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M4_E4. Producto integrador del módulo IV. Protocolo del proyecto


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2017  •  Documentos de Investigación  •  5.512 Palabras (23 Páginas)  •  338 Visitas

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CURSO DISCIPLINAR DEL ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES.

M4_E4. Producto integrador del módulo IV. Protocolo del proyecto

INTEGRANTES DEL EQUIPO:

  • L.EMSI JOSÉ ÁNGEL

RANGEL CUELLAR

  • CP. SILVIA LISETTE

PUENTE ROJAS

(GRUPO 31)

Nombre del proyecto

Diferencias en el control impulsivo en delitos de robo y robo asociado a homicidio.

Autores

Lic. Hugo Alberto Lupiañez

1.PRESENTACIÓN (mínimo media cuartilla, máximo una)

Esta investigación realizada en el 2008, parte de una definición de la criminología que permite ubicarla como ciencia y definir su objeto y sus funciones. Se realiza una breve descripción del delito entendido como conducta caracterizada jurídicamente, y la importancia de analizar los factores individuales y sociales intervinientes en su desencadenamiento. Se destaca la importancia de la consideración multicausal del delito.

Günter Kaiser define a la Criminología como ciencia empírica, interdisciplinaria que se ocupa del crimen, del infractor y de la conducta socialmente notoria, formando parte de su objeto el conocimiento de los intereses de la víctima y la prevención criminal. El delito es una conducta, que se caracteriza por ser problemática socialmente y estar definida en los códigos penales. Esta conducta surge como consecuencia de una interacción de factores individuales y sociales, que van constituyendo la personalidad del delincuente en una espiral evolutiva, y que tendrán una importancia decisiva en el desencadenamiento o no de la conducta desadaptada.

La investigación tiene como objetivo estudiar el rol de la impulsividad en sujetos penados por delitos de robo con arma de fuego y robo con arma de fuego asociado a homicidio. Se parte del supuesto que la conducta homicida es un agravante del delito de robo producto de dificultades en el control impulsivo.

La muestra estuvo constituida por 35 sujetos masculinos penados por el delito de robo con uso de arma y 35 sujetos penados masculinos por el delito de robo con armas vinculado a homicidio a los que se les aplicó el Inventario Multifario de Personalidad de Minnesota – 2 (MMPI-2). A efectos de la evaluación de la variable impulsividad se utilizó de los protocolos solamente los puntajes obtenidos en las escalas y sub escalas específicas de Agresividad e impulsividad. Casullo (1999).

Los resultados sugieren que no existe diferencia en los dos grupos investigados respecto a la variable impulsividad. De las escalas y sub escalas comparadas con T de Suden solamente resulta significativa la diferencia para conductas antisociales (t = 2,226, sig. 0,029), el resto no indica diferencias de medias significativas.

De las muestras estudiadas el 88,6 % de la muestra total es soltero, y el 11,4 % es casado, no encontrándose diferencias en el tipo de delito.

El mayor porcentaje de penados por el delito de robo con uso de armas está en los trabajadores de tiempo completo (57,7 %), mientras que en los individuos penados por robo con uso de armas asociado a homicidio está en la categoría desempleados (42,3 %). No existe correlación significativa entre edad y los indicadores de impulsividad en la muestra total.

2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

2.1 DEFINICIÓN Y FORMULACIÓN DEL PROBLEMA (mínimo dos cuartillas, máximo tres)

Antecedentes del problema

Se ha realizado estudios relacionando la impulsividad a las conductas delictivas, entre otros Kazdin (1988), Merrel (1989), Santibáñez Gruber (1996), Folino, Escobar Córdoba y Castellino (2005), Herrero y Colom (2006).

Importancia de su estudio

Como puede observarse en todos los modelos teóricos que tratan de explicar el delito relacionando los comportamientos delictivos con personalidad, los términos impulsividad y autocontrol son un referente común. Como señalan Sobral J. Luengo A. Gómez-Fraguela J. A. Romero Estrella y Villar P. (2007) la vinculación entre características de personalidad y delincuencia ha sido una de las cuestiones siempre presentes en la investigación criminológica. Concretamente, un patrón de personalidad caracterizado por alta impulsividad, alta búsqueda de sensaciones y baja empatía parece estar latente en multitud de comportamientos antisociales y jurídicos. Por ello, toda investigación sobre la influencia de este infaltable componente en las conductas criminales constituirá un aporte significativo para comprender su influencia en la determinación de cometer el acto delictivo, en el sostenimiento temporal de las conductas criminales, y en el agravamiento de las mismas.

