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Arte Latinoamericano

Javy37224 de Enero de 2014

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Arte latinoamericano

Concepto.

Este arte se refiere al desarrollado con toda independencia y particularidad, por los artistas de América Latina que, luego de un proceso histórico marcado e influenciado por el poder de los países colonialistas europeos en una primera instancia, y luego por las políticas colonialistas en el continente americano por parte de los Estados Unidos, y que tomando conciencia de su unidad cultural, lingüística, e histórica, comienzan a reivindicar su propio pasado ancestral, retomando en sus temáticas o exaltando el arte de las grandes culturas precolombinas, o retomando elementos del arte popular de los pueblos de América Latina.

Características

Este proceso de identificación del arte latinoamericano comienza a finales del siglo XIX y se consolida a principios del siglo XX, cuando muchos artistas de la región viajan a Europa, principalmente a París, que era el centro artístico y cultural donde se desarrollaban una cantidad de propuestas artísticas que a la postre marcaron una revolución en el arte moderno, y se vieron influenciados por lo que en la historia del arte se conocen como vanguardias artísticas, tales como el cubismo, el surrealismo, el constructivismo, el expresionismo, el abstraccionismo, etc.

Algunos de los artistas latinoamericanos aportaron de forma vital al desarrollo de estas tendencias artísticas e incluso las enriquecieron con sus propuestas originales y novedosas por medio de las cuales dejaron constancia de que se podía hablar ahora de un arte latinoamericano, con características expresivas y creativas propias que, de alguna u otra forma, se contraponía al arte europeo u occidental en general.

Arte Latinoamericano colonial

Concepto.

Se refiere al desarrollado en los países de América Latina durante el período histórico correspondiente al proceso de colonización por parte de la corona española, entre los siglos XVI y XVIII.

Características

Se caracterizó básicamente por la imposición violenta de los elementos de catequización y adoctrinamiento en los asuntos religiosos relacionados con el poder ideológico derivado de la Iglesia Católica y que se expresó, en términos del arte, en influencias de los estilos románico, barroco, manierista, rococó y algo de gótico, tanto en la arquitectura como en la pintura y la ornamentación de iglesias y catedrales.

Sin embargo estos estilos europeos fueron adoptados o transformados por los pueblos aborígenes colonizados, que en muchos casos agregaron o yuxtapusieron elementos propios de sus culturas en un proceso de sincretismo cultural, es decir, que de alguna u otra forma seguían expresando, a través de formas artísticas foráneas contenidos camuflados de sus creencias ancestrales, siendo de particular importancia artística y estética las obras que en este sentido se desarrollaron en países como México y Perú, dando paso a un nuevo estilo, que en la historia del arte se conoce como barroquismo latinoamericano.

Arte Latinoamericano republicano

Concepto

La relación entre arte y ciencia fue muy importante en algunos proyectos relacionados con el conocimiento de la realidad latinoamericana. Como ejemplo particular vale señalar la Expedición Botánica en Colombia, dirigida por José Celestino Mutis, la cual dejó una gran cantidad de registro gráfico, ilustrativo y pictórico sobre plantas, flores, paisajes rurales y de poblaciones, tipos humanos, y de otros aspectos concernientes al medio en los cuales los artistas se veían inmersos y cuestionados respecto a lo que es la representación y respecto a lo maravilloso de la realidad que se presentaba a sus ojos y que de alguna forma sutil, técnica, utilizando incluso pigmentos no conocidos por los pintores europeos, daban cuenta de la magnificencia y riqueza de motivos o temáticas pintorescos.

Igualmente otros pintores o dibujantes ingleses, franceses y criollos dejaron plasmados en dibujos y acuarelas escenas, retratos, paisajes, episodios de guerras, etc., que quedaron como testimonio de una interpretación de la realidad supuestamente captada directamente, in situ, pero que de todas maneras estaba atravesada por una visión eurocentrista, es decir, representada gráficamente según los cánones y procedimientos impuestos por las formas de figuración y representación del cuerpo, del espacio, de la arquitectura perspectivística propias de una escuela de arte europea.

