COMO ES LA ESCUELA EN LA ENCRUCIJADA DEL CAMBIO EPOCAL RESUMEN Y ANÁLISIS PERSONAL
rodolfog69Apuntes23 de Agosto de 2015
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LA ESCUELA EN LA ENCRUCIJADA DEL CAMBIO EPOCAL
GUILLERMINA TIRAMONTI
Resumen.
La escuela es creación de otro momento histórico, nació asociada a otras circunstancias sociales, políticas y culturales y es necesario mensurar las asimetrías existentes entre la institución escolar y el momento histórico y cultural en el que ésta se inserta.
Hay una tendencia a pensar sus problemas como un funcionamiento deficitario de la propia institución, de sus agentes o las comunidades a las que atienden, esta, quedaría sin efecto, logrando una mejora sustancial, con más presupuesto, disciplinamiento de maestros y la debida preocupación de los padres.
La problemática de la escuela es más amplia y abarcativa, y deben considerarse los cambios de época.
La institución escolar es una construcción europea de los siglos XVII – XVIII, inicia la relación pedagógica entre un maestro y alumnos y se autonomiza del resto de las relaciones sociales, genera un espacio, un tiempo específico para la transmisión de los conocimientos, organiza las actividades de enseñanza aprendizaje, distribuye el tiempo y el espacio, genera la graduación para su distribución en aulas y marca la duración de la jornada diaria, el período del año y el lapso de la vida que se ocupa en ella.
Esto fue a partir de pensar en el niño, como ser inacabado, que necesitaba ser resguardado, de la vida adulta y luego reinsertado en la sociedad.
Está influída por otras transformaciones de la época como la conformación de los Estados nacionales, las exigencias del gobierno de una población libre, la secularización del orden social, la conformación de la familia burguesa y el desarrollo del capitalismo industrial.
En Argentina, a fines del siglo XIX principio del XX, se necesitaba la integración de la sociedad, y de la cultura, que realizó el estado a través de la educación pública, siendo su referencia para la administración, gestión y financiamiento, en esta circunstancia se expresaba como clave la “cultura civilizada”.
La escuela fue portadora del conjunto de valores, principios y creencias en los que se fundamentaba la “comunidad”, a la que debían incorporarse las nuevas generaciones como dispositivo de regulación social y como instrumento de gobernabilidad, utilizando los textos escolares como representaciones de lo que éramos como nación, del pasado que compartíamos, de las tradiciones en las que se inscribía tanto el presente como nuestro destino, creando una identidad nacional.
Con el paso del tiempo, aquella estructura de la formación de nacionalidad se modificó con el advenimiento de la globalización, las instituciones nacionales pierden centralidad en favor del mercado, la competencia y las corporaciones, que prefieren un mundo con estados disminuidos y tratan de usar todos los elementos de la sociedad para su propia finalidad.
Los cambios, así planteados, son importantes y se habla de la declinación de la sociedad o de la muerte de lo social, un proceso de desinstitucionalización, una crisis conceptual y real de la sociedad, siendo la familia y la escuela las que mantenían las tradiciones de transmisión de los valores y cultura.
La nueva Familia, más débil en la transmisión de los mandatos, resulta de la emancipación de la mujer y las nuevas configuraciones culturales utilizan a la creatividad de sus hijos para abordar un futuro cambiante.
Las elites más modernas apuestan a la construcción de individuos competitivos y las clases medias ilustradas construyen una estrategia que combina recursos culturales con creatividad individual. El resto están sumidos en la comprobación de la “inoportunidad” de las antiguas estrategias a través de las cuales lograron ascender socialmente, ahora deberán innovar para afrontar con éxito el futuro.
La tradición se repliega y los individuos se ven forzados a vivir de manera más abierta y reflexiva.
No se interrumpió la trasmisión de capitales culturales y sociales, sólo es que las familias han dejado de cumplir con su función de socialización, entonces, se hace el reclamo para que reasuman su función de autoridad y regulación del comportamiento de sus hijos.
