Andragogia
ciliv20 de Junio de 2013
4.671 Palabras (19 Páginas)290 Visitas
EDUCACION: DEL PASADO AL FUTURO
RESUMEN ABSTRACT
El contenido del presente ensayo gira en torno al enfoque y perspectiva que los países latinoamericanos y otros países del mundo tienen respecto a la educación: el trabajo educativo que vienen haciendo unos y otros, la manera de proponerla, orientarla, trabajarla y validarla. Es un ensayo fundamentado en las experiencias logradas y recopiladas por el periodista internacional Andrés Oppenheimer en su recorrido por distintos países del mundo, entre ellos China, India, Singapur, Finlandia, Suecia e Israel.
Aunque, inmediatamente, los científicos cuestionen su fundamentación por basarse en aspectos puramente empíricos, los hechos y datos recopilados por Oppenheimer tienen total validez aunque, de antemano, existan espacios para cuestionar, analizar, reflexionar y enriquecer los hechos e informaciones. Esto es lo interesante y motivador de lo recopilado por Oppenheimer, que inquieta el pensamiento e incentiva a profundizar en el estudio, a verificar si lo que realmente se está haciendo bien en educación en otros países funcionaría de igual manera en los países de América Latina, y si además, tendría el mismo impacto y resultados, cuando afirma que muchos países han logrado disminuir sus índices de pobreza y mejorar sus condiciones de vida a partir de creer y aferrarse a la educación.
El ensayo – anticipo -, se queda corto respecto a la profundidad del análisis, sin embargo, lo propongo para inquietar a otros a su ampliación y lectura, sobre todo, a que se ponga en discusión y reflexión, en cursos o encuentros académicos posteriores, y de esa dinámica surjan iniciativas y proyectos que permitan trabajar más concienzuda y orientadamente el trabajo educativo en el que nos encontramos inmersos.
Para Oppenheimer, no es difícil ni tarea imposible mejorar sustancialmente la educación, la ciencia, la tecnología y la innovación. “Hay cosas muy concretas, y relativamente fáciles, que se están haciendo en otras partes del mundo, y que se pueden emular en nuestros países”.
Como desarrollo al contenido de este ensayo se exponen brevemente estas acciones así como las doce claves para lograr el progreso. Espero cultivar, en el lector, la misma motivación de la que disfruto hoy, después de haber recorrido cada una de las páginas del libro ¡Basta de historias!, de Andrés Oppenheimer.
Introducción
¡Cuánto hay por trabajar en educación! Muchos docentes quisieran dedicar todo el tiempo y esfuerzo a la educación, que más que ciencia, propicia el reconocimiento y dignificación de la persona humana. Pero ¿qué es lo que imposibilita al docente visionario y misionero entregarse total y plenamente a esta labor? La respuesta inmediata, intempestiva y repentina que surja en estos momentos a su mente, es lo que le impide hacerlo. Por consiguiente, más que algo muy personal, resulta de la carencia de oportunidades y condiciones.
La verdad, no tenía contemplado hacer el ensayo respecto a este tema, me iba a enfocar en materiales educativos, pero surgió la idea y creo conveniente y oportuno darle seguimiento.
Al referirme a oportunidades y condiciones no es por justificar la actitud de los docentes por su falta de entrega total a la labor educativa sino por reconocer la posición que la educación ocupa en relación a otras disciplinas y componentes sociales, llámese economía, comercio, ingeniería por citar algunos ejemplos. La educación, en la mayoría de países latinoamericanos, es relegada a un segundo plano, sino observe los rubros económicos asignados a esta cartera, y la poca importancia e interés que ponen cuando se trata de invertir en educación.
Hay varias reuniones en las que han participado distintos Jefes de Estado de América Latina, se han firmado acuerdos para invertir más en educación, mejorar la calidad educativa y su cobertura, diversificar los servicios, propiciar oportunidades, etc., pero la pregunta es ¿cuánto de todo lo acordado se ha puesto en práctica? ¿Qué tanto los Jefes de Estado y responsables de la educación han asumido con conciencia plena los acuerdos? ¿Qué tanto están los presidentes, ministros, docentes, padres de familia y estudiantado conscientes de que la educación es una oportunidad para generar desarrollo, reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida?
Andrés Oppenheimer (2011) realizó un recorrido a nivel mundial, visitando países que tienen o están mejorando su desarrollo económico a partir de lograr avances en la educación, la ciencia y la tecnología. Durante su recorrido pudo constatar que los países de América Latina están demasiado inmersos y aferrados a su historia, a su pasado lo cual llega a distraerlos de algo sumamente prioritario como es mejorar sus sistemas educativos. Según Oppenheimer mientras la región se encuentre con niveles educativos muy por debajo de lo que actualmente se necesita, a los países de América Latina, les será imposible competir en la nueva era de la economía del conocimiento.
