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Autores De Territorio Y Paisaje

stencil18 de Diciembre de 2011

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McHarg, Ian

El libro fue fruto de la inquietud intelectual de McHarg y, desde su publicación, la planificación ecológica se convirtió en una materia central de los estudios de Arquitectura del Paisaje y, por extensión, alcanzó relevancia social en Norteamérica. Escrito con un lenguaje vivo e intenso, comprometido, el libro desvela una sugerente aproximación a la ecología y a su importancia en la planificación. En él McHarg adelanta la necesidad de la evaluación ambiental previa a la construcción de infraestructuras; propone un método de estudio del medio natural específicamente orientado a la planificación espacial; muestra el camino para la convivencia entre artefacto y naturaleza; y, casi sin pretenderlo, define técnicas imprescindibles para el desarrollo posterior de las nuevas herramientas de inventario y análisis espacial.

Proyectar con la naturaleza ofrece una combinación singular de ideas donde la Tierra en su conjunto, y no sólo la región, se presenta como un ecosistema dinámico y donde se integran los procesos y los factores biofísicos con los humanos de cara a fundamentar las decisiones de planificación y de proyecto. Para muchos, Proyectar con la naturaleza es un admirable y vigoroso relato de cómo funciona la Tierra y de cómo se interpreta su conocimiento para disponer adecuadamente los asentamientos humanos, lo que McHarg denominaba human ecological planning: "Las posibilidades de crear una ecología humana parecen viables por una nueva ampliación e integración de las disciplinas científicas existentes. La Ecología está acostumbrada a integrar las ciencias del medio biofísico. Si ampliamos la ecología añadiendo la etología, introducimos el comportamiento como una estrategia adaptativa. Si la ampliamos más allá con la etnografía y la antropología podemos incluir el estudio del comportamiento humano como adaptación. Si, finalmente, la ampliamos en la antropología médica y la epidemiología podemos cerrar el ciclo examinando el medio natural y humano en términos de salud y de bienestar".

Territorio- Planificación Territorial:

Paisaje- Arquitectura del Paisaje:

Sustentabilidad- Desarrollo Sustentable:

Nogué, J.

http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-34022009000300008&script=sci_arttext

Las implicancias de construir socialmente el paisaje

Simultáneamente a esta preocupación de la sociedad actual de corte histórico y ambiental se observa un interés por multiplicar las perspectivas de abordaje del paisaje. Así, por ejemplo, a las orientaciones clásicas de la geografía por estudiar las formas visibles delineadas por Otto Schlüter en Alemania y Cari Sauer en Estados Unidos hacia la década de 1920, se le han agregado otras perspectivas, que tienen una raigambre en las propuestas de David Lowenthal, de otorgar mayor importancia a las actitudes de los sujetos en relación a los paisajes o de comprender la producción de representaciones sobre este en tanto expresión de las relaciones sociales y económicas en una formación social como lo proponía en la década de 1980 Denis Cosgrove. Más recientemente, las propuestas fenomenológicas contribuyeron a comprenderlos como resultados de experiencias cotidianas de los sujetos, por lo tanto en constante proceso de producción (open-ended) y como vehículo de conflictos sociales.

Algunas de estas perspectivas orientan los abordajes de "La construcción social del paisaje". Así, los paisajes son construidos desde posturas articuladas en el marxismo (en Muerte en la abundancia: los paisajes como sistemas de reproducción social de Don Mitchell), en la fenomenología (en La construcción social de los paisajes invisibles y del miedo de Alicia Lindón y Paisajes fugaces y geografías efímeras en las metrópolis contemporáneas de Daniel Hiernaux) o en el posestructuralismo (en El paisaje como metáfora visual: cultura e identidad en la nación posmoderna de Mireia Folch Serra y Cuerpo y palabra o los paisajes de la cautividad de Josepa Bru), en la percepción (en Paisajes del Cuerpo de María Angeles Duran), en los recuerdos y olvidos (de la migración gallega, propios de las pinturas Castelao o del fotógrafo Virgilio Vietez rastreados en el texto Paisajes del recuerdo y del olvido de Carmen Pena) o en la interrelación entre estructuras, formas y sus manifestaciones visibles (en Paisaje cultura y territorio de Martínez de Pisón). Más allá de estas diferentes propuestas que orientan la forma de elaborar y operativizar el concepto en cuestión, parece existir en todo el libro cierto consenso sobre el hecho que el paisaje es una producción eminentemente cultural, lo que supone también cierta visión sobre las ideas, concepciones y significados de la naturaleza asociadas a cada grupo social.

