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Arte Argentino Y Latinoamericano

FlorenciaDiaz9319 de Noviembre de 2014

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Arte argentino y latinoamericano

Arquitectura

El Cabildo

En 1711 la Corona española autorizó la construcción de un nuevo cabildo para la ciudad de Buenos Aires. Los nuevos trabajos serán realizados según el proyecto del jesuita Andrea Blanqui. Sería un edificio de dos plantas (capilla y despachos para los capitulares y el escribano en el piso bajo; sala de sesiones y otras dependencias en el piso superior, celdas y habitaciones para la servidumbre al fondo) balcón corrido en el frente, torre, cinco arcos arriba y abajo, a los costados del cuerpo central. Las obras comenzaron en 1725 y se inauguraron en 1740 cuando aún faltaba concluir el piso alto y la torre. La planta alta fue acabada en 1748, luego el balcón de madera y hierro, la torre, el reloj y la campana. En 1786 se dispuso el ornato de la sala de sesiones, para la que se adquirieron alfombras inglesas, colgaduras de damasco carmesí con flecos y borlas de oro, dosel, cojines, escaños, mesas y una campanilla de plata. Debajo del reloj, en la torre, fue emplazado el escudo de la ciudad y se inscribió la fecha de 1711. Este edificio será testigo de la Revolución de Mayo.

Ell 24 de diciembre de 1821 se disolvió por ley provincial la corporación municipal denominada Cabildo, sin reemplazarla por otro organismo. Desde el 1 de enero de 1822 será ocupado por oficinas de los fueros civil y criminal y en la planta baja se instalaron escribanías y procuradurías y sólo persistió la cárcel de hombres, en el segundo patio. En virtud de su nuevo destino, en el frontispicio se inscribió en letras doradas la leyenda: Casa de Justicia. El 17 de septiembre de 1861 se inauguró la torre reformada, con las ventanas más altas para ubicar el reloj adquirido en Thwaites & Reed, de Londres. Con los cambios producidos por la Generación del 80, en 1879 la Legislatura de Buenos Aires dispone dos millones de pesos para modernizar el edificio del Cabildo, sede del superior tribunal de Buenos Aires. El Departamento de Ingenieros encarga los planos a Pedro Benoit. Las obras producen importantes alteraciones del antiguo edificio: se agrega un cuerpo a la torre y se desfigura el estilo colonial con balaustres, columnas, esculturas, frisos de sabor italiano y además es azulejada la cúpula. Los arreglos alcanzan también al interior sustituyendo las salas encaladas por espacios de profusa decoración.

En 1884, el Congreso, por instancias de Don Torcuato de Alvear, autorizó la apertura de la futura Avenida de Mayo, y así el Cabildo debía perder tres arcos de su extremo norte. Empezadas las obras en 1888, se concluyó con la demolición de la torre y los tres arcos. Para algunos, este Cabildo tronchado fue una “caja de zapatos” por su forma. Vacío de tribunales y calabozos, pasó al Ministerio de Justicia e Instrucción Pública.

En 1931, a causa de la avenida Presidente Julio A. Roca, la Municipalidad ordenó la demolición de los tres arcos del ala derecha para que ésta siguiera la línea de la Diagonal Sur. El 31 de mayo de 1933 fue declarado monumento histórico por Ley N° 11688; para ese entonces era la sede de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos a cuyos miembros se debe la iniciativa de restaurar el Cabildo, restableciendo, dentro de las limitaciones ya insuperables, su fisonomía original. Se encarga del plan el arquitecto Mario J. Buschiazzo. La fachada se hace sobre la base de dos arquerías y la torre fue reducida en su tamaño; se devolvió la campana llegada de Cádiz quitada en 1889. Los trabajos se hicieron rápidamente, y fue habilitado el 12 de octubre de 1940.

Los túneles del Cabildo

Ya en los finales del siglo XIX comenzaron las descripciones acerca de construcciones subterráneas existentes bajo los patios del Cabildo. En 1936 una parte de esto fue hallado y mapeado por los operarios de Obras Sanitarias y luego publicado por Vicente Nadal Mora en 1957. Lo que los planos mostraban era una serie de túneles que coincidían en un pozo central, varios pozos de aljibes que no estaban conectados con éstos y, al menos, una cisterna de aljibe de gran tamaño.

En 1991 se hicieron excavaciones arqueológicas en los dos patios. En el patio central se halló precisamente un enorme pozo abovedado con ladrillo de más de 4 metros de diámetro y totalmente relleno con escombro, cuya profundidad no pudo ser medida (sólo se excavaron 6 metros por problemas de seguridad), del cual partían tres túneles. Éstos eran muy estrechos, de cerca de 1,20 metros de alto y unos 50 cm de ancho, cavados directamente en la tierra, pero que por las obras modernas y las raíces de los árboles se habían derrumbado en su casi totalidad. En el interior se hallaron pequeños fragmentos de cerámicas y vidrios fechados para finales del siglo XVIII y del siglo XIX. El tipo de obra y los materiales conexos permiten presumir que se trata de partes de túneles construidos durante el siglo XVIII, quizás cuando se hizo el Cabildo mismo, como parte de la inconclusa red que los arquitectos jesuitas intentaron construir para la defensa de la ciudad.

