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Autonomías Del Derecho


Enviado por   •  30 de Junio de 2011  •  2.662 Palabras (11 Páginas)  •  855 Visitas

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AUTORITARISMO

Concepto:

El autoritarismo es, una modalidad del ejercicio de la autoridad en las relaciones sociales, por parte de alguno o algunos de sus miembros, en la cual se extreman la ausencia de consenso, la irracionalidad y la falta de fundamentos en las decisiones, originando un orden social opresivo y carente de libertad para otra parte de los miembros del grupo social.

En el campo de la ciencia política el autoritarismo se refiera a "la doctrina política que aboga por el principio del gobierno absoluto: absolutismo, autocracia, despotismo, dictadura, totalitarismo." El término se utiliza para calificar a organizaciones o estados que pretenden conservar y gestionar el poder político mediante mecanismos que se encuentren en abierta contradicción con la libertad.

Si bien mayormente al autoritarismo se lo suele identificar como propio y exclusivo de aquellas naciones que solamente tienen un solo partido político, que por supuesto es el gobernante, también, la realidad nos ha dado sobradas muestras que al mismo lo podemos encontrar en aquellas naciones en las cuales existe más de un partido.

Historia:

Las ideas de autoritarismo fueron elaboradas hacia fines de los años 40, por intelectuales judío-alemanes que lograron exiliarse en Estados Unidos. Entre estos están Hannah Arendt y a Theodor Adorno. Para estos autores estas nociones representan el intento de explicar la raíz de la tragedia Europea; o sea, de la barbarie nazi. Y, para ambos pensadores, el núcleo de la explicación se condensa en que los regímenes autoritarios nacen y se desarrollan en base a la divinización de una idea.

En la década de los años 60 el término “autoritario” se extiende al calor de las luchas juveniles y el cuestionamiento de las generaciones mayores. De un momento a otro toda autoridad apareció como sospechosa: excesiva, obscena, autoritaria. Este rechazo a la autoridad invitó a imaginar formas alternativas de gobierno y, correlativamente, a desconfiar de, y hasta satanizar a, cualquier persona que pretendiera ejercer la autoridad. En esta atmósfera cargada de crítica y deseos de cambio, las ideas de comunidad y democracia directa ganaron gran predicamento. En términos políticos hablamos, por supuesto, del ascenso de la izquierda y del mito revolucionario hasta mediados de los años 70. Esta cronología está marcada por los hitos de la descolonización, la revolución cubana, la revolución cultural china y el mayo francés de 1968.

No hay duda de que el movimiento “antiautoritario” ha tenido una influencia decisiva en la democratización de la vida social. También ha implicado una gran presión por hacer más transparentes las vidas privadas de las personas que ejercen alguna función pública, ahora expuestos a una exigencia ética y una presión mediática que eran inimaginables hace 40 años.

En otro orden de cosas, en el plano de la vida familiar, las relaciones entre hombres y mujeres y entre padres e hijos se han vuelto mucho más horizontales.

No obstante, en el campo político, las demandas de comunidad y participación ampliada, que también eran ejes centrales del programa “antiautoritario”, no han tenido mayor éxito. El individualismo se ha sedimentado, desplazando las ideas colectivistas de salvación y de sacrificio que antes motivaran la acción política del militante u hombre comprometido. El pensamiento que hoy domina es que todos los individuos tienen derecho a realizar su potencial humano de la mejor manera en que lo entiendan, y, que el fin de la sociedad, y del estado, es facilitar la vida de las personas, y no decirles lo que tienen que hacer.

Finalmente, en el dominio de la economía, donde el antiautoritarismo se asociaba al cooperativismo y la gestión colectiva, lo que hoy tenemos es el despotismo del capital. Atemperado, sin embargo, por la necesidad de las empresas de tener un semblante amable, de responsabilidad social. El balance es complicado. En la época que estamos viviendo la tiranía del capital coexiste conflictivamente con la ampliación de los márgenes de la autodeterminación de las personas. No todas, desde luego, pero si bastantes.

La hipótesis de que toda autoridad es autoritaria implica dos supuestos: a) la ley es un recorte del goce, una disminución de los márgenes de libertad del individuo en función de alguna causa invocada por la autoridad. Este supuesto es general pues vale para cualquier autoridad imaginable. b) No ocurre lo mismo con el segundo supuesto que nos dice que todas las personas que formulan la ley, y las que quedan encargadas de su cumplimiento, tienden a exonerarse de su vigencia de modo que así logran dos goces. Primero, no disminuir tanto su libertad y, segundo, ver que los otros si tienen que obedecer; hecho del que derivan un sentimiento de superioridad. Este segundo supuesto nos dice que el poder tiende a llevar a las personas más allá de la ley.

Los principales factores que caracterizan a un régimen autoritario son los siguientes:

1. Culto de personalidad hacia un líder carismático.

2. Ausencia de una ideología oficial, o si existe alguna ideología, tiende a ser basada en loas convicciones personales del líder.

3. Fuerte presencia militar. En ocasiones el ejercito interviene en el proceso político.

4. Apariencia de acato al constitucionalismo. La constitución deja de ser un instrumento de limitación a los excesos del poder y se convierte en un vehículo de control a la población civil.

5. Claro dominio político de un partido en particular, aunque puede existir competencia de otros partidos.

6. Participación popular controlada, de tal manera que se apoya la votación en temas de interés para el régimen, y se desalienta en temas desfavorables.

7. Apoyo selectivo a grupos de interés, siempre y cuando estos beneficien o colaboren con las aspiraciones del régimen.

8. Implementación de políticas de liberalismo económico.

El concepto de autoritarismo nació del análisis de la experiencia europea. Ni Arendt ni Adorno plantearon la posibilidad de que el autoritarismo fuera la única forma de gobierno en el mundo en que pensaron, aquél que sucedió a la segunda guerra mundial. Por el contrario el pensamiento de Arendt concede a las instituciones libres y a la acción de los seres humanos una gran vitalidad y eficacia. El deseo de libertad y la capacidad deliberativa de la gente son los obstáculos que el autoritarismo nunca podrá remontar. Las revoluciones manifiestan el hartazgo

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