Las múltiples perspectivas llevan a la proliferación de paisajes de los cuales "La construcción social del paisaje" también se hace portavoz. Así, el texto reconoce distintos tipos de paisajes producidos en diversos contextos espacio-temporales: desde los paisajes inventados y manipulados en el contexto del conflicto palestino-israelí (Mireia Folch Serra) o en la desigualdad económica interfronteriza entre México y Estados Unidos (los paisajes como sistema de reproducción social de Don Mitchell), hasta aquellos construidos por la formalidad e informalidad urbanística en Río de Janeiro (Los paisajes de la ciudad oculta de Raquel Tardin) o en las barriadas populares de México (Alicia Lindón), pasando por aquellos homogéneos elaborados en las metrópolis europeas (La ciudad, paisaje invisible de Oriol Nel.lo; Paisajes urbanos con-texto y sin-texto de Xerardo Estévez y Paisajes aterritoriales, paisajes en huelga de Francesc Muñoz).

A continuación se desea explorar tres discusiones que están presentes en algunos capítulos del libro y que se consideran como tres contribuciones al debate del paisaje en el marco de la geografía.

La primera discusión tiene que ver con la preeminencia de la visión en la construcción de los paisajes. La vista ha sido concebida por mucho tiempo como el principal sentido desde el cual se construye conocimiento en la cultura racional occidental. Bajo los influjos del empirismo ingenuo se consideró que era posible conocer la realidad tal cual es a través de la observación. Esta concepción ha dejado una fuerte huella en las formas de aproximarse a la idea paisaje. De hecho, varios autores otorgan importancia a la contemplación y a la mirada en su configuración, aunque, en muchos de los casos, se comprende que la mirada es una producción cultural asociada a otras instancias cognitivas, lo que implica que el proceso de conocimiento no acaba en la vi-sualización. "La construcción social del paisaje" aborda las implicaciones sociales de los actos de ver3. Así, seis de los trece textos que conforman el libro discuten la relación entre los paisajes visibles y los no visibles. Algunos de los trabajos siguen el tratamiento entre lo visible y lo invisible planteado por John K. Wright: lo que es invisible para algunos es invisible para otros. En este sentido, existen paisajes que los académicos no ven, por lo tanto no tematizan pero, más aún, los propios habitantes no reconocen los paisajes habitados por otros (sectores populares, ricos o migrantes) y que forman parte de la vida cotidiana de muchas personas: los paisajes del miedo (localizados en las zonas periféricas de la ciudad, asociados a áreas baldías, ámbitos oscuros a recorrer o amplias extensión a recorrer), los paisajes de la ciudad oculta (corticos y favelas) o los paisajes efímeros y fugaces (conformados a partir de la movilidad que exige la compresión espacio-temporal actual o por las nuevas formas de consumo). Oriol Nel.lo destaca que la invisibilidad (provocada por la propia forma de expansión de la ciudad, por la fragmentación y la inseguridad que desanima a conocer el espacio de los otros) pone en cuestión la propia naturaleza de la ciudad como espacio de encuentro y convivencia. Otra perspectiva de la invisibilidad es planteada por Itziar González Virós en su trabajo "La percepción y el trazado del territorio latente". En este artículo, paisajes latentes -materiales y simbólicos- pueden identificarse en la ciudad: mientras que los materiales se vinculan a los cursos de aguas subterráneas que definen la configuración urbana de algunas ciudades europeas, los simbólicos se asocian a la memoria de los pobladores, que es necesario sacar a la luz para reconstruir paisajes pasados. En muchos de los capítulos se sugiere que la planificación urbana o la participación ciudadana podría contribuir a hacer visible lo invisible, pero también podría pensarse que los propios procesos de visibilidad generarán otras invisibilidades.

La segunda discusión que se desea explorar es la ruptura de una relación directa entre paisaje y escala, generalmente regional, destacada por sobre todo en el planteamiento de la geografía vidaliana francesa. A lo largo del libro puede observarse la elaboración de paisajes a nivel nacional (Folch Serra), regional (Mitchell y Pena), local (Lindón) o individual (Duran y Bru), y estos paisajes participan también en la construcción de dichas escalas. Una muestra clara de este quiebre de la relación directa entre paisaje y escala regional la ofrecen los textos de María Angeles Duran, "Paisajes del cuerpo", y de Josepa Bru, "Cuerpo y palabra o los paisajes de la cautividad", al explorar el papel del cuerpo en la definición de paisajes que definen la propia personalidad. Estas propuestas articuladas desde el feminismo demuestran el papel activo de la experiencia sexuada en la elaboración de los paisajes que definen

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