Accidentes ofidicos. Biodiversidad y población
dannyosmaTrabajo9 de Abril de 2017
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Accidente Ofídicos
Presentado por
Danny Osma Macías
Corporación universitaria Autónoma de Nariño
Primeros auxilios
Salud ocupacional
2011
Contenido
1. Biodiversidad y población. 2
1.1. Serpientes venenosas de Colombia. 3
1.2. Ofidismo en Colombia. Antecedentes históricos. 4
2. Las serpientes venenosas 5
3. Serpientes no venenosas 6
4. Serpientes del bio-parque los Ocarros 8
5. DIAGNOSTICO 10
6. TRATAMIENTO 12
7. Aplicación del suero antiofídico 13
8. Complicaciones de la sueroterapia: 14
9. Corticoesteroides 14
10. Heparina 14
Biodiversidad y población.
Las particulares características geográficas, climáticas y ecológicas, hacen de Colombia, un país privilegiado en paisajes y ecosistemas, lo que favorece una extraordinaria diversidad biológica en fauna y flora. Colombia se encuentra ubicada en el trópico, posee cinco regiones naturales bien definidas y costa sobre los océanos Atlántico y Pacífico; su situación geográfica privilegiada en la esquina norte de Sudamérica y su relieve, permiten que en su territorio sea posible hallar todos los climas y pisos térmicos, así como todos los tipos de formaciones vegetales, lo que a su vez favorece la presencia de una fauna abundante en especies e individuos, que ocupa todos los nichos ecológicos y forma complejas cadenas de interrelación e interdependencia que dan origen a los delicados procesos de equilibrio bioecológico. La diversidad de la fauna colombiana se ve también reflejada por la presencia en su territorio de una abundante cantidad de especies de serpientes altamente venenosas, que habita principalmente en los climas cálidos y templados, y que es causante de un significativo número de accidentes con intoxicación grave, que afecta a la población humana y a los animales domésticos, con altos índices de morbilidad y mortalidad, y es causante además de secuelas permanentes e incapacitantes. Colombia posee actualmente una población aproximada de 40 millones de habitantes, la mayor parte de los cuales viven en las regiones Andina, Caribe y Pacífica, siendo la Andina la más densamente poblada, y las regiones de la Orinoquía y Amazonía las menos pobladas.
Serpientes venenosas de Colombia.
Hasta el presente se han reportado en Colombia aproximadamente 225 especies de serpientes, agrupadas en 8 familias. De ese importante grupo, 40 especies aproximadamente (el 17,7%), son venenosas y capaces de causar la muerte a un ser humano. Las serpientes venenosas colombianas pertenecen a dos familias, la familia Viperidae (vipéridos), que agrupa a todas las víboras verdaderas, y l familia Elapidae (elápidos) que reúne a las llamadas serpientes de coral o coralillos.
La familia Viperidae (Vipéridos) está representada en Colombia por 7 géneros y
17 especies que son:
1. Genero Bothrops (6 especies):
B. asper.
B. atrox .
B. colombiana .
B. brazilii.
B. pulcher .
B. xanthogrammus.
2. Genero Bothriechis (1 especie): Bothriechis schlegelii.
3. Género Bothriopsis (3 especies):
B. punctata .
B. taeniata .
B. bilineata.
4. Género Bothrocophias (3 especies):
B. microphthalmus .
B. hyoprora.
B. myersi.
5. Género Porthidium (2 especies):
P. nasutum.
P. lansbergii.
6. Género Crotalus (1 especie): Crotalus durissus. (Serpientes de cascabel)
7. Género Lachesis (1 especie): Lachesis muta. (Rieca, verrugoso.)
La familia Elapidae (Elápidos) está presente en Colombia con 2 géneros y 23 especies que son:
1. Género Micrurus (22 especies). Serpientes de coral verdaderas.
M. alleni.
M. ancoralis.
M. clarki.
M. dissoleucus.
M. dumerilii.
M. filiformis.
M. hemprichii.
M. isozonus.
M. karlschmidti.
M. langsdorffi.
M. lemniscatus.
M. mipartitus.
M. multiscutatus.
M. narduccii.
M. nigrocinctus.
M. psyches.
M. putumayensis.
M. sangilensis.
M. spixii.
M. spurrelli.
M. surinamensis.
M. stewarti.
2. Género Pelamis (1 especie):
Pelamis platurus (Serpiente marina del Pacífico).
Ofidismo en Colombia. Antecedentes históricos.
Por razones que se explican ampliamente en el capítulo primero del Informe de Investigación completo y extenso (el presente es un resumen), la ausencia de información y el subregistro son las notas predominantes en los datos que se manejan en el ámbito nacional; el Viceministerio de Salud y el Instituto Nacional de Salud nutren sus respectivas oficinas de estadística con los datos que reciben de las entidades seccionales de salud (de orden departamental), quienes a su vez los han recibido de las secretarías de salud municipales y estas de los reportes de los centros asistenciales (Hospitales, Centros y Puestos de Salud), aquejados por todas las dificultades y deficiencias que hemos ya mencionado; entonces, no es de extrañar que las cifras nacionales sobre ofidismo presenten un panorama dudoso y minimizado del problema real y que en consecuencia, lleven a conclusiones y decisiones equivocadas, porque se basan en datos que no son plenamente fiables, por ser aún parciales o incompletos.
En Colombia tradicionalmente se ha subestimado la importancia del accidente ofídico como un problema real de salud pública en muchas regiones del país y esto se ha debido a que la ausencia de cifras o las pocas que se conocen han mostrado siempre un panorama muy tranquilizador para las autoridades de salud del Estado, las que han considerado, con base en la información disponible, que el accidente ofídico no representa un problema demasiado grave a escala nacional y que no constituye un verdadero “problema de salud pública”, pues su incidencia estadística “no alcanza” para que pueda ser calificado así. Sin embargo, es claro que una cosa son las cifras y otra muy distinta la realidad.
Según información del Instituto Nacional de Salud (Grupo de Sueros), en un periodo de 25 años (de 1975 a 1999), tan solo se reportó oficialmente la ocurrencia de 1.771 accidentes, es decir, un promedio de 70,8 accidentes por año, cifras irrisorias que muestran claramente las deficiencias en la información y el enorme subregistro. Hay que anotar que entonces el accidente ofídico no era una patología de reporte obligatorio y solo ocasionalmente se informaba. Actualmente.
Las serpientes venenosas
Todas las serpientes tienen muchos dientes, los cuales no son aptos para masticar sino que le sirven solo para retener la presa. Las serpientes venenosas, tienen además, dos dientes especiales en la parte anterior de la mandíbula superior, cuya función es inyectar veneno. El veneno es producido por glándulas salivales modificadas que se llaman glándulas ponzoñosas. Cuando la serpiente tiene la boca cerrada, los dientes ponzoñosos están inclinados hacia atrás, o sea en reposo. Cuando el animal se prepara para morder, los dientes se enderezan por un mecanismo especial. Al abrir la boca, son apretadas las glándulas ponzoñosas, que envían el veneno a los dientes, que tienen un canal anterior o canal cerrado. Cuando el animal muerde, inocula al mismo tiempo el veneno a través de los dientes como si estos fueran agujas de inyección. Las serpientes venenosas prefieren escapar del hombre en vez de atacarlo. Solo muerden cuando se las toca, o pisa por descuido. Si se las persigue o maltrata se arrollan en una posición amenazadora.
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