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CASA NACIONAL DE LA MONEDA

stefany12345678920 de Octubre de 2013

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CASA NACIONAL DE LA MONEDA

La historia sobre la creación de la CNM se remonta a la presencia española en tierras americanas, cuando se optó, por el uso del llamado "peso ensayado y "el tejón", ambos de oro, elaborados rudimentariamente. Si bien ellos sirvieron para realizar grandes transacciones, no resultaron eficientes para negocios y operaciones pequeñas.

A mediados del siglo XVI, y a raíz de la gran producción y afluencia de plata de América hacia España, la corona comprendió la importancia de acuñar monedas en estas colonias; ello daría mayor beneficio económico y favorecería el control. En abril de 1561, el entonces virrey del Perú, Diego López de Zúñiga, conde de Nieva, remitió una comunicación al rey Felipe II, solicitando autorización para establecer una casa de moneda, indicando las razones que justificaban su pedido.

Creación de la Casa Nacional de Moneda

La CNM fue creada el 21 de agosto de 1565, por Real Cédula de Felipe II, emitida, en la ciudad española de Segovia, ordenando la amonedación en plata. Los trabajos se iniciaron en 1568, utilizándose por entonces un local en las “Cajas Reales", ubicado en una esquina de lo que hoy en día es Palacio de Gobierno, frente a Desamparados.

La creación de la Casa de Moneda de Lima buscaba ordenar la caótica y variada emisión de moneda de diversos pesos y leyes, que amenazaban seriamente la estabilidad política y económica del recién establecido virreinato.

Una historia accidentada motivó más de una clausura. La necesaria reapertura la autorizó el rey Carlos II, mediante Real Cédula del 6 de enero de 1683.

La ubicación que actualmente tiene la Casa Nacional de Moneda (Junín con Paruro), data desde 1683, año en que el entonces virrey, Melchor de Navarro y Rocaful, duque de la Palata, adquirió dicho solar.

A través de los años, el local ha sufrido muchas modificaciones. Inicialmente fue necesario realizar una serie de obras, como elevar el cauce del río Rímac para utilizar las aguas del río Huatica como fuente de energía para el proceso de fabricación de monedas.

Hasta entonces, las monedas habían sido labradas y hechas a golpe de martillo y yunque. Esas piezas llamadas Macuquinas, aparecen con un borde irregular y su forma no es perfectamente circular.

A raíz del terremoto de 1746, el local es derruido. Por lo cual, Don Andrés de Morales y de los Ríos Ramírez de Arellano coloca la primera piedra del nuevo edificio el 02-11-1748 concluyendo dicha obra en 1760.

A partir de 1751, y gracias a la implementación de un molino y tres volantes, se acuñaron las primeras monedas de oro de cordoncillo, cuyas denominaciones fueron de ocho, cuatro, dos y un Escudo. A estas monedas se les conoce como Peluconas pues llevan en el anverso, el perfil del monarca Fernando VI, luciendo una larga peluca, como se estilaba entonces.

Se acuñaron también las llamadas Columnarias, que eran monedas de cordoncillo que en el reverso incluían el diseño de dos hemisferios superpuestos en representación del Viejo y el Nuevo Mundo, iban flanqueados por dos columnas de Hércules que simbolizaban la unidad y la fuerza del imperio español.

Es importante señalar que en las monedas españolas, aparecía la leyenda “Non Plus Ultra" en referencia al límite del poder español hasta los confines del mar. Con la conquista de América, esa leyenda se cambió por “Plus Ultra", como una confirmación del dominio ultramarino de España, que llegaba entonces más allá del estrecho de Gilbraltar.

LA MONEDA EN EL PERU ANTIGUO

Al comienzo, todas las repúblicas latinoamericanas tuvieron como moneda nacional al peso español, siendo adoptado por Perú en 1825, pero con el Escudo Nacional. El dólar boliviano era una moneda que en teoría era igual que el peso peruano, pero en la práctica era feble, tenía menor contenido de plata y por eso, en el sur del Perú, la moneda boliviana desplazó a la peruana. Para evitar esto, se decidió en 1863 la creación de una moneda nacional diferente al peso o al dólar boliviano.

La unidad monetaria se llamó Sol, era de 37 mm de diámetro, 25 gramos de peso y adoptó el sistema métrico decimal. La ley estableció, además, el medio sol, el quinto de sol, el décimo de sol o dinero y el medio dinero con valor de 5 centavos.

También se hicieron monedas de oro, llamadas popularmente Sol de Oro, con el valor de 5, 10 y 20 soles.

El tipo de cambio fijado fue de 80 centavos de sol por cada dólar boliviano, cinco francos por cada sol, cinco soles por cada libra esterlina y 1,08 soles por cada dólar estadounidense.