China, India, Singapur, Finlandia, Suecia, Israel y otros países – cada uno a su estilo –han logrado mejorar sus niveles educativos y reducir drásticamente la pobreza. En términos generales, Oppenheimer descubre que mejorar sustancialmente la educación, la ciencia, la tecnología y la innovación no son tareas imposibles, por lo que propone acciones muy concretas y relativamente fáciles practicadas actualmente en otros países, además, expone los fundamentos que imposibilitan trabajar a partir de esas orientaciones. Es decir, si se quieren mejorar las condiciones de vida hay que innovar la educación, tecnología y ciencia, solo así pueden llegarse a modificar algunas actitudes que en estos momentos son desventaja y obstáculos para lograrlo.
A continuación se exponen, de modo general, algunos de estos fundamentos.
1. Los recursos naturales ya no producen crecimiento. Concentrar la capacidad económica en los recursos naturales es hoy por hoy irrelevante. Los países que más están avanzando son los que están aportando a la innovación, a producir bienes y servicios con mayor valor agregado, por ejemplo: Liechtenstein no tiene ninguna materia prima y cuenta con el mayor ingreso per cápita del mundo.
2. La falta de humildad al reconocer cuál es la verdadera posición de las universidades y centros de investigación latinoamericanos. Se tiene que romper con el paradigma de creer que estamos bien en educación, dejar de defender sin fundamento, abandonar la ilusión, reconocer que calidad de educación no es sinónimo de calidad de edificios. Mientras se opte por una posición cerrada, rígida, la posibilidad y oportunidad de mejorar la calidad de la educación, la ciencia y tecnología será imposible. Necesitamos humildad para reconocer que otros están haciendo mejor las cosas que nosotros, por tanto, debemos aprender de ellos. China e India han optado por la humildad y ésta les ha ayudado enormemente.
3. Las universidades de América Latina no están entre las mejores del mundo. La universidad latinoamericana que más se aproxima es la universidad Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de Sao Pablo, Brasil que ocupa el puesto 190 (ranking londinense), pese a que México y Brasil se encuentran entre las mejores economías del mundo. En comparación hay varias universidades de China, India, Corea del Sur e Israel en los primeros lugares de la lista, la cual está encabezada por la universidad de Harvard. En pocas palabras, no hay ninguna universidad latinoamericana entre las cien mejores del mundo.
Mientras no reflexionemos nuestra posición y la manera de ascender a partir de innovar nuestros niveles educativos, científicos y tecnológicos nos mantendremos siempre en desventaja. Hay que abandonar el conformismo, la actitud pesimista y pasiva y asumir una actitud más dinámica, comprometida y propositiva generada por un pensamiento más crítico y creativo
4. Analizar las demandas y disciplinas educativas: Estudiar por estudiar no es algo que asegure cambios profundos o incidencias en las condiciones de vida personal y social. Estudiar una carrera profesional implica tener una respuesta al por qué y para qué, es decir, aprender en consecuencia a qué objetivos o metas. Toda carrera profesional debe ser clara respecto a sus objetivos y metas, que sean concretas, reales y precisas, de tal manera que al culminarla se cuente con acciones muy puntuales de trabajo.
La formación universitaria latinoamericana resulta, al final, para el estudiante, amplia y compleja “sabe de todo, pero a la vez no sabe qué hacer con todo lo que sabe”. Durante su formación aprendió un poco de cada cosa, un poco de aquí, de allá, etc., nunca llegó a dominar algo en específico. Por eso, cuando se le pregunta a un estudiante si sabe algo respecto a la disciplina donde se formó responde que sí, aunque sus conocimientos sean vagos y superficiales, pero al momento de invitarlo a demostrar lo que sabe en la práctica todo parece complicársele. No sabe cómo aplicar lo que sabe. Esta incompatibilidad, inconsecuencia e incoherencia atenta con toda posibilidad y oportunidad de crecer y realizarse profesionalmente.
Otro aspecto a tomar en cuenta es la elección de la carrera profesional a partir de evitar a toda costa encontrarse con las matemáticas, cuando actualmente la demanda laboral mundial gira en torno a contratar ingenieros capaces de innovar tecnologías y propiciar ciencia como valores agregados a una economía global en crecimiento. China, India, Estados Unidos, Singapur han apostado por motivar a sus estudiantes a estudiar ingenierías.
...