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Aprendizaje social

Nikki NietoSíntesis25 de Abril de 2020

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Introducción

Entre el siglo XIX y el siglo XX surgieron explicaciones a la conducta humana y a las psicopatologías diferentes a lo que establecía el psicoanálisis, por lo que se pasó de trabajar con procesos y constructos no observables como el ello, el yo y el superyó a estudiar y explicar conductas observables de las personas. Para esto, como señalan Compas & Gotlib (2003), se desarrolló un conjunto de principios que pudiera describir y permitiera conocer y explicar la conducta abierta, observable. A esta corriente se le conoce como conductismo, basado fundamentalmente sobre el aprendizaje, el cual, como se menciona en Haith, Miller & Vata (2008) se define como un cambio relativamente permanente en la conducta que proviene de la práctica o la experiencia. Fue gracias a una serie de experimentos lo que ayudó a concretar teorías que explicaban cómo se adquiere el aprendizaje.

Teorías del aprendizaje

Las teorías del aprendizaje ofrecen una explicación de las condiciones que conducen al inicio, continuación y terminación de conductas específicas. Surgieron primeramente dos teorías que daban explicación, ambas de corte conductual. Las teorías conductuales consideran que el aprendizaje es un cambio en la tasa, la frecuencia de aparición o la forma del comportamiento, es decir, la respuesta, sobre todo como función de cambios ambientales. Su principal afirmación es que el aprendizaje se da entre la asociación de estímulos y respuestas. Los teóricos de esta corriente sostienen que la explicación del aprendizaje no necesita incluir pensamientos y sentimientos, no porque esos estados internos no existan, sino porque tal explicación se encuentra en el medio y en la historia de cada quien.

Otra corriente que teorizó acerca del aprendizaje fue la cognoscitiva, quienes hacen notable los procesos internos, tales como la memoria, la atención, el pensamiento, entre otros, los cuales ocurren cuando una persona aprende, además, lo que la misma persona opina de sí mismo, sus creencias y sus valores también son factores que esta teoría cognoscitiva. También como señalan Compas & Gotlib (2003) las teorías cognoscitivas reconocen que las condiciones ambientales favorecen el aprendizaje.

Aprendizaje clásico

El condicionamiento clásico, en algunos textos como en Psicología infantil (Haith, Miller & Vata, 2008) aparece como condicionamiento respondiente, fue desarrollado por Pavlov y aborda principalmente la función de los reflejos durante el aprendizaje, especialmente como antecedente de la conducta. Al efectuar experimentos con perros, Pavlov advirtió que algunos animales salivaban antes de que la comida llegará a su boca. en este tipo de aprendizaje, el estímulo es llamado estímulo incondicional (I) y la respuesta provocada se llama respuesta incondicionada (RI). El condicionamiento respondiente implica conseguir que otro estímulo, que previamente no provocaba la RI, adquiera la capacidad de hacerlo. A principios del siglo xx Pavlov estaba estudiando el sistema digestivo del perro.

Aprendizaje operante

El condicionamiento operante es la teoría conductista formulada por B. F. Skinner. Contrario, o más bien, complementario al aprendizaje del condicionamiento operante, se centra en las consecuencias de las conductas, así como las condiciones ambientales que siguen a ésta, Las consecuencias positivas (estímulos) que siguen a la conducta (respuesta) incrementa la probabilidad de que la conducta se exhiba de nuevo en el futuro (reforzamiento positivo), de la misma forma que la remoción de estímulos negativos que siguen a la conducta (reforzamiento negativo). De manera similar, las consecuencias negativas de una conducta tienen el efecto de reducir la probabilidad de que la conducta se emita en el futuro (castigo). Esos principios operantes se basan en gran medida en la ley del efecto de Thorndike ( 1927), la cual básicamente afirma que los organismos repetirán las conductas por las cuales han sido recompensados y no repetirán las conductas que han sido ignoradas o por las cuales han sido castigados.

Aprendizaje social.

El aprendizaje social destaca principalmente que gran parte de la conducta humana es aprendida gracias al contacto con la sociedad, es decir, las reglas, creencias y valores que lleve a cabo una comunidad van a enseñar a las personas a comportarse, así, se puntúa que el ambiente tiene una influencia sobre la cognición que se verá reflejada en la conducta.