Tras la guerra con Chile, el sol fue reemplazado temporalmente por el inca de oro. En 1897, se adoptó como moneda la libra peruana de oro, equivalente a 10 soles. A partir de febrero de 1930, el sol vuelve a circular reemplazando a la libra con una equivalencia de 10 soles por libra. Mediante Decreto Ley Nº 7126 a partir de abril de 1931, el sol pasó a denominarse "sol de oro". La tasa oficial de cambio era de S/. 2,50 por dólar estadounidense, tasa que se mantuvo hasta 1946, cuando se devaluó en numerosas ocasiones. A partir de 1976, se adoptó un régimen de tipo de cambio flotante. Sin embargo, la creciente inflación provocó que el sol perdiera gradualmente su poder adquisitivo. El 1 de febrero de 1985 fue reemplazado por el Inti con una equivalencia de 1.000 soles por un inti. El 1 de enero de 1986 la moneda dejó de circular oficialmente. Las monedas y billetes del sol dejaron de circular el 31 de diciembre de ese mismo año.

FUNDACION DE LA CASA DE MONEDA DE LIMA

Después que Francisco Pizarro fundase la ciudad de Lima el 18 de enero de 1535, existió el problema de ejecutar transacciones comerciales de toda clase entre los conquistadores españoles y la instauración de una economía basada en la circulación de moneda, habida cuenta del enorme volumen de los tesoros de plata y oro conseguidos tras la caída del Imperio inca.

Para las transacciones comerciales y el pago de tributos se empleaban entonces simples barras de plata y oro sin ensayar, en contravención de las normas españolas sobre acuñación monetaria, siendo que este sistema empezó a causar perjuicios debido a la escasez de moneda española acuñada. Por ello los funcionarios coloniales empezaron a solicitar el establecimiento de una ceca en Lima, sede del Virreinato del Perú que en esos años abarcaba casi la totalidad de las posesiones españolas en América del Sur. En1551, Pedro de la Gasca dirigió un memorial al Rey de España pidiendo constituir una ceca en Lima, pero no halló respuesta alguna; idéntico resultado tuvo la petición del virrey Andrés en 1556.

Debido a la gran producción y afluencia de plata de América hacia España, la corona comprendió la importancia de acuñar monedas en las colonias para que éstas no dependan de las acuñaciones de la metrópoli. En abril de 1561, el entonces virrey del Perú, Diego López de Zúñiga, conde de Nieva, remitió una comunicación al rey Felipe II, solicitando autorización para establecer una casa de moneda, indicando las razones que justificaban su pedido, la cual obtuvo respuesta favorable cuando el 21 de agosto de 1565 Felipe II de España aprueba la creación de la Casa de Moneda de Lima mediante Real Cédula emitida en Segovia.

Tras la aprobación del monarca, el gobernador Lope García de Castro se encargó desde 1566 de poner en funcionamiento la ceca limeña, aunque con varias dificultades. Los trabajos de acuñación se iniciaron recién en 1568, utilizándose por entonces un local en las Cajas Reales, ubicado en una esquina de lo que hoy en día es el Palacio de Gobierno del Perú, frente a la actual estación de tren de Desamparados. La creación de la "Casa de Moneda" de Lima buscaba ordenar la caótica y variada emisión de moneda de diversos pesos y leyes, que amenazaban seriamente la estabilidad política y económica del recién establecido virreinato.

Los problemas para continuar con la acuñación en Lima y la abundancia de plata en la ciudad de Potosí (actual Bolivia) causaron que la ceca limeña fuese cerrada en 1572 y sustituida por la Ceca de Potosí. La ceca limeña fue reabierta en 1581 por el virrey Francisco de Toledo, pero las grandes dificultades para continuar la acuñación de monedas (falta de metales preciosos como insumo y los costos del mantener el establecimiento) causaron que dejase de labrar moneda desde 1592.

La escasez de suficiente circulante causó que la ceca de Lima fuera brevemente reabierta en 1658 por el virrey Luis Enríquez de Guzmán, conde de Alva de Liste, pero sin tener la previa autorización de la metrópoli, por lo cual fue cerrada en 1660. La existencia de una ceca en Lima se hacía necesaria para dinamizar la economía del Virreinato del Perú, dañada tras descubrirse en 1648 un escándalo de fraudes en la Real Casa de Moneda de Potosí al detectarse que casi toda la producción de monedas de la ceca potosina tenía un contenido de plata mucho menor al ordenado por las leyes españolas. El "escándalo de Potosí" causó destituciones y castigos a diversos funcionarios coloniales, y estimuló el reclamo del virrey del Perú para contar con ceca propia en Lima. Ante esta situación el rey Carlos II, mediante Real Cédula del 6 de enero de 1683, autorizó que se reabriera la ceca de Lima empezando la acuñación poco después.

Inicialmente fue necesario realizar una serie de obras, como elevar el cauce del río Rímac para utilizar las aguas del río Huatica como fuente de energía para el proceso de fabricación de monedas. Hasta entonces, las monedas

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