Entornos Personales De Aprendizaje
Enviado por Dantom1 • 28 de Septiembre de 2014 • 6.738 Palabras (27 Páginas) • 253 Visitas
LA ANATOMÍA DE LOS PLES
LINDA CASTAÑEDA Y JORDI ADELL
UNIVERSIDAD DE MURCIA / UNIVERSITAT JAUME I
En este primer capítulo explicaremos el concepto de Entorno Personal de Aprendizaje
(PLE, en adelante). Para ello, en primer lugar analizaremos el contexto en el que surge dicho
concepto, cómo ha evolucionado en el tiempo y propondremos una definición comprensiva.
Finalmente relacionaremos el concepto de PLE con algunas ideas clave sobre la enseñanza
y el aprendizaje en el siglo XXI.
1. EL ENTORNO PERSONAL PARA APRENDER
La idea de que todas las personas tienen un entorno, personal por tanto, en el que aprenden
es inherente al hecho mismo de que las personas aprenden a lo largo de toda su vida y
en todo momento.
Sea cual sea la época en la que nos situemos, las personas han tenido siempre un entramado
de conexiones sociales y de fuentes básicas de las que aprender. Ese “entramado” ha
estado condicionado siempre por las fuentes de conocimiento fiable de las que disponían y
de las cuales se entendía que debían aprender. Así, en un primer momento el entorno de
aprendizaje se limitaba a la tribu y a la familia, posteriormente incluyó también a un maestro
del que éramos aprendices, con la aparición y proliferación de los libros incluyó a los libros y,
cuando aparece la escuela, centraliza en ella casi todos sus elementos.
Siempre hemos tenido un entorno personal del que aprendemos, aunque es probable que
no hayamos sido conscientes de él y no hemos necesitado serlo, especialmente porque la
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Linda Castañeda - Jordi Adell
escasez de fuentes de información y la especialización de la mismas hacían que un modelo
enteramente centralizado, con centro en un profesor-experto que nos proveía de la información
relevante para vivir, fuese más que suficiente, aún cuando seguíamos aprendiendo fuera
de él.
No obstante, con la llegada de Internet, las tecnologías de la llamada Web 2.0 y la popularización
del acceso móvil a la información las cosas han cambiado. Nos encontramos en una
era educativa que Weller (2011) llama “de la abundancia”. Ahora podemos acceder de forma
rápida y sencilla a toda la información que constituía en otros momentos el grueso de la educación
escolar (los contenidos) y además podemos comentarla, recrearla y debatirla con otras
personas. La información a la que tenemos acceso se ha multiplicado por varios órdenes de
magnitud. Casi todo lo que nos pueda interesar está a distancia de un clic.
Podemos acceder a una ingente cantidad de información, recursos y conversación sobre
casi cualquier cosa, proveniente de fuentes diversas, con perspectivas heterogéneas y orígenes
múltiples, en una extraordinaria variedad de formatos. Podemos hacer que toda esta
información llegue a nosotros tamizada por una gran cantidad de filtros y que nos sea “servida”
a la hora que mejor nos convenga, en el dispositivo, idioma, forma y lugar que elijamos.
Eso significa que las experiencias, intercambios, actividades a las que nos ha acercado el uso
de las tecnologías ha multiplicado, diversificado y personalizado de manera extraordinaria
nuestro entorno para aprender, al punto que los entornos de aprendizaje centralizados y
comunes a todos nos parecen insuficientes y empobrecedores.
Algunos autores, Collins y Halverson (2010) por ejemplo, afirman que existen aspectos
incompatibles entre la sociedad que aprende con tecnologías y la sociedad que aprende
exclusivamente con los medios tradicionales de la escuela: el aprendizaje igual para todos
frente a la posibilidad –y necesidad– de personalización, la noción del profesor como experto
único y fuente clave de toda información válida y relevante, frente a la proliferación de fuentes
de información diversas, la obsesión por una evaluación estandarizada frente a la necesidad
de evaluaciones especializadas que respondan a la personalización de la que hablábamos
antes, la creencia de que el conocimiento radica en la cabeza de las personas frente a la evidencia
de que el conocimiento depende de recursos externos con los que establecemos relaciones,
la visión del conocimiento relevante como algo que se adquiere en su totalidad o en
gran parte en una institución o de cierto tipo de fuentes de información frente a la explosión
y fragmentación del conocimiento en los soportes digitales y en red y, finalmente, el cambio
de paradigma de trabajo, desde una pedagogía que cree en el aprendizaje por exposición a
la información a una que pone el énfasis en aprender haciendo y, sobre todo, en aprender a
aprender para poder seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida.
En este marco, es coherente que haya aumentado notablemente la preocupación por los
procesos que están en la base del aprendizaje, dentro y
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