Cultivo De Tilapia
ARMAGEDDON7220 de Diciembre de 2011
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4.1 Antecedentes
En contraste con las especies de peces indígenas, que requieren mucho tiempo para estudiar la biología en su relación con la acuicultura y para establecer técnicas practicas para su cultivo, se conoce gran parte de la biología y técnicas de cultivo de especies no indígenas. Aunque se necesita tiempo para adaptar estas técnicas a las condiciones latinoamericanas, muchas podrían aplicarse rápidamente a ensayos a escala piloto o comerciales, reduciendo así en varios años el fomento de la acuicultura.
Por otro lado, es posible que tales peces puedan influir en el equilibrio ecológico de las aguas naturales si escaparan a estas y también podrían exponer a las especies de peces indígenas a enfermedades nuevas. No se tienen pruebas directas y convincentes de que en el pasado hayan ocurrido tales modificaciones ambientales. Los experimentos han demostrado que algunas especies exóticas pueden competir por el alimento o dificultar de otra manera el desarrollo de las indígenas si se reproducen libremente en su nuevo ambiente. No obstante, las condiciones en las aguas libres no siempre favorecen el desarrollo y cría de los peces y su sobrevivencia puede ser escasa; por ejemplo, Nomura (1977) informa que en Brasil, la carpa fue eliminada de las aguas naturales por las especies de peces carnívoros locales. Aun así, el valor relativo para la pesquería obtenida con los peces introducidos debería evaluarse contra posibles perdidas de las especies damnificadas.
En América Latina se han introducido ya varios peces exóticos, algunos más extensamente que otros. En algunos casos la introducción ha dado resultados favorables, como lo comunicaron Nomura y Castagnolli (1977) respecto a la Tilapia rendalli introducida en los embalses de Brasil, y Granados (1977) sobre la introducción de T. nilotica 1/ en los principales embalses de México. Algunas de estas especies ameritan el estudio ulterior y las técnicas para su cultivo se tienen que determinar en las condiciones latinoamericanas antes de tratar la introducción amplia de otros peces exóticos. Sin embargo, si se va a introducir una nueva especie, aún con fines experimentales, se deberá proceder con más cuidado que en el pasado. Por esta razón el Centro en Pirassununga puede desempeñar una función importante en tales introducciones al facilitar medios de cuarentena una salvaguardia contra la introducción de patógenos y para realizar estudios preliminares sobre posibles efectos en la ecología de las aguas naturales.
1/ Se ha propuesto que las especies que crían en la boca, T. nilotica, T. aurea, T. mossambica y T. hornorum, se clasifiquen en el nombre genérico de Sarotherodon, mientras que las que no crían en la boca, como T. rendalli, se mantengan en el genero original
De los peces exóticos de agua cálida que se han introducido en América Latina y respecto de los cuales se han adquirido algunos conocimientos de sus posibilidades, dos han demostrado resultados prometedores: la tilapia y la carpa, por lo que se propone que estas especies sean estudiadas más a fondo.
En años recientes se han introducido en América Latina cinco especies de tilapia:
(i) Tilapia mossambica es un pez omnívoro que se alimenta de plancton, detritos y fauna del fondo y alcanza un peso de 500-600 g y más. Como se reproduce siendo joven y pequeña, el crecimiento ulterior queda obstaculizado. Tarda mucho tiempo en alcanzar un tamaño comercial y aún así pocas lo hacen y otras quedan atrofiadas por la producción de demasiados juveniles. El crecimiento, aun cuando las condiciones son buenas, es menor que el de otras especies de tilapia introducidas en América Latina (Bowman, 1977). La T. mossambica se ha introducido en Ecuador (Departamento de Limnología, 1977), El Salvador (Bowman, 1977), México (Lizárraga, 1977; Granados, 1977) y Colombia (Acero-Sánchez, 1977), pero otras introducciones deberán de ser desalentadas.
(ii) Tilapia rendalli (= T. melanopleura) se alimenta de vegetación superior y se han obtenido buenas tasas de crecimiento y rendimiento en los países de América Latina en la que se ha introducido, tales como Brasil (Nomura y Castagnolli, 1977), Colombia (Ramos, 1973; Acero-Sánchez, 1977), México (Granados, 1977), Paraguay (División de Caza, Pesca y Piscicultura, 1977) y Bolivia (1977).