El presente estudio tiene como uno de sus objetivos fundamentales establecer las diferencias existentes en la impulsividad y el auto control entre individuos que han cometido delitos de robo con uso de armas y de robo con uso de armas asociado a homicidio. Se parte de la hipótesis de que los sujetos que agravan su conducta de robo con homicidio poseen un menor control de sus impulsos. El poder determinar la existencia de diferencias entre las personalidades que cometen estos tipos de delitos tiene, además de las importantes consecuencias teóricas señaladas (la mayor comprensión de la personalidad del que delinque), implicancias prácticas. Si se corrobora la hipótesis planteada, podrá implementarse técnicas de tratamiento adecuadas (Yochelson y Samenov p.ej.) a efectos de aumentar en los sujetos la posibilidad de ejercer control sobre sus impulsos, y de esta manera reducir sus conductas delictivas, o disminuir la peligrosidad de las mismas.

El concepto de impulsividad es complejo y posee una gran implicancia en los estudios sobre violencia, dificultades de adaptación social y conductas de riesgo, como se advierte en las conclusiones de las investigaciones realizadas. Muchos investigadores, Kazdin (1988), Merrel (1989) encuentran en sus estudios que la impulsividad es una constante en las conductas delincuentes. Sin embargo, la Dra. Santibáñez Gruber (1996), señala que esta constante quizás esté relacionada con la juventud de las muestras sobre las que se realizaron los estudios. En el trabajo elaborado por ella utilizando el Shapiro Control Inventory SCI (Shapiro 1992), la Escala de Valores de Rokeach en su versión española (Luengo 1982) y el EPI (Eysenck Personality Inventory) en su variable española Eysenck y Eysenck (1982; Sánchez y Cuadras, 1972), encuentra que comparando una muestra de delincuentes adultos y no delincuentes no aparecen diferencias significativas respecto al manejo de la impulsividad entre ambas muestras. Por el contrario, si aparecen diferencias en cuanto a los valores.

La conclusión final de este trabajo fue que tanto los sujetos presos como los no presos poseen igual capacidad de autocontrol de su conducta y no se diferencian significativamente en ninguno de los cuatro casos de autocontrol.

Del resultado obtenido y del análisis de los mismos, concluye la Dra. Santibáñez Gruber (1996) que podría deducirse que la variable edad es determinante en la diferencia en el manejo de la impulsividad: Por tanto, es posible que la falta de autocontrol sea una característica de un momento evolutivo temprano y que se presente más pronunciado en el colectivo de delincuentes juveniles. Línea de trabajo de algunas escuelas que se desarrollará posteriormente, y que parecen corroborar la importancia de las instancias evolutivas en el desarrollo y control de la impulsividad.

El hecho de que no exista diferencia en el control de los impulsos entre una muestra de sujetos delincuentes y otra de no delincuentes claramente determinada por la investigación mencionada con anterioridad, no invalida la presente propuesta de trabajo, puesto que aun no existiendo diferencias en el manejo de la impulsividad entre sujetos delincuentes y los que no lo son, es sumamente importante establecer si existen diferencias en el manejo de la impulsividad entre sujetos delincuentes con diferentes modalidades delictivas. Una de las consecuencias importantes de la aplicación de los resultados es la diferenciación de los tratamientos que deberían aplicarse a los distintos sujetos, sobre todo si se tiene en cuenta lo manifestado por Skynner (1978), de que el auto control es una conducta aprendida; y lo expresado por Kanfer (1975), Thoresen y Mahoney (1974), Karoli (1977) y Bandura (1977) cuando señalan que el auto control es un proceso, advirtiendo en este tres momentos o fases: la auto observación, la auto evaluación, y la intervención y el auto refuerzo.

