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Sintesis "IT Doesn't Matter"


Enviado por   •  12 de Septiembre de 2012  •  2.287 Palabras (10 Páginas)  •  579 Visitas

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Síntesis

Desde la invención microprocesador, en 1968, la tecnología de la información (TI) ha avanzado de forma descomunal hasta convertirse en un recurso imprescindible para el comercio. Desde 1965 hasta fines de la década de los 90, la inversión en TIC aumento de 5 a 50%, llevando a las empresas a nivel mundial a gastar más de 2 trillones de dólares anuales en TI. Durante un largo tiempo, las TIC representaban para las compañías una real ventaja competitiva, sin embargo, como su disponibilidad ha crecido y su costo ha disminuido, se han convertido, más que en ventajas competitivas, en comodidades o costes necesarios para llevar a cabo negocios. Desde un punto de vista estratégico ya no importan. Cuando un recurso se convierte en esencial para la competencia pero irrelevante para la estrategia, los riesgos que este crea son más importantes que las ventajas que provee. Las tecnologías propietarias (un medicamento, un proceso productivo, un material de embalaje) sí son fuente de ventaja competitiva sostenible. Las tecnologías infraestructurales (vías del tren, teléfonos), por el contrario, adquieren mayor valor en función de que se compartan y distribuyan en mayor medida. En algunos casos, en una etapa inicial y mediante limitaciones físicas, derechos de propiedad intelectual o falta de estándares, una tecnología infraestructural pase por propietaria y por ello sea fuente de ventaja; pero en general, la situación no será sostenible en el tiempo. También se puede obtener ventaja competitiva sabiendo aprovechar mejor el uso de la nueva tecnología (p.e. cambiar el molino por un motor frente a meter un motor en cada máquina y cablear la industria).

La trampa en que caen muchos ejecutivos y empresarios es asumir que las ventajas competitivas existirán de forma indefinida. Cuando el valor comercial de una tecnología comienza a ser apreciado, inevitablemente grandes cantidades de dinero será invertido en estas, dejando de ser ventajas competitivas y convirtiéndose en comodidades (como ocurrió con las vías del tren, la telefonía y la energía eléctrica). Esto no significa que las tecnologías de infraestructura no sigan influenciando a la competitividad. Lo hacen, pero su influencia se siente a nivel macroeconómico, no a nivel de una compañía individual.

La mercantilización de las TI

Las tecnologías de la información, presentan todas las características que identifican las tecnologías estructurales. En efecto, las TIC son un mecanismo de transporte, por lo que su valor es mucho mayor cuando se comparten que cuando se usan aisladamente. A medida que se comparten y se interconectan entre ellas, mayor es la estandarización de las mismas. También estamos asistiendo a una homogenización de sus funcionalidades. De forma que los beneficios de la personalización para una empresa son mucho mayores que los costes derivados del aislamiento.

Las TIC son también altamente replicables. Un byte de datos puede ser perfectamente reproducido sin ningún costo. La escalabilidad de muchas funciones de TIC combinadas con la estandarización técnica, ha llevado a la mayoría de las aplicaciones propietarias a la obsolescencia. Por qué crear tu propia aplicación para procesar palabras, correo electrónico, manejo de la cadena de suplidores si puedes comprar uno por un costo mucho menor.

La llegada del internet ha acelerado la mercantilización de las TIC proveyendo un canal perfecto para entregar aplicaciones genéricas. Cada vez, más y más compañías cumplirán sus requerimientos de tecnologías de la información simplemente alquilando “servicios web” igual que hoy lo hacen con la electricidad y con los servicios de telecomunicaciones. Finalmente, y por todas las razones ya mencionadas, las TIC están sujetas a una rápida deflación.

No es una sorpresa, dadas estas características que la evolución de las TIC es totalmente paralela a la de otras tecnologías infraestructurales previamente existentes. Es cierto que durante algún tiempo proporcionaron ventajas competitivas a los primeros que las pusieron correctamente en marcha (por ejemplo, American Hospital Suppy, Sabre de American Airlines, el tracking logístico de FedEx y eBay, entre otros). Wal-Mart y Dell son ejemplos renombrados de empresas que han logrado convertir ventajas tecnológicas temporales en ventajas competitivas sostenibles en el tiempo.

Pero las oportunidades de conseguir ventajas basadas en las TIC ya están en decremento. Las mejores prácticas están siendo rápidamente integradas a los software o replicadas. Es evidente que el despliegue de la industria de las TIC está más cerca del final que del principio. En primer lugar, la potencia de las TIC ya es mayor que la capacidad que necesitan los procesos de negocio. En segundo lugar, los precios las hacen alcanzables a cualquiera. Tercero, ya tenemos más capacidad de distribución en Internet que necesidades. Cuarto, los propios vendedores corren hacia la posición de proveedores de comodidades o de utilidades. Quinto, la burbuja inversora ha estallado, lo cual históricamente ha sido un claro indicador de que una tecnología de infraestructura ha alcanzado su fin como ventaja competitiva.

De la ofensa a la defensa

Entonces, ¿qué deberían hacer las organizaciones? Del pasado, la lección es clara: cuando un recurso es imprescindible para competir, pero inútil para la estrategia, los riesgos que genera son mucho mayores que las ventajas que provee. Hoy a nadie se le ocurre montar un negocio sin electricidad. Pero un pequeño corte puede generar efectos devastadores. Los problemas potenciales de las TIC son numerosos: técnicos, obsolescencia, malos proveedores, seguridad, incluso terrorismo. En realidad el mayor riesgo es uno: el gasto excesivo. Las TIC consumen un porcentaje importante de las inversiones organizativas. Lo importante es conseguir separar las inversiones esenciales de aquellas discrecionales, innecesarias e incluso contra productivas.

A alto nivel, mayores costos de mantenimiento requiere más rigor en la evaluación de los retornos de la inversión, más creatividad a la hora de explorar soluciones más económicas y más sencillas y una abertura hacia el alquiler de servicios (outsoursing). Mucho del gasto en TIC se debe a estrategias de los proveedores. Grandes suplidores de hardware y software han estado forzando a las compañías a cambiar computadoras, aplicaciones y equipos de red más rápido de lo que se necesita.

Ha llegado el momento de que los compradores de TIC negocien contratos que aseguren sus inversiones a largo plazo e imponer fuertes límites en los costos de actualización. Las organizaciones deberían buscar alternativas más sencillas, como las aplicaciones de software libre y los

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