TU PERSEVERANCIA EN CRISTO ES TU MEJOR ALABANZA

TU PERSEVERANCIA EN CRISTO ES TU MEJOR ALABANZA.

Perseverancia es una palabra común, de hecho, incluso forma parte de un refrán popular que dicta que el que persevera “alcanza”, pero ¿Qué significa perseverar? Significa tener Firmeza y constancia en tu manera de ser o de actuar; es no rendirse y podemos ver en la Escritura que Abraham llego a ser un hombre tan perseverante, que sin importar lo que tuviera que enfrentar él se empeñaba en obedecer la voluntad de Dios.

Si estuvieron presentes el domingo pasado, recodarán que el capítulo 22 de Génesis nos cuenta que Dios probó la fe de Abraham pidiéndole que sacrificara a su hijo Isaac, y si hemos estado siguiendo los mensajes sobre Abraham sabremos bien que esta es una orden dificilísima para él, digo, creo que ninguno de nosotros pensaría nunca en sacrificar a su hijo, pero para Abraham, su hijo Isaac era sumamente especial, el fue un hijo muy esperado, fue un milagro de Dios, fue una bendición que tardó más de 20 años en cumplirse, y representaba la culminación de todo lo que Abraham anhelaba ser como varón y según los primeros versos de este capítulo, Abraham decidió obedecer y fue tal su fe que logró cumplir lo que Dios le había pedido y vaya que tuvo que ser perseverante ya que el cumplir este mandato llevo a Abraham a enfrentar grandes obstáculos y para que vean la gran de fe de Abraham, les pido que me ayuden a repasar todas las dificultades que enfrentó.

Si comenzamos desde el verso 3, nos daremos cuenta que para cumplir esta encomienda, Abraham tuvo que preparar un viaje, y es que, todo hubiera sido más fácil si Dios simplemente le hubiera que matara a su hijo ahí en su casa, pero no, Dios quiso que Abraham lo sacrificara en un monte que se encontraba a 3 días de camino de donde vivían, y quiero que piensen en lo difícil que debió haber sido para un hombre de más de 100 años el salir de viaje, tan solo imaginen esos 3 días viajando sobre un animal de carga en medio del sol, (no iba en carro, no se hospedó en hoteles con camas cómodas, no había servicios de drenaje) y pensando en que tendría que matar a su hijo.

Y, como si eso no hubiera sido suficiente martirio, dice el verso 5 que después de este viaje, tuvo que caminar un último tramo del camino a solas con su hijo, digo los tres días iban acompañados por dos sirvientes, así que Abraham tuvo excusa para evitar el tema con su hijo, pero ahora no tiene escapatoria, y ahora, su hijo, quien va cargando la madera en donde será sacrificado, le pregunta a su padre quien tiene el cuchillo y el fuego con los que lo asesinará, papá, he estado pesando algo estos tres días, yo sé que venimos a ofrecer un holocausto, y tenemos todo lo necesario, pero: ¿y dónde está el sacrificio?

El corazón de Abraham seguramente se fue estrujando cada vez más mientras construía el altar donde sacrificaría a su hijo, mientras lo ataba contra su voluntad y finalmente enfrentó la tremenda decisión para tomar el cuchillo y a pesar de todo lo que sentía, Abraham perseveró y tomó el cuchillo en sus manos.

Hermanos, Abraham fue un hombre extremadamente perseverante, pero no crean que simplemente se esforzaba para forjar su carácter u obtener alguna virtud, la realidad es que esta constancia nacía de una fe sincera hacia Dios, ya que Abraham está tan convencido de que Dios es una fuente de bendición tan segura que no duda en llegar a las últimas consecuencias para obedecerle.

Todos podemos ser perseverantes, todos podemos tazarnos metas para cumplir en un tiempo determinado, incluso que recuerdo que para nuestra boda logré bajar diez kilos que, como podrán ver, ya recuperé, pero para que esto ocurra debemos estar convencidos de que aquello por lo que nos esforzaremos va a producir una gran bendición en nuestra vida, y entonces sí, estaremos dispuestos a perseverar hasta el límite.

El lunes pasado, en mi primer día de trabajo, un compañero me invitó a almorzar a mí y a sus allegados y tengo que decir que fue un almuerzo bastante incómodo ya que desde que nos sentamos, las compañeras presentes estuvieron hablando de sus divorcios.

Había dos compañeras que durante el periodo vacacional habían cambiado su estado civil y no pararon de platicar sus historias mientras que eran elogiadas por los demás compañeros por tan valiente e inteligente decisión.

Yo solo escuchaba en silencio pensando en lo que diría si de casualidad alguna de ellas me pedía mi opinión, y aunque gracias a Dios no fue requerida ya que simplemente no deseaban ser aconsejadas, me quedaba claro lo siguiente: Ninguno de mis compañeros cree que el matrimonio sea algo por lo que vale la pena perseverar y esa era la causa de que todos los presentes en esa mesa, exceptuándome a mí y aun joven soltero estuvieran ya disfrutando de su divorcio o sus segundas y terceras nupcias, y el matrimonio es un gran ejemplo porque todos aquí sabemos bien esto: Que existen pocas cosas tan exigentes y llenas de sacrificios en esta vida como el matrimonio y concuerdo con mis compañeros, que la única razón para que un hombre o una mujer perseveren en una relación matrimonial a pesar de las peleas, los desaires, los engaños y las deudas es que realmente estuviera convencidos que de alguna manera esa relación será una fuente inagotable de bendición para ellos.

Pues Abraham si creía que la voluntad de Dios era su mayor fuente de bendición por eso no dudó en entregar a su único hijo pues se lo pedía su Dios, quien siempre había sido fiel el bendecirlo y no había razones para dudar que en esta ocasión, aunque todo indicaba lo contrario, Abraham encontraría nuevamente satisfacción para su vida, y Dios fue fiel con Abraham.

Dice el verso 11 en adelante que cuando Abraham extendió su mano para tomar el cuchillo el ángel del SEÑOR lo detuvo y le dijo que no lastimara al muchacho.

Se que siempre se nos ha dicho que esta fue una escena de película donde Abraham tomó el cuchillo y lo levantó y dudó pero después grito con fuerza y se lanzó sobre el muchacho pero el ángel lo detuvo en el último instante como si Dios hubiera cambiado de parecer el último segundo, pero la realidad es que Abraham a lo mucho, alcanzó a tomar a el cuchillo cuando Dios a través de su ángel, quien representa su presencia y su voluntad (Cristo mismo) lo llamó para decirle que no era necesario su sacrificio pues él no tenía ningún interés en recibir a Isaac como holocausto, la vida de Isaac nunca estuvo en riesgo realmente, pues lo que Dios deseaba probar era la fe de Abraham, y meditando en esto me queda claro que no es capricho de parte de Dios, sino una confirmación de que tan lista estaba la fe de Abraham para creer en el resto de su promesa, ya que Dios no solo le había prometido a Abraham un hijo, sino que también le había dicho que de su cimiente nacerían naciones y una bendición para el mundo entero que sería Cristo Jesús, el Hijo de Dios.

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