Seguridad Alimentaria La Producción De Alimentos Mediante Sistemas De Gestión Territorial Sustentable
Rafaelperez668 de Julio de 2015
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Cómo Contribuye a la Seguridad Alimentaria la Producción de Alimentos Mediante Sistemas de Gestión Territorial Sustentable
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Documento No.5 del Diálogo sobre Agricultura Sustentable
Preparado para las Sesiones de Diálogo entre Múltiples Interesados, de la VIII SESIÓN DE LA COMISIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS para el DESARROLLO SUSTENTABLE
por la Coalición Popular para la Erradicación del Hambre y la Pobreza
Según las Naciones Unidas, los principales instrumentos para la Agricultura Sustentable y el Desarrollo Rural son las políticas de reforma agraria y otros cambios de políticas, la participación, la diversificación del ingreso, la conservación de la tierra y un mejor manejo de los insumos (Informe de la CNUMAD, junio de 1992, cap. 14).
TEMAS E INQUIETUDES
Desde la conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente en 1972 hasta la Cumbre Mundial sobre Alimentación de 1996, los dirigentes internacionales y jefes de Estado han buscado soluciones para crecientes crisis globales. De las muchas conclusiones de las diversas Cumbre, la más significativa es que todas son una y la misma crisis.
La crisis común a todos es la pobreza. Si combináramos todos los protocolos de las Cumbre en un solo plan internacional, tendría que ser un llamado a la acción sobre la falta de acceso de los pobres a los recursos productivos, la insuficiente participación de los pobres en decisiones que afectan sus vidas cotidianas, la distribución desigual de la riqueza y la necesidad de reformar las políticas macro-económicas que afectan adversamente a los pobres.
La pobreza es un desafío cotidiano para 800 millones de personas que batallan para cubrir sus necesidades alimentarias mínimas. El 60% de ellas son campesinos que viven en áreas de gran fragilidad ecológica y baja productividad: más de 350 millones de ellos poseen escasa o ninguna tierra. Muchos sostienen que en la mayoría de los países en vías de desarrollo el acceso a la tierra sigue siendo la opción más viable para que los hogares campesinos pobres lleguen a ser autosuficientes. Pero la forma como se reglamenta la tierra, se asignan los derechos y se resuelven los conflictos determina los incentivos y las oportunidades existentes para que los pobres del campo:
? garanticen su seguridad alimentaria en el ámbito doméstico;
? preserven y restauren sus agroecosistemas;
? consigan acceso a los servicios financieros;
? obtengan un ingreso mediante la producción de excedentes comercializable
? acumulen capital y bienes;
? utilicen su propio trabajo e inversiones para mantener la base natural de recursos;
? generen reservas para enfrentar las sequías y preservar sus activos durante periodos difíciles para la agricultura; e
? inviertan en otras opciones de sustento.
Los ciclos alimentarios sustentables se centran en la gente. La agricultura y el desarrollo rural sustentables tienen que ver esencialmente con el modo como la gente organiza sus sistemas sociales, económicos y políticos para tomar las decisiones fundamentales sobre quién tiene derecho a usar qué recursos, de qué manera, por cuánto tiempo y para qué fin. Es comprensible que cuando los derechos de propiedad son inexistentes o inseguros, los agricultores no pueden estar seguros de recibir los beneficios y por lo tanto carecen de incentivo para invertir en prácticas agropecuarias y de uso de la tierra sustentables.
Sin embargo el círculo vicioso que vincula el hambre y la pobreza con la degradación de los recursos naturales puede romperse, en gran medida, asegurándole a los pobres del campo el acceso a tierras, agua, créditos y tecnología.
El establecimiento de regímenes apropiados de tenencia y derechos de propiedad sobre la tierra puede mejorar la seguridad alimentaria, aumentar los ingresos de los pobres del campo, reducir las desigualdades en la tenencia de la tierra y prevenir conflictos rurales. El acceso seguro a la tierra, por ejemplo, podría catalizar prácticas de uso sustentable de recursos, mejorar el manejo del suelo y contribuir al combate a la desertización.
A pesar de tan convincentes argumentos, las dificultades políticas y económicas asociadas con la reforma de la tenencia de la tierra han sido tremendas. Además, en algunos casos la reforma agraria no tuvo éxito porque los beneficiarios no fueron debidamente involucrados en el proceso y porque las únicas tierras que llegaron a repartirse eran estériles.
