Vivamos para hacer la voluntad de dios, no la nuestra

VIVAMOS PARA HACER LA VOLUNTAD DE DIOS, NO LA NUESTRA

Durante toda su historia, el hombre ha mantenido un sinnúmero de guerras y revoluciones en su lucha por ser libre. En tiempos más recientes las luchas sociales han tratado de garantizar los derechos individuales de tal manera que las personas puedan decidir lo que les parece es lo mejor para su vida.

En esta lucha hay quienes incluso han llegado a ver la Biblia como una amenaza para esas libertades y por eso han llegado al punto de rechazarla por completo.

Sin embargo, y a pesar de tantos esfuerzos ¿Ha podido el hombre ser verdaderamente libre? ¿Qué produce verdadera felicidad? ¿Hacer la voluntad de Dios o la nuestra? Si disfrutáramos de verdadera libertad ¿Como demostraríamos en nuestra vida que realmente la valoramos y la agradecemos?

Analicemos el primer punto, ¿Ha logrado el hombre realmente ser libre después de tantos esfuerzos? La verdad es conveniente tener cierto grado de independencia; a nadie le gusta depender por completo de los demás.

El problema es que se ha generalizado y se está promoviendo en todo el mundo es un espíritu de independencia, pero particularmente con relación a Dios. Este espíritu obviamente tiene su origen en el mayor enemigo de Dios, Satanás.

Este espíritu promueve rechazar o rebelarse contra todo tipo de autoridad y contra todo límite que se quiera imponer a los deseos individuales y aunque la inmensa mayoría de las personas creen que son libres al seguir esta idea, la verdad es que han caído en un gran engaño.

Los invito por favor a ver que nos dice la Biblia en Romanos 6:16 y notemos la condición real en la que viven muchas personas por seguir el espíritu que fomenta este mundo.

Como vemos el espíritu de independencia que fomenta Satanás es sólo un espejismo peligroso, pues al rechazar la guía divina de la palabra de Dios las personas no llegan a ser realmente libres, sino que más bien se hacen esclavas del pecado y la única recompensa que pueden esperar es la muerte.

¿Porque ha logrado Satanás tener tanto éxito con este engaño? Hay varias razones, por un lado y aunque muchas personas han sido educadas en un hogar religioso, cuando leen el relato sobre la creación de Adán y Eva lo consideran un cuento o leyenda y por esta razón no le dan importancia.

De otro lado hay personas que dudan de la existencia de un creador y rechazan la idea de que un ser supremo pueda establecer normas morales que rijan a la humanidad y que desobedecer esas normas sea un pecado.

Sin embargo, la Biblia deja ver con claridad que Adán y Eva existieron y fueron creados sin pecado, es decir sin defectos. Las escrituras también dejan ver que Jehová garantizo que vivirían eternamente si le obedecían por voluntad propia.

Desgraciadamente Adán desobedeció y demostró que quería ser independiente y se hizo pecador, con esto perdió para él y su descendencia la posibilidad de vivir eternamente.

El actuar de Adán ha causado gran frustración, porque no importa qué tanto se esfuerce el hombre por alcanzar la libertad, nadie tiene la capacidad de liberarse de los efectos del pecado que nos heredó Adán y poder evitar al final la muerte.

Un relato que refleja como a lo largo de la historia las personas se han sentido frustradas es la del historiador griego Heródoto. En cierta ocasión el rey persa Jerjes I antes de cruzar el mar para una batalla, ordenó a sus hombres construir una tribuna con piedras blancas sobre una colina. Desde allí Jerjes contempló su inmensa flota y su descomunal ejército, que cubrían las aguas del mar.

Jerjes se declaró feliz y luego dice Heródoto se puso a llorar. Su tío Artábano, hermano de Darío, que luego sería su asesino, le preguntó la razón. Jerjes contestó: “Sentí una gran tristeza en el corazón al ver lo breve que son las cosas humanas, de todos estos soldados que forman mi ejército, ninguno estará vivo dentro de cien años".

Al igual que el Rey Jerjes I nosotros también hemos experimentado esa sensación de frustración debido al pecado que hemos heredado de nuestros primeros padres. Pero felizmente Jehová no abandonó a la humanidad en esta triste situación.

¿Qué hizo Jehová para salvar a la humanidad? Dirijámonos nuevamente a la Biblia, Romanos 6:23 y vamos a ver que Jehová hizo debido a su gran amor por la humanidad.

Jehová tuvo que pagar un rescate a fin de liberarnos de la condena del pecado y la muerte. El rescate pagado por Cristo Jesús suministró la base para el perdón de los pecados.

Para poder entender cómo funciona la provisión divina del rescate vamos a hacer la siguiente comparación. Imagine que el director de un banco es un hombre corrupto y defrauda al banco y se queda con los ahorros de muchas personas dejándolas en la pobreza y llenas de deudas. Con el tiempo este hombre recibe su merecido y es condenado a varios años de prisión.

Esto sin duda alegraría a muchas personas, pero ¿Sería la solución para las víctimas? La verdad es que no. La única esperanza para estas personas es que un hombre adinerado se compadeciera de ellas y adquiriera el banco y les devolviera el dinero para que puedan cubrir sus deudas.

De manera parecida Jehová y su hijo Jesucristo han comprado a toda la humanidad gracias al rescate y tomando como base la sangre derramada del sacrificio de Jesús se ha cancelado la deuda del pecado.

Es entonces gracias al rescate que tenemos verdadera libertad y la esperanza de vivir por la eternidad. Cuando reflexionamos en todo lo que implica este rescate no es verdad que nos sentimos motivados en lo más profundo de nuestro corazón a ser agradecidos con Jehova y su hijo por lo que han hecho por cada uno de nosotros.

Pero, ¿Como podemos demostrarlo en nuestra vida diaria? Miremos como lo explica la Biblia 2 Corintios 5:14,15. Vamos a ver qué podemos hacer para demostrar que de verdad estamos agradecidos con esta maravillosa provisión divina.

La idea está bien clara, la mejor manera en la que podemos demostrar nuestra gratitud es no vivir para nosotros mismos sino vivir para hacer la voluntad de Dios. Y como leímos en el versículo 14 no dice que Dios o que Cristo obliguen a las personas a emprender una vida de servicio fiel a ellos. No, dice que la fuerza que obliga es el amor del Cristo.

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