Armonia Con La Naturaleza

‘‘EL SER HUMANO Y LA NATURALEZA’’

Una tranquila mañana, el sol alumbraba esplendorosamente, el río resonaba al chocar con las piedras de su ribera, los árboles se mecían dando un suave baile con el viento, mientras que los animalitos corrían y jugaban por todo el bosque. Estos seres maravillosos de la naturaleza, llevaban una vida muy contenta, armoniosa, tranquila, próspera, compartían solidaria y naturalmente sus propiedades manteniendo la mejor relación entre ellos.

Tan genial era la vida en este lugar, que muchas de las personas que a menudo llegaban a visitar y aprovechar de sus enriquecidas virtudes, se regresaban felices de saber que fuimos bendecidos por Dios con tanta naturaleza que hace sentir bien a quien llegue por aquella maravillosa zona.

En un pueblo muy cerca del bosque, habitaban grupos de familias que en muchas ocasiones visitaban ese lugar para dar un paseo, caminar tranquilamente por el lugar, descubrir nuevas formas de beneficiarse de él, o simplemente para descansar y pasar un día en familia disfrutando del aire puro, ya que en el pueblo no tenían tan buena vegetación como la había en el bosque para que tengan aire fresco.

Hasta que un día, un par de familias, los García Suarez y los Durand Castillo, que se dieron cuenta que no tenían lo suficiente para vivir en el pueblo por falta de recursos económicos, decidieron mudarse al bosque y construir pequeños hogares donde habitar.

Fue una decisión muy favorable para estas dos familias, ya que adoptarían una nueva forma de vivir saludable, natural, armoniosa, tan cerca de la naturaleza. Pero a la vez, sabían que de alguna u otra forma, perjudicarían a esta fuente de beneficios por lo que se sentían un poco tristes. No podían hacer nada por evitar alojarse en una parte del bosque y no dañarlo, por ello, desde el primer día que pasaron en su nuevo hogar, trataron de amigarse con su actual espacio para que luego no sientan culpa y pena de haberle causado daños.

Pasaron los días, las familias se sentían muy contentas de haber encontrado la solución a su supervivencia, trabajaban diariamente con mucho esfuerzo, dedicación y consideración de lo que la naturaleza que les rodeaba les favorecía para que puedan satisfacer sus necesidades. Y, para compensar el hecho de recibir alimento de los árboles, sus frutos, el agua del río que les servía para tomar, asearse y para la limpieza de su vivienda, y todo lo demás que les brindaba su entorno que era como un paraíso para ellos, ayudaban a cuidar de los animalitos que vivían en ese bosque, cuando veían que algún árbol necesitaba de agua que no le llegaba del río, ellos regaban voluntariamente cada parte de esa vegetación para que puedan seguir dando frutos, sombra y purificar el aire, de los cuales ellos eran los principales afortunados en aprovecharlo.

Así, día a día, desarrollaban una vida muy saludable y agradable. Cuando llegó un día, que uno de los dos hijos que tenían el señor y la señora García, el mayor de 8 añitos llamado Jaden, tenía que empezar a estudiar en la escuelita que estaba en el pueblo. El niño estaba muy contento de volver al pueblo, encontrarse con sus amiguitos y mejor aún de ir a su primera clase del tercer grado que cursaba. Le entusiasmaba mucho el poder compartirles a sus compañeros lo bien que era vivir en el bosque y a la vez cuidarlo.

Ese mismo día, al finalizar su primera sesión de aprendizaje de su tercer año en la escuela, Jaden invitó a sus dos mejores amigos a visitar su hogar para que hagan juntos la tarea que les dejó su maestra, la mamá del niño al ir a recogerlo a la salida, aceptó que sus amiguitos lo visitaran por la tarde.

Cuando terminaron la tarea, Jaden y su mamá, amablemente llevaron a los dos niños a dar un pequeño paseo cerca de su casita mostrándoles detalladamente cada parte de ese bosque, de forma que éstos se quedaron muy asombrados y felices por tal significante paseo, que les permitió apreciar la naturaleza, sintiendo ganas de volver a ese lugar con sus familias, ya que siempre que habían ido no la apreciaron como lo hicieron esa tarde que para ellos fue un tanto mágica. De regreso a casa, ambos niños amigos de Jaden, emocionados les contaron a sus padres de la experiencia vivida aquella bonita tarde, ese contacto con la naturaleza que

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