Catedral Metropolitana

La administración de toda la Catedral, y su atención pastoral, ha sido siempre responsabilidad del Cabildo de Canónigos. Así lo fue en la Catedral hasta 1969, año en que monseñor Juan Carlos Aramburu creó el cargo de rectas para desempeñar ambas responsabilidades designándolas al Cabildo.

Además de restaurar la Catedral a su antiguo esplendor, el nuevo rector, Monseñor Daniel Keegan, debió encarar la reforma del altar para adecuarla a las exigencias de la nueva liturgia y Arte Sagrado , fue el de adoptar una estructura moderna y funcional en lugar de la repetición de estilos del pasado.

La obra, comenzada a fines de 1970, concluyo en el año siguiente.

En Junio de 1984 se desmonto el antiguo altar de madera tallada y dorada que se dono a la nueva Parroquia de Nuestra Señora de Caacupe, frente al parque Rivadavia.

El gran crucifijo que lo precedía era destinado a la casa de ejercicios El cenáculo de Pilar, Provincia de Buenos Aires.

Considerando que la Iglesia Catedral Metropolitana es Monumento Histórico Nacional por decreto Nro. 120412 de Mayo de 1942, y sujeta a los términos de la Ley Nacional Nro., 12665., a trabes del Servicio Nacional de Diseño y pleno acuerdo de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos, a partir de 1973 se procedió a restaurar en forma ininterrumpida el Templo y el Mausoleo del Libertador.

Quince años sin fachada:

Mientras en el interior de la Catedral proseguían las obras, nada se adelantaba en el exterior.

Una espadaña fue erigida sobre el costado izquierdo de la iglesia en 1802, y en ella se colgaron tres campanas; en 1803 se agregó a esa pequeña torre un balcón de madera, llegado a Buenos Aires en 1804, el decimoquinto obispo, Monseñor Benito de Lue y riega, se moviliza de inmediato para lograr la construcción del frontispicio y de las dos torres. Al parecer, se prescinde del diseño de Saa y Faria, y se encomiendan nuevos planos al arquitecto español Tomás Toribio, afincado en Montevideo, cuyo neoclásico Cabildo está realizado.

Las obras empiezan hacia 1806, pero son suspendidas en 1807; cuando solo se han edificado tres varas de pared que levantan las torres sobre el cimiento, y tres varas de pared trabajada.

Se elevó al virrey marqués de Sobremonte un memorial que explicaba que el nueve y medio de los diezmos que se asignaban a la fábrica, impedían la continuidad del edificio. Se solicitaba una donación de $4000 anuales para construir las torres. El Virrey giró memorial el 25 de junio de ese mismo año de 1804. El frontis y las torres se comenzaron a levantar y continuaron hasta 1807 ya que el cabildo eclesiástico acordó suspender las obras por falta de dinero.

En el año 1821, en el gobierno de Martín Rodríguez, el 10 de noviembre se firmo un decreto para que se concluya el templo de la Catedral.

El 12 de noviembre de 1821, Rivadavia pidió al cabildo eclesiástico que vendiera unas casas que poseía la iglesia y las alhajas innecesarias para adquirir fondos para la obra del frontis.

El pedido lo reiteró al año siguiente. Finalmente acordaron que se suspenda la venta de las casas pero ver la posibilidad de vender las alhajas.

Con motivo de las obras del frontis, el señor Rivadavia proyecto construir un edificio de publica utilidad sobre el terreno lateral de la iglesia que le esta contiguo por la parte de este, cuyo valor seria aplicado oportunamente a los fondos de la fabrica.

Las obras del frontis se iniciaron en el mes de enero de 1822, pero anteriormente, el 3 de diciembre de 1821 se traslada al templo de San Ignacio la pila bautismal y todos los servicios parroquiales. Se tomó esta medida porque también el templo contó con arreglos en su interior.

Arquitectura externa

La fachada de la Catedral Metropolitana responde al estilo neoclásico francés.

Este movimiento arquitectónico, principalmente dominado por ingeniosas estructuras y expresándose en líneas geométricas tiene preferente inclinación al volumen.

Se ingresa al atrio, sumamente angosto, a través de una escalinata de cinco peldaños de mármol blanco. Su piso esta revestido con baldosones negros y blancos.

El peristilo es de docástilo, o sea, doce columnas representando simbólicamente a los doce apóstoles de Cristo.

En 1823 Rivadavia pidió precio en París para fundir allí los capiteles y las bases de bronce, pero su elevado costo hizo que desistiera. Por este motivo la columnata permaneció sin revocar hasta el año 1862.

Las columnas, actualmente, son de fuste liso, carecen

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