Afortunadamente están surgiendo nuevas oportunidades que ofrecen condiciones más favorables. Entre ellas se cuentan las iniciativas exitosas de la sociedad civil, el surgimiento de instituciones democráticas y la creciente conciencia política sobre las consecuencias de seguir ignorando a las poblaciones rurales.
Un cúmulo creciente de conocimientos demuestra que existe una relación inversa entre el tamaño de la propiedad rural y su productividad. Este enfoque revela que la reforma de la tenencia de la tierra no sólo contribuye a la equidad social para los pequeños propietarios sino que además contribuye al objetivo de las políticas de Desarrollo Rural y Agricultura Sustentable [Sustainable Agriculture and Rural Development (SARD)] de “aumentar la producción de las tierras ya en uso y evitar que siga extendiéndose la ocupación de tierras que sólo marginalmente son adecuadas para el cultivo” (Ibid., cap. 14). Además, los pequeños propietarios protegen a otros miembros de la familia, contribuyendo así a la seguridad alimentaria doméstica.
La liberalización económica está eliminando gradualmente los subsidios que a menudo favorecían a las grandes explotaciones agropecuarias. Los impuestos sobre la tierra se hacen cada vez más comunes a medida que los gobiernos se esfuerzan por desarrollar su base tributaria. Donde las grandes propiedades han servido como valla contra la inflación, seguir teniendo tierras con fines especulativos se va haciendo cada vez más costoso. En consecuencia, se espera que la tierra empiece a llegar al mercado a precios más accesibles para los pobres del campo. Hay enfoques mejorados sobre los sistemas de tenencia de la tierra, incluyendo propuestas de reforma agraria asistida por el mercado, leasing de tierras y sistemas alternativos de siembra compartida (sharecropping), que son ejemplos de innovaciones tendientes a ofrecerle acceso seguro a la tierra a los pobres del campo.
En general se acepta que la degradación de la tierra y la pérdida de suelos amenazan la supervivencia de millones de personas y la seguridad alimentaria futura, con implicaciones para los recursos hídricos y la conservación de la biodiversidad. En la decisión 3/11 de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica la comunidad internacional reconoció la necesidad de abordar la gestión territorial sustentable y el manejo sustentable de los suelos en forma integrada y ecosistémica. Tanto los científicos como los organismos ejecutores de las políticas de desarrollo reconocen que las verdaderas causas de la degradación del suelo son los desequilibrios de poder, riqueza y acceso a los recursos. Reconocen que la recuperación de tierras degradadas y la protección del agua, los suelos y los bosques requiere que los pobres adquieran acceso seguro a la tierra y los consiguientes recursos productivos y servicios.
Sin embargo, un sesgo histórico urbano sigue conduciendo en muchos lugares al descuido de las zonas y poblaciones rurales. El número de pobres del campo continúa aumentando en la actualidad, a medida que se les suman los que son desplazados de zonas más fértiles por una variedad de procesos, incluyendo la degradación de la tierra, la expropiación, la presión demográfica, la privatización de tierras de propiedad colectiva, la expansión de la agricultura comercial para financiar el servicio de las deudas y los conflictos agrarios y étnicos. No puede haber agricultura y desarrollo rural sustentables donde hay conflicto en torno a las tierras a administrar.
Es de vital importancia entonces establecer una legislación adecuada. Pero igualmente importante es la existencia de los mecanismos de seguimiento, supervisión y coerción necesarios para garantizar la aplicación efectiva de las leyes y normas, en el ámbito nacional y local. En algunos casos, incluso en países con leyes de reforma agraria, la implementación de las normas se encuentra bien sea enlentecida, retardada o manipulada por el poder de la clase terrateniente. En general los obstáculos a la reforma de la tenencia de la tierra no son técnicos sino institucionales.
Gestión Territorial y Agricultura Sustentable
Reforma agraria = Tenencia de la tierra + Servicios de Apoyo + Buena administración
Resistencia de los terratenientes
La historia de la reforma agraria ha demostrado que tanto los movimientos de la sociedad civil sin apoyo público institucional como las reformas iniciadas desde el gobierno sin el apoyo de la sociedad civil han fracasado. Y la historia de la cooperación oficial para el desarrollo afirma que la sustentabilidad requiere que la gente esté empoderada para ser el agente de su propio desarrollo. Pero no puede haber empoderamiento si las personas no participan en la toma de las decisiones que las afectan. Al mismo tiempo, la participación no tiene ningún significado si no provoca un mayor acceso a los recursos productivos. Lo que se necesita son alianzas revitalizadas entre los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil, unidas a la convicción moral y financiera de la comunidad
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