El Aprendizaje Vicario o Aprendizaje Social es la adquisición de nuevas conductas por medio de la observación. La "imitación" como forma de aprendizaje, es de sobra conocida no sólo entre los humanos, sino también entre animales. Este paradigma de aprendizaje, fue desarrollado por el psicólogo Albert Bandura y en definitiva, lo que propone es que no todo el aprendizaje se logra experimentando personalmente las acciones. A diferencia del aprendizaje activo (aquellos conocimientos que se adquieren al hacer las cosas), el aprendizaje vicario o aprendizaje social, es el que tiene lugar observando a los otros. Se aprenden, por tanto, nuevas conductas siguiendo los modelos vistos en otras personas con las que se identifica el que aprende, sin necesidad de práctica. Una de las diferencias más sorprendentes entre el aprendizaje vicario o social y otras formas de aprendizaje, es que el aprendizaje vicario tiene lugar inmediatamente. A diferencia de otros tipos de aprendizajes, no se requiere proceso gradual alguno. Si un niño ha visto utilizar un cepillo de dientes o una raqueta de tenis, la primera vez que los toma entre sus manos, comienza a utilizarlos como tales, con la única limitación que su desarrollo motor y de coordinación psicomotora le permitan. La observación, constituye por tanto, un proceso de aprendizaje muy eficaz. El aprendizaje vicario, aprendizaje social, o también denominado modelamiento son, en definitiva, términos que se refieren a los cambios conductuales, cognoscitivos y afectivos producidos en un sujeto, derivados de observar a uno o más modelos (Schunk 1997, en Alonso 2010). Este concepto es un componente crucial de la teoría cognoscitiva social y aunque según la misma, observar modelos no siempre garantiza el aprendizaje ni la capacidad para exhibir más tarde las conductas, sí cumple funciones de información y motivación: por una parte comunica la probabilidad de las consecuencias de los actos y por otra modifica el grado de motivación de los observadores (que aprenden) para actuar del mismo modo. Según Bandura (citado en Alonso 2010), el aprendizaje de una nueva conducta a través de la observación de otra persona puede ser mucho más eficaz que el aprendizaje de esa misma conducta a través del refuerzo directo (premiar al sujeto cuando realiza determinada conducta).

En los primeros años, padres y educadores son los modelos básicos a imitar; luego los “iguales” se convierten en los principales modelos, entendiendo por tales, las personas como el que aprende, de su misma edad, su mismo rango social, mismos problemas, etc. En la adolescencia pueden ser los amigos y compañeros de clase y en adelante, cualquier otra persona de la sociedad con la que los sujetos puedan sentirse identificados. Son muchos los ejemplos de cómo los niños observan e imitan a sus padres y aprenden de lo que les sucede a sus hermanos. Así, aprenden conductas socializantes: manejar los impulsos agresivos, prestar y compartir las cosas, etc. pero también conductas antisociales. Es importante saber que los procesos de aprendizaje vicario, duran toda la vida, a partir de la interacción de los sujetos con el medio y con otros sujetos que identifican como modelos cuando estos se han encontrado en situaciones parecidas por las que los observadores pasan. Según palabras del propio Bandura, “El aprendizaje es, con mucho, una actividad de procesamiento de información en la que los datos acerca de la estructura de la conducta y de los acontecimientos del entorno se transforman en representaciones simbólicas que sirven como lineamientos para la acción”. (Bandura, 1986, en Alonso 2010). En definitiva, el procesamiento personal de lo que cada uno de nosotros hemos aprendido observando a los demás (conducta y entorno), se convierten en autorrepresentaciones mentales, dispuestas a ser llevadas a cabo en situaciones similares. Por tanto, determinadas personas pueden actuar como “modelos conductuales” para algunos observadores y no para otros, dependiendo de cómo esos observadores estén interpretando la situación del modelo y su propia situación.

Cuando los observadores perciben una similitud entre la situación del modelo y la suya propia, tienden a identificar la conducta del modelo como un posible comportamiento que pueden llevar a cabo por sí mismos en su propia situación. A través del aprendizaje social o vicario, las personas pueden llegar incluso a desarrollar intensas emociones ante situaciones que jamás han experimentado. Un niño que ve a un amigo caer de un columpio y romperse un brazo puede llegar a temer a los columpios sin que a este personalmente le haya sucedido. Los procesos de modelación social o aprendizaje vicario merecen por tanto una considerable atención también como procesos de aprendizaje “oculto” en múltiples situaciones sociales, donde unos sujetos aprenden de otros por simple observación, en muchas ocasiones de forma inconsciente por ambas partes, es decir sin que los que aprenden sean conscientes del tipo de aprendizaje que están recibiendo, y sin que los “modelos” sean conscientes de que están siendo modelos para otros.

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