Analizar Los Tipos De Evaluaciones Fundamentales
josejoel0121 de Enero de 2012
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Analizar Los Tipos De Evaluaciones Fundamentales
Del Educando Con Retardo Mental.
Las diferentes clasificaciones internacionales consideran el Retraso Mental como: “Un desarrollo mental incompleto o detenido que produce el deterioro de las funciones completas de cada época del desarrollo, tales como las cognoscitivas, lenguaje, motrices y socialización” Se trata, pues, de una visión pluridimensional del Retraso Mental en sus aspectos biológicos, psicológicos, pedagógicos, familiar y social.
Aunque la inteligencia es un concepto abstracto siempre ha habido un interés en obtener pruebas fiables y con validez suficiente para medirla.
Lo cierto es que, actualmente, son de uso común para evaluar la Inteligencia aquellas pruebas que nos proporcionan un valor de Cociente Intelectual. Este se ha calculado en base a dividir la Edad Mental y la Edad Cronológica multiplicando su resultado por 100. A partir de aquí se establece el punto medio en un resultado igual 100.
Hoy en día son las pruebas estandarizadas, con los baremos correspondientes y con todas las garantías psicométricas, las que establecen el valor del Cociente Intelectual. En especial las pruebas Weschler (WISC) en sus diferentes formatos, son idóneas para efectuar la evaluación de la Inteligencia. En base a estos resultados, los sistemas clasificatorios (DSM-IV y CIE-10) han establecido los diferentes puntos de corte para clasificar la presencia y magnitud del Retardo Mental., quedando establecidos los siguientes puntos de corte:
Retraso Mental leve.............................. CI 69-50
Retraso Mental Moderado.................. CI 49-35
Retraso Mental Grave......................... CI 34-20
Retraso Mental Profundo.................... CI menor de 20
Según En Qué Momento Se Realicen Las Evaluaciones Pueden Ser:
Evaluación Diagnóstica: Se realiza antes de los nuevos aprendizajes, para conocer las ideas previas de los alumnos (saberes y competencias) sobre los que anclarán los conocimientos nuevos.
Evaluación Sumativa: Es la que se efectúa al final de un ciclo, abarcando largos períodos temporales, para comprobar si han adquirido las competencias y saberes que permitan promover de curso al alumno, o acreditar conocimientos mediante certificaciones. Es el juicio final del proceso, con visión retrospectiva, observando el producto del aprendizaje.
Evaluación Formativa: Se da dentro del proceso para obtener datos parciales sobre los conocimientos y competencias que se van adquiriendo y permite dicha información la toma de decisiones pedagógicas (avanzar en el programa o retroceder, cambiar estrategias metodológicas, quitar, simplificar o agregar contenidos, etcétera).
Los tres tipos de evaluación son necesarias, la primera antes, la segunda en el durante, y la tercera al final del proceso.
Según Los Instrumentos Usados Y Los Aspectos A Evaluar:
Evaluación Holística: abarca al alumno como un todo, y a su aprendizaje como una totalidad, es una apreciación globalizadora.
Evaluación Informal: sin usar técnicas formales y estructuradas, sino por la diaria observación del comportamiento individual del alumno y su interacción con el grupo.
Evaluación Continua: Se basa en la observación diaria del educando y de su actitud frente al aprendizaje usando técnicas formales e informales.
Evaluación Cuantitativa: Sólo considera lo que se aprendió, en una simple apreciación matemática.
Evaluación Cualitativa: Evalúa lo que se aprendió, cómo se aprendió y para qué se aprendió.
Según Quien Sea El Agente Evaluador:
Auto-Evaluación: la realiza el mismo alumno.
Evaluación Interna: Por algún docente del establecimiento educativo.
Evaluación Externa: Por agentes externos al establecimiento
Metodología De Evaluación Del Educando Con Retardo Mental.
Cuando se habla de la evaluación en educación, inmediatamente se relaciona con el acto de aplicar exámenes y colocar una puntuación; esta acción se simplifica de tal manera que se queda en el olvido el paradigma que en él subyace y las implicaciones hacia el sujeto evaluado; es así como la evaluación está cargada de tecnicismos desvinculados con el contexto del individuo y esta brecha nos lleva a una pregunta:
¿Medimos o evaluamos? Responder a esta interrogante es reflexionar sobre lo que se hace cuando se intenta ejecutar la acción evaluadora y las implicaciones que ello tiene para la escuela, el alumno, el currículo y el ambiente.