También, este cambio cultural dificulta la comunicación entre las generaciones. La generación electrónica es portadora de códigos, valores y comportamientos extraños para la generación que les precede y esta brecha se agravada por la incertidumbre que genera el futuro en permanente cambio.
Esta dificultad, se proyecta en las escuelas, hay una secundarización de la tarea de “enseñar”, resultado de las funciones asistenciales, la difusión de las teorías constructivistas y la cultura “psi” que desplazan al docente de la posición de transmisor para ocupar el lugar de facilitador de aprendizajes.
Esto pone a la institución en posición de cuestionar su patrón cultural de modo de transformarlo incorporando críticamente los nuevos formatos culturales y retomar desde este lugar su función de transmisora cultural y la escuela pareciera estar en un lugar de resistencia y no de apertura e intercambio con la cultura contemporánea.
Por otra parte, en el campo de la cultura el fenómeno es la revolución de las comunicaciones las tecnologías electrónicas, los medios de comunicación donde se recrean y producen lenguajes, conocimientos valores y orientaciones sociales, desafía a la institución escolar en su función de transmisora de conocimientos y saberes de socializadora de niños y jóvenes
Las visiones más negativas depositan en la TV, como el origen de todos los males que aquejan a la sociedad, el aumento de la violencia, la pérdida de la autoridad, la decadencia de la capacidad lectora.
Es a partir de esta apreciación, que se han eliminado las fronteras entre la infancia y la madurez, debilitado la autoridad de los adultos, generando preocupación por las consecuencias de este pasar de fronteras tanto en la casa, en la escuela o en el ámbito de la cultura. La escuela estableció nítidas reglas que los medios han desdibujado, generando un desafío para ella y la familia, prepararlos para la experiencia mediática.
La seducción los medios audiovisuales explica su alejamiento de la lectura, sin embargo ha ocurrido una transformación de los modos de leer, existiendo una gran pluralidad y heterogeneidad de textos y escrituras que hoy circulan, por lo tanto, no se trata de la muerte de la lectura, sino de la pérdida de su lugar central, En el siglo XXI, aprender a leer textos audiovisuales es indispensable para la incorporación de las nuevas generaciones a un intercambio cultural que permita la constitución activa de la ciudadanía.
Esta forma, diferente a la de los mayores, genera rupturas que también son la base de las dificultades de la escuela para constituirse en trasmisora cultural, resultando de su incapacidad de reconocer los nuevos códigos y de poner en juego los instrumentos que proporciona la cultura letrada interactuando con los medios audiovisuales y electrónicos.
Se trata de un cambio radical del proyecto cultural de la escuela, que es reconocer a las tecnologías de comunicación e incorporar los medios audiovisuales como objeto de estudio de la cultura cotidiana.
La escuela es una institución que transmite de generación en generación cultura, historia, rasgos identitarios de la nacionalidad, desde allí que se entiende el presente y se construye una hipótesis sobre el futuro posible y la mediatización ha corrido en parte a la escuela de este lugar de portador de la versión de nuestra historia, el relato escolar se sostiene en una secuencia temporal donde el pasado es fundante del presente, lo explica y lo hace inteligible. En cambio el discurso televisivo se justifica en un mero presente.
El desarrollo intelectual del siglo XX estuvo anclado en esta visión de los caminos del “progreso”, luego, el presente se diluye y legitima por sus raíces en el pasado y por sus promesas para el futuro de integración e inclusión, la incorporación al mercado laboral, el intercambio social y la autonomía individual
Los últimos cuarenta años han transformado esta percepción, se privilegia el presente y va de la mano de la pérdida de la ilusión del progreso, se ha desplazado la ética del sacrificio, que empujaba la graficación para el futuro, esto genera para las escuelas una demanda que no tenía la relevancia con que se presenta hoy.
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