TEXTO REVELACION Y FE
EiOs VacaResumen31 de Marzo de 2020
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REVELACIÓN Y FE
Al hombre se le hace imposible ver lo invisible con los ojos con que ha nacido, necesita ver más profundo, con los ojos de la fe, con los ojos internos que nacen de una fe y reflexión profunda.
Dios se revela a todos los hombres de manera diversa porque no es un ser exclusivo para unos, sino que ama a todos por igual y deja en libertad al hombre para que responda a su llamado.
Las universidades no pueden renunciar a formar personas que examinan su pensamiento y el de los demás, por esta razón acompaña en la formación integral con las clases de Formación Humana Cristiana.
Las universidades católicas son “laboratorios de cultura”; algo más, son “laboratorios de humanismo”, son “laboratorios de buenos cristianos y honrados ciudadanos”.
A través de las páginas que siguen, les invito a abrir sus ojos al Dios que se revela y espera tu respuesta.
ÍNDICE
I EL SER HUMANO VISIÓN CREYENTE DEL HOMBRE
- La insatisfacción humana
- Dios calma la sed del infinito
- El hombre en busca de Dios
II CREER EN DIOS UNO Y TRINO
- Jesucristo, la máxima revelación de Dios
- El Dios Padre de Jesucristo
- La vida según el Espíritu
III CREER EN JESUCRISTO HOY Y SEGUIRLE
- El gran anuncio: El Reino de Dios
- Ser discípulos y misioneros
- Don Bosco, ejemplo de profecía
- El ser humano visión creyente del hombre
1.1 La insatisfacción humana
CONTEXTO SOCIAL
"El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos", decía el escritor William Shakespeare.
Las personas que creen en el destino atribuyen lo que les sucede a causas ajenas a su destreza, esfuerzo o regulación, ello implica una desconfianza desmesurada e irreal en las propias capacidades para manejar las situaciones. Lo mejor sería tener confianza en uno mismo y poner los medios para conseguir las metas, sin perder de vista ciertos condicionamientos que no siempre son controlables.
El destino se ha convertido en tierra fértil para los adivinos, cartománticos y demás figuras representativas del mundo esotérico. Si una cartomántica nos dice que estamos destinados a casarnos con una persona rubia, probablemente no daremos importancia a las personas trigueñas.
Otro término a tomar en cuenta es el determinismo, postura que niega la existencia de la libertad. Para entender este concepto habrá que remitirse al principio de causalidad, según el cual, todo acontecimiento en el mundo está causado por otro externo, incluso las acciones están determinadas por un factor en cuya presencia se dan inevitablemente, lo que implicaría que no tenemos libertad de decisión. Como decían las abuelas “Unos nacen con estrellas y otros estrellados”. En otras palabras, nuestro destino estaría en manos ajenas y no en las nuestras.
El cristianismo no cree que exista una predestinación absoluta y sostiene que Dios ha dotado al hombre del libre albedrío (el poder para tomar sus propias decisiones), por lo tanto, no acepta el determinismo.
El psicólogo Paulino Castells ha señalado que, "de alguna forma todos somos dueños de nuestro destino, en el sentido de que tenemos la capacidad de prevalecer sobre las personas y cosas, ser fuertes y triunfar a pesar de las adversidades".
Otro aspecto que el ser humano debe tomar en cuenta es la falta de sentido en la vida, que es uno de los motivos por los que muchos seres humanos sufren. Entre los motivos por los que las personas acuden a los consultorios psicológicos, se encuentra la falta de sentido a la vida. Casi todos nos hemos preguntado en algún momento de nuestra vida ¿para qué estoy yo aquí, qué sentido tiene mi vida?
La pregunta por el sentido de la vida suele ser considerada como la pregunta más profunda de la filosofía, mundana o académica: incluso se llega a definir al hombre como «el ser capaz de interrogar por el sentido del ser», de su existencia, de su vida. La pregunta suele formularse de este modo: ¿cuál es el sentido de la vida? Ante esta pregunta, aparecen conceptos religiosos, morales y políticos.
La vida está llena de momentos de satisfacciones, dudas y crisis personal. Solo es cuestión de saber prestarles atención. Todos tenemos momentos de dudas, de preguntas sin responder, de temores ocultos que salen a la luz. A muchos nos da miedo momentos como éste, cuando todo se pone en duda; o cuando se rompen nuestros esquemas habituales a causa de algo externo como un despido de la fuente de trabajo, una separación o el fallecimiento de un ser querido.