Si pudiera determinarse la existencia de diferencias significativas entre las muestras propuestas en este estudio en el manejo de la impulsividad, podría realizarse un gran aporte a la comprensión del desencadenamiento de la conducta homicida vinculada a la de robo y en consecuencia orientar las intervenciones psicológicas a los distintos sujetos entrenándolos para el manejo de sus impulsos (desarrollar o reforzar las conductas de autocontrol, reduciendo el daño en las conductas delictivas que pudieran llevar a cabo a través de la aplicación de técnicas específicas como la de Yochelson y Samenov que se resume en el capítulo IV, págs. 28 y 29 de este trabajo).

Por esto es procedente realizar los siguientes interrogantes:

  • ¿Es la falta de control de los impulsos (impulsividad) una variable determinante en el hecho de agravar la conducta de robo con acciones violentas como cometer homicidio?
  • ¿Existen diferencias en el control de los impulsos y el tipo de delito según las características del sujeto (edad, nivel educativo, estado civil, uso de substancias tóxicas, reincidencia)?

2.2 JUSTIFICACIÓN (mínimo una cuartilla, máximo dos)

Günter Kaiser define a la Criminología como ciencia empírica, interdisciplinaria que se ocupa del crimen, del infractor y de la conducta socialmente notoria, formando parte de su objeto el conocimiento de los intereses de la víctima y la prevención criminal. Son funciones primordiales de la criminología la observación continúa de tales fenómenos, la ampliación del conocimiento, así como las investigaciones en torno al control de los resultados y a la modernización del Derecho Penal.

Por ser una ciencia empírica es que las investigaciones en Criminología tienden a encontrar las causas de las conductas criminales a efectos de la implementación de programas de prevención y de tratamiento de aquellos que han delinquido.

El delito es una conducta, que se caracteriza por ser problemática socialmente y estar definida en los códigos penales. Esta conducta surge como consecuencia de una interacción de factores individuales y sociales, que van constituyendo la personalidad del delincuente en una espiral evolutiva, y que tendrán una importancia decisiva en el desencadenamiento o no de la conducta desadaptada.

Los factores que intervienen en la definición de una personalidad criminal están constituidos por las características morfológicas individuales, la particular constitución y dinámica del núcleo familiar, la escuela y el grupo de amigos, la situación laboral, y en general la inserción adecuada o no a la sociedad convencional.

Por ejemplo, estudios realizados en EEUU demuestran que existe una relación muy íntima entre la desocupación juvenil y las conductas delincuentes, e inversamente estas disminuyen notablemente cuando aumenta la ocupación.

Este dato es sumamente importante para comprender quizás uno de los elementos que incide en las altas tasas de criminalidad en Latino América, dónde algunas estadísticas indican un promedio de desocupación de alrededor del 25 % de la población, y algunos países que poseen casi el 50 % de su población bajo niveles de pobreza, y una desocupación de alrededor del 18 %.

Las teorías explicativas del delito y de la personalidad del delincuente han puesto el acento en cada uno de estos factores y algunas, en la dinámica de interacción entre ellos, tratando precisamente de comprender la incidencia de cada factor y dejando de lado las explicaciones unicausales.

Por otro lado, el gran desarrollo alcanzado por las ciencias de la conducta y el perfeccionamiento de los métodos de intervención para producir cambios en éstas, ha contribuido a fomentar el desarrollo y los esfuerzos en tratar de comprender la relación entre personalidad y delito, estimulando la investigación criminológica. Los resultados obtenidos brindan hoy elementos fundamentales para actuar con eficiencia en la prevención y el tratamiento del delincuente.

En el análisis de la personalidad del delincuente es necesario tener en cuenta los factores estructurales, que son aquellos que han sido definidos como rasgos, características, motivación, estilos cognitivos etc. conforme a la concepción teórica que los describe, y los dinámicos, que es el modo en que estos factores inter relacionan para caracterizar a la conducta individual a través de un estilo y un sentido que el comportamiento posee para ese sujeto particular.

Las razones expuestas avalan la realización de investigaciones como la presente, que pretende realizar aportes a la comprensión de la personalidad del delincuente, fundamentalmente a la dinámica del desencadenamiento de la conducta agravante.

2.3 OBJETIVOS: General y específicos (máximo media cuartilla)

Partiendo del análisis anterior y de las preguntas de investigación planteadas en el capítulo anterior, en este capítulo se establecen el objetivo principal y los secundarios fijados para este estudio.

