Aventura De Ser Docente

¿Cómo encontré el camino de ser docente?

Al término de la preparatoria teníamos que elegir alguna área de estudio que nos orientaría en la carrera, no estaba segura de que era realmente lo que quería dedicarme toda mi vida, sabía que era una decisión importante y que no me podía equivocar, me gustaba psicología y pedagogía pero no estaba totalmente segura cuál de las dos elegiría.

AL finalizar la preparatoria solicité ficha en ambas universidades, las dos tenían demanda ya que muchos solicitaban entrar ahí. Presenté primero en psicología en la UG, sabía que necesitaba estar preparada, por lo tanto me dedique a estudiar arduamente, el proceso de admisión consistió en tres etapas para ingresar: examen de conocimientos, entrevista y examen psicométrico, finalmente fui aceptada y por lo cual no decidí presentar en mi segunda opción. Cuando ingrese me sentía entusiasmada por formar parte de una escuela reconocida.

Los primeros días en la escuela al estar en las aulas no me sentía identificada con lo que los maestros decían del campo laboral de los psicólogos, así fue como me di cuenta que realmente no era lo que quería y me gustaba. A pesar de esto siempre tuve excelentes calificaciones en las materias pero cuando tenía que ejercer el rol de psicóloga no me sentía feliz ni satisfecha con mi persona.

Conforme fue avanzando el tiempo en la escuela de psicología teníamos que realizar prácticas, me asignaron en un taller que daban compañeras de últimos semestres de lecto-escritura, se realizaban juegos y rondas con alumnos para ayudarlos en diversos aspectos relacionados con lo educativo. Nuestro rol era ser observadores, que consistía en apuntar todo lo que pasaba, analizarlo, no intervenir, no hablar con los alumnos cuando se realizaba el taller, por lo tanto esto me frustraba, entendía que algun día yo llegaría a ser tallerista y podría interactuar más con los niños pero no me sentía identificada con este papel.

Esto me fue dejó reflexionando aún más sobre mi vocación, cuando me despedí de los niños del taller sentí nostalgia, los pacientes se encariñaron conmigo y yo con ellos, no logre ayudarlos y sentía esa necesidad de entender cuál era la profesión que me hiciera sentir completa y plena.

Tras unas largas vacaciones que fueron de gran depresión decidí dar de baja temporal mi estancia en la escuela, comprendí que quería ser docente para esto estudie nuevamente y aprobé el examen de admisión, me sentía muy contenta aunque con cierta incertidumbre de qué pasaría.

Los primeros días en la escuela me identifique con lo que planteaban los maestros de nuestra profesión, lo cual me emocionaba y me sentí viva nuevamente, mi depresión se terminó y las actividades me parecían bastante interesantes.

En la primera práctica docente tenía tanto miedo de hablar frente a los alumnos de segundo año, pero me entusiasmaba el rol que ejercía ya que sabía que podía mejorar porque realmente me gustaba y me sentía identificada con la profesión, complemento lo anterior con la reflexión del autor Alfonso Lara castilla, (1988) expresa que “lo más hermoso que el ser humano puede lograr en cada etapa de su vida en este mundo, es realizar lo que le gusta y desea hacer como parte integral de su propio ser”.

“En el instante en que actúa con amor y convicción se inicia el fenómeno más maravilloso e increíble que se pueda manifestar en todo ser humano: su entrega profesional”

“La entrega profesional está relacionada directamente

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