La Universalidad Del Hecho Religioso
MarianaStark22 de Octubre de 2013
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LA UNIVERSALIDAD DEL HECHO RELIGIOSO
El hecho religioso es una parte de la historia humana. En todas sus etapas encontramos indicios suficientes para afirmar con fundamento la actividad religiosa de los hombres que las han protagonizado. Los historiadores de la religión han renunciado hace mucho a indagar los orígenes empíricos de la religión, es decir, a descubrir el momento en que la humanidad comenzó a ser religiosa, convencidos de que donde existen indicios de vida humana, existen indicios de actividad religiosa. Por eso, todas las historias de las religiones dedican su primer capítulo a descifrar los signos de vida religiosa que nos han dejado las épocas más remotas de la prehistoria. Ya en el paleolítico, las pinturas rupestres, las estatuillas femeninas, los restos funerarios indican claramente la preocupación del hombre junto a las actividades que le imponía la lucha por la pervivencia, de unas acciones rituales encaminadas a establecer "relaciones eficaces con la fuente de toda bondad y beneficencia". También la vida del hombre llamado primitivo por pertenecer a comunidades preliterarias está llena de signos de actividad religiosa que la moderna ciencia de las religiones, a partir sobre todo del siglo pasado, nos ha dado a conocer con profusión de detalles. Estos signos son distintos según se trate de poblaciones recolectoras o cazadoras, nómadas o sedentarias. Pero en todas ellas aparece una actividad, diferente de la actividad ordinaria y mezclada generalmente con elementos animistas, fetichistas o mágicos, que contienen muchos elementos de lo que hoy denominamos actividad religiosa.
El carácter religioso del hombre se manifiesta por los rastros más primitivos de su herencia cultural. Diversas ciencias constatan que, ya en el Paleolítico Superior (de 35 000 a 9000 años a.C), los primeros años culturales del hombre prehistórico –aunque sean muy toscos- están relacionados con la religión.
Más tarde, cuando surgen las grandes civilizaciones de la humanidad, el elemento religioso es el aglutinante que configura la cultura de cada pueblo y la convivencia entre los hombres. Este elemento religioso se hace real en una amplia gama de expresiones religiosas, constantes desde el inicio de la historia humana, y apreciables en todos los lugares de la Tierra.
LEJANO ORIENTE
En las grandes y antiguas culturas de China, Japón y la India son muy numerosas las expresiones religiosas. El Hinduismo (cuyos vestigios se remontan a 5000 a.C) y, posteriormente, El Budismo y el Confucianismo, han dado forma a la vida y a la cultura de esos pueblos.
Zoroastrismo (lo practican los parsis, casi exterminados por los musulmanes en la edad media, y descendientes de los exiliados de la Persia de aquéllos tiempos, ahora la mayoría vive en la India).
Islam en sus dos vertientes: shiíta y suní. Especialmente en Pakistán y Bangladesh, pero teniendo cada vez más auge en Tailandia, Indonesia, partes de China, partes de Mongolia, etc. Del exilio del único país budista llamado Bhután, salieron casi dos millones de personas o más que profesaban el hinduismo, que se instalaron por todo el mundo, aunque de momento siguen en Nepal, que hasta hace poco era el único país del mundo que estaba regido por una monarquía que ya no existe, y que tenía como religión oficial el hinduismo, aunque casi la mitad son budistas, muchos de ellos tibetanos, porque hacen frontera con Tíbet.
Además de todo esto, y desde la edad media, se afincaron misioneros cristianos católicos, judíos, etc. También hay mezclas extrañas como el Ba'Hai (síntesis de todas las religiones) y otras.
PROXIMO ORIENTE
Esta parte del mundo ha sido la cuna de grandes religiones. La religión judía se remonta al año 2000 a.C., con la vocación de Abraham. El judaísmo representa una fuerte teocracia en la que el factor religioso es la raíz de los aspectos
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