¿POR QUÉ SE NECESITA UNA EDUCACIÓN DIGITAL PARA UNA SOCIEDAD DIGITAL?

¿POR QUÉ SE NECESITA UNA EDUCACIÓN DIGITAL PARA UNA SOCIEDAD DIGITAL?

El mundo actual exige cada vez más la inclusión de las tecnologías dentro de la educación formal. Desde hace ya bastante tiempo, muchos autores, pensadores, filósofos, pedagogos, y expertos en la materia, vienen expresando la necesidad de una actualización del sistema educativo, más adaptado a los tiempos que corren. Con la llegada de una pandemia mundial, estas necesidades se han visto aceleradas de manera drástica, avasallando con toda estructura educativa previamente existente. Hoy en día, estos planteos salen a la luz con más fuerza que nunca, y se espera que los cambios se hagan efectivos, y que cuando los alumnos puedan regresar a las aulas, se hagan verdaderamente visibles los cambios paradigmas en las bases de los sistemas educativos en todos los niveles.

Podemos notar claramente en nuestro día a día, cómo han cambiado nuestras relaciones sociales y laborales a partir de la llegada de la revolución digital. Todos hemos modificado notablemente nuestras costumbres y nuestras formas de relacionarnos. Es la irrupción de la tecnología la que nos lleva a actualizarnos y ponernos a su altura, ya que de lo contrario nos quedaríamos afuera del sistema. La “disrupción digital”, como la presenta en su artículo Lorenzo García Aretio, ocurre “cuando un producto o servicio nace y pasado un tiempo se convierte en líder sustituyendo a otro anterior”. El inconveniente está cuando éstas disrupciones digitales ocurren de manera casi constante en cortos períodos de tiempo. “Además de estos cambios bruscos, ésta sociedad digital y moderna se caracteriza porque el conocimiento, las ideas, el saber se nos hacen muy accesibles, cercanos e inmediatos, pero, a la vez, son escasamente durables, se nos escapan o resbalan en esta sociedad líquida en que habitamos.” A su vez, es muy difícil establecer límites dentro de ésta sociedad digital: “Estamos permanentemente conectados con familiares, amigos y colegas y nos surten de abundante información, pero a la vez no podemos desengancharnos de nuestro trabajo, de nuestra oficina, empresa, ni de nuestros jefes y grupo laboral. Nos sentimos atados en la conexión permanente, por lo que llegan a difuminarse los límites entre el horario laboral y el tiempo persona”. Y este es uno de los puntos que también tocamos en nuestro encuentro con la ONG “Argentina Segura”: ¿Dónde están los límites? ¿Quién y cómo los establece? ¿Cómo protejo mi privacidad? ¿Cómo separo mi intimidad de mi vida pública/profesional? El mundo digital es muy difícil de manejar, y debemos tomarnos el trabajo de aprender a hacerlo.

Uno de los temas que más nos interesan y nos conciernen como docentes es la educación en ésta era digital. Tal como lo menciona García Aretio: “A gran velocidad cambia o no sirve lo que aprendimos ayer. Hoy las respuestas han de ser diferentes; quizás precisemos habilidades para desaprender y volver a aprender constantemente. Entonces, ¿hay disrupción también en la educación? (…) Quizás por esa falta de solidez de algunos de los “nuevos” principios y soportes teóricos que profusamente aparecen en la red, la pedagogía se quiebra, se tambalean las referencias, los modelos, valores, creencias y certezas, antes tan consistentes. Ello genera un serio problema a la educación porque, ¿educar para qué mundo, para qué sociedad en permanente mutación?, ¿formar en qué actitudes y hábitos, en qué compromisos y valores, en qué costumbres, si nada es duradero y sí cambiante y a gran velocidad? Gran dilema y desconcierto (…) Pero es que no solo ha cambiado el entorno, la sociedad, también las personas y, cómo no, los propios estudiantes. ¿Cómo son nuestros niños, adolescentes y jóvenes que acuden a las escuelas, institutos y universidades?” Coincido completamente con todos

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