturas.
• La apariencia individual de las estatuillas sugiere que son figuras de fecundidad, hechas para enriquecer o asegurar abundancia de alguna forma.
• La potencia erótica de estos fetiches arrebata a todos los seres, asegura la continuidad de la existencia de los muertos en el más allá, multiplica las especies animales de las que entonces dependía el hombre de forma absoluta.
• Lo más frecuente en el Neolítico, respecto a las atenciones al cadáver son: enterrarlo (inhumación) o quemarlo (incineración), y ésta elección no es azarosa , sino que tiene ciertas implicancias.
• La inhumación significa devolver el cuerpo a la Tierra, a la Gran Diosa Madre, que dispensa la vida, la muerte y la resurrección. La incineración se relacionaba con las virtudes purificadoras del fuego, o con el deseo de facilitar al espirítu el paso a otro mundo convertido en fluidos invisibles (los gases y vapores de la combustión).
• En el Neolítico se desarrolló una arquitectura elemental, chozas de madera, barro, con fondos de piedra, que en la Edad de Bronce ya pueden considerarse como los primeros edificios. También para el culto se construían "edificios" especiales. Estos son los sepulcros megalíticos, cámaras rectangulares de proporciones diversas, precedidas por un corredor, otras con cámaras circulares, cubiertas de tierra.
• Se
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