Objetivo principal

  1. Aportar conocimientos acerca de las diferencias psicológicas entre delincuentes con conductas de robo y con conductas de robo a la que agregan homicidio.
  2. Relacionar las características del control de los impulsos y del tipo de delito con los perfiles de los sujetos de la muestra.
  3. Relacionar las diferencias en el manejo del control impulsivo (impulsividad) con las distintas modalidades delictivas.

Objetivos secundarios

  1. Determinar si la variable independiente (impulsividad) está relacionada con las variables dependientes (robo con uso de armas y robo con uso de armas asociado a homicidio).
  2. Analizar el grado de significancia entre las variables.
  3. Elaborar el perfil de los sujetos de la muestra relacionando las variables de análisis.
  4. Establecer si existen diferencias significativas entre los sujetos al momento de considerar las variables psicológicas, criminológicas y socio demográficas.

2.4 HIPÓTESIS (máximo media cuartilla)

La Hipótesis Principal; es una hipótesis de diferencia de grupos, ya que lo que se trata de establecer es si existen diferencias entre dos muestras distintas (individuos penados por distintas clases de delitos), referidas a la variable impulsividad.

Las secundarias están separadas en descriptivas que aclaran la distribución de las variables según la población investigada, y correlacionales. En estas últimas se trata de establecer si las variables están relacionadas, y si es así la significación de la relación.

Hipótesis principal

De diferencia de grupos

  1. H1: Se espera diferencias significativas en el manejo de los impulsos entre las muestras, medidas a través del Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (MMPI-2) de Hathaway y McKinney (1999).
  2. H0: No existe diferencias significativas entre las variables de estudio.

Hipótesis secundarias:

Descriptivas

  1. H1: El mayor porcentaje de sujetos con menor nivel de instrucción poseen menor posibilidad de controlar sus impulsos
  2. H1: El mayor porcentaje de sujetos con dificultades en el control de los impulsos no trabajó nunca.

Correlacionales

  1. H1: La edad correlaciona positivamente con el mayor control impulsivo.
  2. H1: La adicción a substancias tóxicas disminuye el control de los impulsos.

3. MARCO TEÓRICO (mínimo dos cuartillas, máximo cuatro)

A los efectos de poder realizar un análisis comparativo de las teorías es que se ha elaborado un cuadro en el que se destaca el origen que fundamenta cada teoría y la explicación del delito que realiza.

PSICOLOGIA DE LA CONDUCTA CRIMINAL

Estas posiciones teóricas que oscilaban entre los extremos de una individualidad caracterizada por la patología, a una sociedad con características particulares que producía delincuencia, y ante la evidencia de que estas explicaciones no brindaban una verdadera comprensión del fenómeno, comenzó a considerarse las características de la interacción del individuo con su medio ambiente, analizando tanto la participación de las características personales como las sociales en la producción de este tipo de conductas.

Estas teorías pueden clasificarse en cinco grandes grupos teóricos Blackburn (1994) Soria Miguel Angel (1998): Psicobiológicas, Psicológicas estrictas, Conductistas, Control social, Humanistas-existencialistas y Motivacionales.

Teorías Psicobiológicas

Están orientadas a tres líneas de investigación:

  1. Las basadas en la trasmisión genética, corriente iniciada por Lombroso y que considera el crimen como producto de una constitución genética particular
  2. Las teorías bioquímicas neurológicas, que están dirigidas a demostrar el rol de las vitaminas y los minerales en la conducta criminal, o bien un anormal funcionamiento neurofisiológico y
  3. Las teorías constitucionales, Sheldon (1942). Esta última teoría tuvo una gran aceptación, porque permitía establecer estereotipos con mucha facilidad. Esta teoría dividía a las personas en tres tipos fundamentales según su constitución física: endomorfos, exomorfos y mesomorfos. A este último tipo pertenecían mayoritariamente los delincuentes.

De las teorías psicobiológicas más desarrolladas y de una importancia significativa en la actualidad se destaca la de Eysenck (1967); Eysenck y Eysenck (1976).

Teorías Psicológicas

Tienen tres vertientes: la psicopatológica, la del aprendizaje social y la visión cognitiva.