En el campo de la Educación Especial, los modelos medicionistas o psicométricos también influyeron por mucho tiempo en el acto de la evaluación diagnóstica. Gonzáles, M. (1978) cita a Luria (s/f) y advierte “deben considerarse con especial cautela las pruebas psicométricas creadas para las colectividades medias normales, dado que sus valores no pueden aplicarse con igual eficiencia al deficiente mental, estas exploraciones y cuestionarios no atienden específicamente a factores reales de relación social; los coeficientes intelectuales son de valor diverso según el procedimiento utilizado “En relación con esto último, el diagnóstico psicológico era determinante para etiquetar al sujeto de retardado mental sólo con el resultado de un Tests de Inteligencia que no consideraba otras variables, como: las socios culturales, la conducta, el procedimiento empleado, en otras palabras sólo mide el producto obviando cualquier juicio de valor en función del individuo evaluado.
De igual manera, estas inquietudes cobran mayor relevancia cuando evaluamos a individuos con retardo mental, pues sus características son tan múltiples como lo son las etiologías establecidas o inferidas. En tal sentido, el modelo de evaluación debe fundamentarse en un enfoque biopsicosocial; pues considera variables de índole biológica (etiologías, síndromes), psicológica (inteligencia, personalidad), social (adaptación, conducta, competencias, ambiente, escolaridad), bajo una concepción humanista del educando.
Evaluación y Diagnostico
Si el desarrollo neurológico de un niño se demuestra por la sana internación entre el niño y su medio ambiente, cuando esto no suceda deberán buscarse las causas que lo han provocado.
Para hacer esto, es preciso avaluar la magnitud déficit en relación, no sólo con la presentación de una función, sino con la calidad de esa función y el momento de su aparición desde el punto de vista cronológico. Pero antes de saber cómo evaluar, deberíamos conocer cómo vamos a evaluar. Y esa evaluación está dirigida, está relacionada con el funcionamiento de su sistema nervioso. Va directamente al desarrollo neurológico del niño, porque toda actividad, toda función nueva, toda habilidad que un niño adquiere, está relacionada con el funcionamiento de su sistema nervioso. El sistema nervioso empieza su formación desde la mitad del primer trimestre del embarazo y a partir de ese momento, durante la etapa de la gestación y durante los cinco primeros años de vida, se considera como la etapa más importante de desarrollo desde el punto de vista neurológico.
Para evaluar el sistema nervioso del niño, necesitan tres tipos de evaluaciones fundamentales:
Evaluación Médica - Neurológica.
Evaluación Psicológica.
Evaluación Psicopedagógica.
Evaluación Médica Neurológica:
En lo que nos compete, que es la evaluación médica, ésta nos da el estado general de la salud del niño con deficiencia mental, por eso el examen pediátrico de todo niño es fundamental para descartar en él algún otro tipo de enfermedades asociadas en el niño deficiente, y además para prevenir enfermedades intercurrentes, generalmente de tipo infeccioso que se pueden prevenir hoy día muy fácilmente, con la adecuada aplicación de las vacunas. Bajo ningún aspecto ningún niño deficiente mental debe dejar de vacunarse.
El examen médico neurológico avaluará el compromiso real de las deficiencias del sistema nervioso, en ese niño, en relación a su a su real potencial personal, familiar o cronológico. Igualmente una evaluación desde el punto de vista auditivo y visual, como de las inadecuadas posturas, será conveniente, para corregir alteraciones en las áreas oftalmológica, auditiva y ortopédica.
De la evaluación médica neurológica, se determinará el estado actual del niño deficiente mental y posibles causas.
Sabiendo eso, podemos determinar el pronóstico, según la deficiencia mental, sea progresiva, o secuela de un proceso pasado. Y también servirá para avaluar el pronóstico, el potencial de adquisición de nuevas habilidades. Para esas evaluaciones servirá el examen médico neurológico, y otras especialidades ya mencionadas, así como otras especialidades médicas, por ejemplo endocrinología, cuando es necesario.
Entre los exámenes de laboratorio que se solicitan, y que pueden ser de utilidad para el estudio del deficiente mental son necesarios:
1. Estudio Genético: Las alteraciones de los genes, tanto del niño como de sus padres. Esto es importante para la confirmación de ciertas enfermedades neurológicas y hereditarias.
2. Electroencefalograma: Que determina el grado de maduración bioeléctrica cerebral del niño, y además ayudará para la clasificación que puede presentar un niño con discapacidad mental.
3. Escanografía Cerebral o Tomografía Axial Computarizada: da
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