Pero también puede suceder que estemos viviendo durante años con una constante insatisfacción vital, preguntándonos qué es lo que nos pasa realmente.
Puede pasar incluso que aparentemente lo tengamos todo: pareja, familia, un buen trabajo, sueldo decente... y aun así nos sintamos vacíos por dentro, como si algo nos faltara, como si no estuviéramos completos, como si fuese necesario algo más.
ENSAYO ¿Qué sentido tiene sentido la vida de un enfermo o un ser privado de libertad’
CONTEXTO TEOLÓGICO
¿Quién soy? Durante siglos fue y seguirá siendo la pregunta esencial que se formula el ser humano: la búsqueda de la propia identidad. Es un imperativo que el ser humano se ha planteado. Respuestas hubo y de todo género, sin embargo, las respuestas se las hizo desde una sola perspectiva, por lo tanto, han sido respuestas reduccionistas.
El estudio sobre el ser humano nos ha llevado a darnos cuenta que es único, pero tiene varias dimensiones. Por lo tanto, para hablar del ser humano tenemos que hacerlo desde varias dimensiones, pero nunca olvidar que es uno.
En el encuentro con el otro, el hombre encuentra la posibilidad de descubrirse y de construirse y darse cuenta que está afectando a ese otro con quien se encontró. Por ello que el ser humano no es una isla en medio de un mar de personas; por el contrario, el ser humano es con otros en el mundo.
Un aspecto que diferencia al ser humano de los otros seres de la naturaleza, es la libertad. La libertad es la capacidad que se afirma en la razón y en la voluntad, que tiene el ser humano para elegir o no hacerlo. Por su naturaleza, el ser humano tiende a realizarse, para ello elegirá lo que es bueno y le ayude a conseguir tal logro.
San Agustín distingue entre la libertad y el libre albedrío. El libre albedrío es la capacidad que tiene el ser humano de obrar voluntariamente, de tomar decisiones, de orientar su vida y sus acciones. Como consecuencia del pecado original, el libre albedrío está orientado hacia el mal y no puede dejar de pecar. La libertad, en cambio, es la capacidad de hacer un uso correcto del libre albedrío y elegir el bien, aunque esto es algo que no está en las manos del hombre: es preciso el auxilio de la gracia divina: ese don especial y gratuito de Dios que ayuda al hombre a salvar la distancia infinita que le separa de Él y lo conduce a respetar la Ley Eterna, de modo que pueda alcanzar el descanso espiritual, la paz. Pero la gracia no suprime el libre albedrío, sino que coopera con él para que pueda convertirse en libertad.
A diferencia de las filosofías ateas, que ven en Dios al gran negador de nuestra libertad humana y al hombre como portador de una libertad sin límites, absolutamente creadora, San Agustín es consciente de los límites de nuestra libertad, cuya única posibilidad de subsistencia radica en la elección de un bien superior a ella, que la hace plena tanto en el orden ontológico como en el orden moral.
Son múltiples los textos en los que Agustín deja bien claro que la causa del mal del pecado no es otra que el libre albedrío de nuestra voluntad. Podría decirse, siguiendo a Agustín de Hipona, que el orden y la armonía del mundo exigen el mal en cuanto constituye un medio de distinción de los entes y un instrumento mediante el cual el hombre aprende y Dios puede ejercer su benignidad. El hombre genera el mal al orientarse a la inmanencia terrenal.
PREGUNTAS
- ¿Qué dice Martín Lutero de la Predestinación?
- Comentar este texto: Lo que pasa es que la autoridad frecuentemente limita la libertad personal. Y tiene que hacerlo, cuando están en juego intereses prioritarios. La libertad individual no puede existir sin limitaciones, dentro de una comunidad como la familia, los movimientos, la Iglesia, la sociedad.
Y entonces es importante la educación de nuestra libertad. Tiene que ser una libertad condicionada, una libertad subordinada a valores e intereses superiores.
1.2 Dios calma la sed del infinito
CONTEXTO SOCIAL
Infinitus, en latín, significa sin fin y de modo idéntico en griego apéiron, significa “no límite” o sea lo literalmente opuesto a “con fin”. Nuestra mente, nuestra historia cultural postula lo infinito, pero, nuestra existencia es puramente confinante, limitada y limitante, quizás condicionada, posiblemente limitada.
La disputa entre lo finito y lo infinito, aparecerá, por tanto, como una de las formas de disputa mayor, que ocupará toda la historia de la filosofía antigua y medieval.
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