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Economía de la educación: capital


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2012  •  Tutoriales  •  10.216 Palabras (41 Páginas)  •  387 Visitas

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Economía de la educación: capital

humano y rendimiento educativo

Soraya Leyva López Antonio Cárdenas Almagro*

Introducción

La tesis de que la recuperación europea de la posguerra se debió en buena medida a la calidad de su mano de obra, convirtió a la educación en una inversión óptima y provocó que la proporción del producto nacional, como gasto educativo, casi se duplicara en la década de los sesenta. Asimismo, propició la realización de estudios relacionados con el concepto de capital humano y la metodología para estimar el rendimiento de este tipo de inversión.1 El presente artículo tiene el propósito de revisar el debate sobre la asignación de recursos destinados a la educación.

La llamada teoría del capital humano no puede ser reducida a una teoría única, constituye en sí misma un subprograma de la teoría neoclásica. El desarrollo teórico del concepto de capital humano ha derivado en la ampliación de su campo de comprensión combinando elementos de la economía del trabajo, de la economía del bienestar, de las finanzas públicas, de la economía industrial, entre otras ramas de la economía. Por lo que se abrió una división propia denominada economía de la

* Profesores-Investigadores del Departamento de Economía de la UAM-Azcapotzalco.

1 De los distintos componentes del capital humano, es decir, de aquellas características que contribuyen a elevar la calidad de una determinada población, nos referimos sólo a una: la educación.

educación, encargada de aplicar el análisis económico a las disciplinas educativas. En este ámbito, la presente aproximación define el concepto de capital humano en su componente educativo y revisa los métodos de análisis de costo-beneficio de la educación desde sus aspectos técnicos y empíricos.

1. El concepto de capital humano

Desde la perspectiva económica, la educación radica en un incremento del stock de calificaciones, conocimientos y comprensión de las personas o de la sociedad en su conjunto. Por lo tanto, la economía de la educación se ocupa de la forma en que se toman las decisiones de inversión que afectan ese stock, tanto de las personas que demandan educación como de los docentes e instituciones que la ofrecen. Sin em¬bargo, producir educación obliga a reducir la producción de algún otro bien o servi¬cio. La prestación de servicios educativos conlleva en sí un costo de oportunidad.

El capital, en su significado más simple, es el conjunto de bienes de pro-ducción o el "conjunto de todos los factores de producción 'producidos' " a un determinado costo, y sujetos a un valor variable con el uso o desuso. De acuerdo con esta definición general, es plausible considerar a los individuos como recurso de capital. Pero el ser humano no es productivo en sí mismo, se requieren inversio¬nes sucesivas en el recién nacido para que se convierta en un factor productivo; no todos los seres humanos tienen el mismo valor, además que el valor que adquieren no es constante a lo largo de toda su vida.2

De todos estos aspectos, influyentes en la transformación de un individuo en factor productivo, así como de la naturaleza y el costo de las inversiones, se encargan los estudiosos del capital humano.

El núcleo de la investigación de capital humano radica en la idea de que la gente gasta en sí misma de formas diversas, buscando no solo el goce presente, sino también los rendimientos futuros pecuniarios y no-pecuniarios. En este senti¬do, las personas adquieren cuidados sanitarios, compran educación y formación profesional adicional, gastan tiempo en la búsqueda de un empleo que rinda el máximo, compran información acerca de las oportunidades de empleo existentes, emigran para aprovechar mejores oportunidades de empleo y en un momento dado, pueden preferir empleos con una remuneración baja, pero con un elevado rendi¬miento potencial, en lugar de empleos bien pagados pero sin posibilidades de futu-

2 Naturalmente, son importantes las características propias de cada individuo, determinadas genéticamente y por el entorno en que se desarrolla su vida.

ro. Todos estos fenómenos pueden ser considerados más como gastos de inversión que gastos de consumo, tanto si quien los realiza es un individuo en beneficio pro¬pio o si los asume la sociedad a favor de sus miembros. El factor común es quien toma las decisiones está considerando el futuro como justificación de las acciones presentes.3

El concepto del capital humano es relativamente contemporáneo, su na-cimiento fue anunciado en 1960 por Theodore W. Shultz, pero se puede afirmar que surge de manera efectiva dos años mas tarde, cuando el Journal of Political Economy, en 1962, publicó un suplemento sobre "Inversión en seres humanos".4

La línea marcada por Schultz (1961) hizo hincapié en el papel de la edu-cación como inversión en el futuro, debido a que la educación y la formación nor-malmente elevan la productividad del individuo en el trabajo, también pueden ser¬vir para aumentar sus ingresos salariales futuros. Surgen entonces las siguientes preguntas: ¿ofrece la educación un rendimiento mayor que otras formas de inver¬sión? ¿Algunos tipos de educación producen mayores rendimientos que otros? Es¬tas preguntas han llevado al desarrollo de abundante literatura sobre las tasas de rendimiento de la educación.

La literatura brinda información interesante, en particular porque la tasa de rendimiento de la educación señala en gran medida la demanda de servicios educativos. Para que el sistema funcione de manera eficiente ha de incrementarse la oferta de educación en campos de estudio que en la actualidad ofrecen una eleva¬da tasa de rendimiento. Sin embargo, la eficiencia es sólo uno de los objetivos; en el análisis de la educación han de pesar también las consideraciones de equidad. En parte por esta razón, generalmente los economistas defienden algún grado de finan-ciamiento público de la educación. Es complicado establecer un equilibrio correcto entre estos dos objetivos, sobre todo porque no hay consenso general acerca de la importancia que debe atribuirse a cada uno de ellos. La teoría de la elección social ayuda a orientarnos en este delicado espacio, pero no siempre es posible agregar de manera razonable las preferencias de todos los agentes para llegar a una política socialmente óptima.

3 En algunos casos existe el debate respecto a la pertinencia

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