  1. La psicopatológica basada en la psicopatología mental, destacó la influencia de la deficiencia mental en el origen de las conductas criminales. Un gran aporte a estas corrientes de pensamiento la realizó el psicoanálisis que defiende una causación del delito en el desarrollo psicosexual infantil y un super ego deficitario. Un desarrollo infantil traumático y la ausencia de control emocional de las normas interiorizadas generarían la personalidad criminal (Soria 1998).
  2. La del aprendizaje social pone su acento en la asociación diferencial que parte del supuesto que la conducta criminal se refuerza al relacionarse el individuo con personas con tendencias a mantener conductas        criminales. Como mecanismo fundamental de esta asociación plantea los principios del aprendizaje operante, Skinner (1978), Según esta corriente el crimen se aprende por refuerzo.
  3. Las teorías cognitivas se basan en los estudios de Yochelson y Samenov la cual posee una importancia significativa para este estudio en la medida en que establece como uno de los factores decisivos en el desencadenamiento de la conducta criminal a la impulsividad, y en que se ha establecido como uno de los beneficios de esta investigación el poder comprender los mecanismos psicológicos que intervienen en el agravamiento de las conductas delictivas, con el objeto de hacer posible la implementación de tratamientos que reduzcan el riesgo de aparición de las mismas.

Teorías del Control Social

Se diferencian en distintas corrientes con diferencias muy marcadas:

  1. El interaccionismo simbólico que propone la existencia de una socio-cultura previa que induce a una interpretación personal del propio comportamiento y de los demás y que regula la conducta criminal.
  2. El etiquetado social que destaca el estigma social que se produce por la aplicación de la ley a las personas pertenecientes a las clases sociales más desposeídas y que transgreden las normas sociales, cargándolas con una etiqueta negativa que las estigmatiza.
  3. El marxismo ofrece una visión distinta. Para esta corriente el crimen es una consecuencia de la sociedad capitalista y, la necesidad del control social por medio de la clase dominante, Soria (1998).
  4. La teoría motivacional. Esta teoría desarrollada por un grupo especial del FBI (Unidad de Análisis del comportamiento Criminal), afirma que el delito es una consecuencia del desarrollo personal, el ambiente y el contexto en que se encuentra el sujeto. Soria (op. Cit.).

Teorías Integradoras

  1. Teorías multifactoriales. Incluyen diversas perspectivas que consideran la influencia sobre la conducta delictiva de diferentes factores sociales, personales o económicos, procedentes de las teorías de la desorganización y tensión social, del control del aprendizaje, del conflicto, de la elección racional y de los rasgos. Garrido, Stangeland, Redondo (1999).
  2. Teorías de los rasgos latentes, cuya hipótesis básica es que algunas personas poseen características individuales (como una menor inteligencia o una personalidad impulsiva) que las sitúan frente a un mayor riesgo de comportamientos delictivos. Garrido, Stangeland, Redondo (op.cit.).
  3. Teoría de las etapas vitales. Según estas teorías no existe una propensión individual estable para la conducta delictiva, sino que el comportamiento evoluciona a lo largo del proceso de desarrollo de los sujetos. La tesis principal es que del mismo modo que las personas cambian y maduran, también cambian los factores que influyen sobre su comportamiento. (ibídem).

Algunas Teorías integradoras actuales

  1. Teoría del autocontrol o Teoría General de la Delincuencia

Teoría General de la Delincuencia de Gottfredson y Hirschi, ya que explica las conductas delictivas desde las diferencias existentes en el auto- control entre delincuentes y quienes no lo son. Además, porque considera al autocontrol como un rasgo persistente y por lo tanto un constructo válido para la comprensión de las conductas delictivas. Esta teoría vincula conceptos de las teorías biopsicosociales, psicológicas, de las actividades rutinarias y de la elección racional, otorgando al auto-control un rol decisivo en el desencadenamiento de la conducta delictiva.

  1. Teoría Transaccional. Modelo de Moffitt

Uno de los aspectos no resueltos del modelo de Gottfredson y Hirschi es la incapacidad para dar cuenta de la relación entre edad y delincuencia, precisamente esta relación es uno de los puntos de partida de la teoría de Moffit. El modelo asume que existen dos tipos de delincuentes, que presentan trayectorias diferentes y que responden a etiologías y pronósticos también distintos: los delincuentes persistentes (life-course-persistent) y los delincuentes temporales (adolescence - limited). Sierra. Jimenez .y Buela Casal ( 2006).

