LA MUERTE, EL VERDADERO INICIO

LA MUERTE, EL VERDADERO INICIO

Juan José Muro Brenís

Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo

¿La vida después de la muerte? Es una pregunta que todos los hombres se plantean en un momento dado de su vida. Algunos responden de manera negativa: "No hay nada", o bien "es el vacío y después nada más". Sin embargo, al final de su vida, después de haber vivido como si no hubiera nada, empiezan a pensar que "quizá haya algo".

Los cristianos somos los primeros que afirmamos que existe una vida después de la muerte. Todas las culturas en las que se enterraba a la persona con lo necesario para vivir, comer, cazar, defenderse en el "más allá", percibían que el hombre no está hecho para morir. Dando al difunto ofrendas propiciatorias para las autoridades (o dioses) del lugar de los muertos, se pensaba también que había una justicia, una recompensa, diferentes destinos posibles en la otra vida. Para los griegos, "la barca de Charon", en la que se atravesaba el río que daba acceso al lugar de los muertos, marcaba de un modo simbólico el gran paso hacia los "Campos Elíseos", símbolo de otra vida. En cuanto a los filósofos griegos, como Platón, no solamente pensaban en "una vida después de la muerte", sino que tenían también el concepto de una "vida antes de la vida". En ese marco, la vida terrena y corporal era una desgracia, y la muerte liberaba el alma del peso del cuerpo.

Pero, ¿desde cuándo surge esta pregunta que inquieta en el pensar del hombre? El Dr. Eben (2013) quién hizo una investigación sobre los orígenes de esta pregunta, nos afirma que:

“En los libros que más recientemente he investigado del antiguo testamento ya presentan estas concepciones como una conquista. Se puede consultar, por ejemplo, el capítulo 5 del libro de la Sabiduría, que afirma ‘Los justos viven para siempre (5,15)’. La creencia en la resurrección aparece por primera vez en el Antiguo Testamento en el capítulo 7 del segundo libro de los Macabeos, donde uno de los hermanos Macabeos dice: ‘Tú, criminal, nos quitas la vida presente; pero el rey del mundo nos dará después una vida eterna a los que morimos por sus leyes’.(2 Mac 7,9)” (p.97).

Ciertamente, tendríamos que hacernos otra interrogante para poder entender cuál es la materia sustancial en la que me baso para afirmar que hay vida después de la muerte, pues sin lugar a dudas dicha materia es el alma , Voltaire (1764) afirma:

“Sabemos con certidumbre que existimos, que sentimos y que pensamos. Deseamos ir más allá y caemos en un abismo de tinieblas. Sumergidos en ese abismo, todavía se apodera de nosotros la loca temeridad de disputar si el alma, de la que no se tiene la menor idea, se creó antes que nosotros o al mismo tiempo que nosotros, y si es perecedera o inmortal. Yo puedo afirmar que el alma empieza su existencia al momento de la concepción del ser humano, es desde el primer sublime momento en el que una vida empieza, cuando el alma existe y empieza su labor como tal, y en ella está la razón de ser de la vida terrena, la cual sirve de preparación para un nuevo camino” (Citado en DFC.com, 2007, p.52).

Hay un dato interesante si querríamos responder a la interrogante si hay vida después de la muerte antes del siglo XIII, al ser la iglesia católica la más grande influencia en el accionar espiritual de las personas , se creía que el alma viene al cuerpo después de unos días de su fecundación, como lo afirmaba Santo Tomás de Aquino(1917):

“Es pues el feto, el ser que tiene animación retardada o mediata, por la que no se considera persona humana al no nacido, hasta días después de la fecundación”. La fundamentación de esta teoría, es de origen filosófico: “en esas etapas del desarrollo se carece de apariencia humana, y el alma humana no puede informar un cuerpo que no sea humano...pero no es cuestión permisible de atentar contra ese ser no nacido, ya que si bien no se considera, en los

primeros días de la concepción, como una persona humana, sí hay en él su potencia más próxima, y que inequívocamente resultaría un ser humano. Si el no nacido en el momento del aborto estaba animado, su eliminación sería un homicidio...” (Citado por Catholic.net, 2010, p.7).

Esta idea de Santo Tomás de Aquino hoy en día es considerada tan solo como un intento de explicar el origen del alma en el ser humano, y la iglesia católica defiende que el feto tiene alma desde el primer instante de su fecundación, y si, por algún motivo se perdiera esta vida, “esta alma regresaría al plano de donde vino y se quedaría como lo que fue, no a la deriva, porque en ella se constituye la esencia de lo que será...” (Newton, 2008, pp.127-128).

Otra pregunta que nos formularíamos sería ¿por qué es que existe vida después de la muerte ? Según Fundación

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