Características

Sin embargo, como se dijo anteriormente, esta fue una buena fuente para que algunos artistas trascendieran lo anecdótico y se interesaran en lo sensible, e influenciados por el impresionismo, movimiento pictórico que estaba en su apogeo en París, empezaron a realizar trabajos interesantes en este sentido, de captar lo efímero y mágico del paisaje del momento, pero agregando a su percepción la luz, el color, lo exuberante de una tierra de trópico poblada con gran cantidad de tipos humanos, razas diferentes que son representación de lo que, luego, alguien llamó raza cósmica, que al fin de cuenta no es sino la expresión positiva de traer a cuento, y reconocer, que en América Latina confluyen, se contraponen, se pelean, se integran, se rechazan, se buscan, se niegan, se esconden, se desaparecen, se abrazan y nuevamente el mismo juego, pero distinto, todo el mundo, porque aquí hay kunas, huitotos, emberá, katíos, paeces, wayuu, guambianos, úwa, araucanos… indios de mucho antes de los españoles, españoles que también eran de por sí iberios, o traían de celta, de griego, de romano, de árabe o de judío, de vascos y de catalanes y de gallegos; africanos de toda tierra de África: bantú, congolés, batá, siboney, cimarrón que congregó a todas las naciones de raza negra en los palenques; vikingos, irlandeses, franceses, portugueses, italianos, alemanes; chinos, coreanos, japoneses; polinesios, polacos, armenios, paquistaníes….etc., etc., etc. Que todo mundo quiso venirse para acá, y todo mundo quiso buscar aventura… O que se reclutó gente de todos lados para ser carne de cañón para la Primera Guerra Mundial 1900.

Tener conciencia de esta libertad para relacionarse con el resto de personas del mundo posibilitó al artista latinoamericano, en su idiosincrasia, entrar, inconsciente o conscientemente en la modernidad, en el mundo del arte contemporáneo.

Arte latinoamericano moderno

Concepto

Los artistas latinoamericanos se orientarán hacia un camino creativo que evidencie y cierna en términos plásticos su propia identidad. (…) El arte latinoamericano del siglo XX relata la historia de identidades múltiples, la de América Latina pensada como realidad colectiva, pero también como manera individual de ser. Se trata de dos visiones diferentes, a veces antagónicas, que algunos artistas logran amalgamar al servicio de sus designios conceptuales o ideológicos. Variedad de lugares, de historias y de sociedades, a la vez que heterogeneidad de corrientes, producciones, posturas y compromisos.

A lo largo de la primera mitad del siglo la producción artística latinoamericana se divide en dos corrientes. La primera, figurativa y narrativa en el Norte (México), fue un movimiento comprometido de arte público y mural que halló un terreno favorable con las ideas y el gobierno surgidos de la Revolución de 1910. Nacido en 1922, este arte oficial ocupará el terreno durante cuarenta años. Más de mil pinturas murales serán realizadas en todo el país (edificios públicos y privados), así como fuera de México, principalmente en Estados Unidos. La escuela mexicana de pintura es una experiencia sui géneris que no tiene equivalente en nuestro siglo. Construida alrededor de una teoría, servida por artistas militantes, aspiró a ser el testimonio de la afirmación de la nacionalidad a través de la representación de la historia, de costumbres, tradiciones y luchas sociales y políticas de la época. Tres pintores, Diego Rivera (1886-1957), José Clemente Orozco (1883-1949) y David Alfaro Siqueiros (1896-1974), llamados “los tres grandes”, desarrollarán líneas estéticas diferentes articuladas en torno a un arte público, político y realista: del formalismo literario de Rivera (que había sido cubista en París) hasta el expresionismo caricatural de Orozco, pasando por las experimentaciones técnico-espaciales de Siqueiros. Respaldados por el Taller de Gráfica Popular creado en 1937, la imbricación de arte y política será en México hasta los años setenta el eje conductor de las relaciones entre los artistas y el estado.

Características

La influencia del realismo social y la urgencia circunstancial de un arte comprometido también se hará sentir en Argentina con Antonio Berni, en Brasil con Cándido Portinari y Emilio di Cavalcanti, así como en el movimiento mural chicano que se desarrollará durante las tres últimas décadas en todo el sur de Estados Unidos. La dimensión social y política de la creación atravesará el curso de la historia del arte latinoamericano, simultáneamente a la interrogación por la identidad.

Actualmente, los jóvenes artistas latinoamericanos confirman lo que Matta escribió hace algunos años: “Pinto para que la libertad no se convierta en estatua”. De Alfredo Jaar (Chile) a Luis Camintzer (Uruguay), de Víctor Grippo (Argentina) a Silvia Gruner (México), de José Bedia (Cuba) a Nadin Ospina (Colombia), para limitarnos a ellos, la problemática local se conjuga con un lenguaje contemporáneo. América Latina aparece, en su irreductible

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