(iii) Tilapia aurea se alimenta de detritos y animales pequeños que viven en la capa superior del fondo de la masa de agua (el légamo orgánico). Ha demostrado buenas tasas de crecimiento y rendimiento por unidad de superficie de estanque en Puerto Rico (Pagán-Font, 1977) y El Salvador (García-Ramirios, 1977).
(iv) Tilapia nilotica se ha introducido en Brasil (Lovshin, da Silva y Fernández, 1977), México (Granados, 1977; Lizárraga, 1977), Paraguay (División de Caza, Pesca y Piscicultura, 1977) y Costa Rica (FAO/PNUD, 1976). Se alimenta de plancton, tanto de phytoplancton como de zooplancton, crece bien y puede obtenerse una alta producción de su cultivo en estanques.
(v) Tilapia hornorum es un pez pequeño, de color oscuro, empleado principalmente para producir híbridos monosexuados cuando se cruza con Tilapia nilotica. Se ha introducido en Brasil (Lovshin, Da Silva y Fernández, 1977) y en Puerto Rico (Pagán-Font, 1977).
El cultivo comercial de la tilapia ofrece dos opciones fundamentales: (i) cultivo normal sin separación de sexos, y (ii) cultivo monosexual de poblaciones de machos.
(i) El cultivo normal sin separación de sexos ha fracasado con frecuencia en el pasado debido a un "desove silvestre" de la tilapia que produce muchos alevines que atrofian a toda la población. Teóricamente esto puede vencerse de dos maneras:
(a) prácticas de manejos que producen peces lo más grande posible en el menor tiempo posible, superan los efectos perjudiciales del "desove silvestre" si si éste ocurre cuando los peces han alcanzado casi el tamaño comercial. Por ende, los alevines no crecen lo suficiente para constituir un competidor principal por el alimento. Para seguir este sistema, el estanque se tiene que vaciar por completo después de cada recolección, secarse el fondo y destruir los peces restantes para que no queden ejemplares adultos capaces de desovar durante el próximo período de crecimiento. Para aumentar la tasa de crecimiento se requiere la selección de cepas de crecimiento rápido, preferiblemente junto con tendencias al desove tardío (todas las tilapias desovan siendo jóvenes, pero incluso un retraso de un mes en el desove puede ser beneficioso). T. aurea es la más conveniente de las especies mencionadas anteriormente con esta finalidad, pero esta posibilidad exige disponer de alimentos proteínicos y practicas de manejo de que estimulen el crecimiento rápido junto con densidades bajas de siembra, que normalmente van acompañadas de ciertas perdidas de rendimiento potencial por unidad de área;
(b) una variante de esta posibilidad es incluir una especie depredadora para controlar los alevines. Algunos experimentos de cultivo de tilapia con Cichlasoma nigrofasciatum han sido relativamente satisfactorios en el control de los alevines (García-Ramirios, 1977). Cichla ocellaris también puede ser un pez conveniente en tales policultivos (Nión, 1977). Sin embargo, este sistema exige un suministro de alevines de las especies depredadoras y la infraestructura para producirlos, y solamente C. ocellaris puede reproducirse con las actuales tecnologías. No obstante, este pez es caníbal y necesita mucho espacio en el estanque, por lo que hará falta un estanque relativamente grande. También se tienen que estudiar y determinar las tasas de siembra y de tamaño de tilapia-depredador; el equilibrio entre el depredador y la tilapia es muy delicado y toda perturbación del mismo puede dar por resultado un mal crecimiento y rendimiento, con la perdida consecuente de ingresos. El mantenimiento de este equilibrio exige acuicultores experimentados y su capacitación puede tomar algun tiempo.
(ii) El cultivo monosexual de machos de tilapia soluciona el problema del "desove silvestre" en los estanques de cría. Por cuanto la tasa de crecimiento de los machos es mayor que el de las hembras, la obtención de peces de más talla y de rendimientos mayores es una ventaja adicional. Las tilapias macho monosexuadas pueden obtenerse de tres maneras:
(a) el sexuado manual exige personal muy diestro, pero incluso el más experimentado puede cometer errores de por lo menos 2-5 por ciento. Si el error es superior a esa cantidad, el resultado puede tener efectos perjudiciales en la productividad del estanque. Ambos sexos hay que criarlos hasta que alcanzen de 50 a 80 g de peso antes de poder sexuarlos, dando esto por resultado una pérdida de cerca del 50 por ciento de la producción hasta
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