  1. Teoría Interaccional de T.P. Thornberry

Este autor señala que el comportamiento antisocial no responde a una causación simple y unidireccional, sino que la delincuencia se va forjando a través de complejos procesos bidireccionales a lo largo del desarrollo del individuo. El individuo no se limita a “recibir las influencias criminogénicas de su medio (familiar, escolar, grupal, etc.) Para Thornberry la erosión al apego de la familia o a la escuela es uno de los factores más importantes en la génesis de la delincuencia.

  1. Teoría de David Farrington

Garrido V., Redondo S. y Stangelan P. (1999) consideran a la teoría de Farrington como paradigma de las teorías de las etapas vitales. Farrington (1996) realiza un análisis comprensivo del desencadenamiento de las conductas delictivas a partir del desarrollo evolutivo de tendencias antisociales y la concreta comisión de la conducta desadaptada. En este análisis son fundamentales de considerar: el grado de la tendencia antisocial, la decisión de cometer un delito y el inicio, persistencia y desistimiento de la delincuencia.

4. METODOLOGÍA: Enfoque metodológico, muestra, técnicas, instrumentos (mínimo una cuartilla, máximo dos)

  • Tipo de estudio

Este estudio es de corte cuantitativo, descriptivo, correlacional y transversal. El presente estudio tiene un carácter exploratorio y ex-post-facto, pues se realizó posterior a la ocurrencia del evento, con la consiguiente carencia de control sobre las variables independientes.

  • Universo de estudio o muestra:
  1. Lugar: Servicio Penitenciario de la Provincia de Mendoza, República Argentina.

  1. Sujetos: La muestra se seleccionó entre la población de penados del Servicio Penitenciario de la Provincia de Mendoza. Se trabajará con una muestra aleatoria de conglomerado, tomando del total de penados aquellos que lo están por haber cometido delitos de robo con arma y por delitos robo con arma vinculado a homicidio. De estos dos universos se extraerá la muestra final utilizándose una muestra aleatoria sistemática.
  • Universo

          De 200 protocolos de internos penados de la Penitenciaría de Mendoza, República Argentina a los que se les aplicó el MMPI-2 se seleccionó 70 sujetos que fueron divididos en dos muestras de 35 sujetos cada uno. Una muestra de 35 individuos masculinos adultos con delitos de robo con uso de armas de fuego, y la otra de 35 sujetos masculinos adultos condenados por delitos de homicidios en ocasión de robo, robo agravado seguido de muerte, homicidio agravado criminis causa, homicidio agravado con robo agravado, robo calificado por homicidio, robo con homicidio agravado, homicidio agravado en concurso real con robo agravado, conforme a la carátula del prontuario penitenciario.

  • Instrumentos
  • Para la recolección de datos se aplicará el Inventario Multifásico de personalidad de Minessota -2 (MMPI – 2) de Hathaway y McKinney (1999)
  • Para el procesamiento de la información se utilizará el SPSS versión 15 para la plataforma de Windows.

Variables

Las variables que se utilizarán serán:

  • Criminológicas, cualitativas: robo con armas y robo con armas de fuego asociado a homicidio.
  • De personalidad, cuantitativa: impulsividad
  • Socio demográficas: edad, estado civil, antecedentes penales,
  • Nivel educativo, antecedentes de uso de drogas.

5. BIBLIOGRAFÍA

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Reflexión personal:

Después de realizar el protocolo de investigación, puedo comentar que la investigación es tan compacta que posee formas, elementos, procesos, diferentes tipos, entre otros, es fundamental para el estudiante y para el profesional, ya que esta forma parte del camino profesional antes, durante y después de lograr la profesión; ella nos acompaña desde el principio de los estudios y la vida misma. Pues la investigación nos ayuda a mejorar el estudio porque nos permite establecer contacto con la realidad a fin de que conozcamos mejor, la finalidad de ésta; dicha radica en formular nuevas teorías o modificar las existentes, e incrementar los conocimientos; de llegar a elaborar teorías.

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