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CIRROSIS EPATICA

capullo2314 de Noviembre de 2012

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La cirrosis afecta al hígado, uno de los órganos más importantes del cuerpo humano. El hígado está ubicado en la zona superior del abdomen en el lado derecho, por debajo de las costillas y pesa aproximadamente 1,5 kg. Un hígado normal es de contorno liso y elástico, está conectado directamente al intestino delgado por medio del conducto biliar, el cual transporta la bilis que se produce en el hígado hacia el intestino delgado donde es utilizada para la digestión. El hígado funciona como una gran fábrica química, que se altera cuando hay cirrosis. Casi toda la sangre que sale del estómago e intestino pasa por el hígado. Entre las muchas funciones que el hígado cumple están las siguientes:

 Producción de bilis y otras enzimas (proteínas) digestivas.

 Control de infecciones.

 Producción de proteínas que ayudan a la coagulación de la sangre.

 Metabolismo del colesterol.

 Almacenamiento de glicógeno que sirve de combustible a los músculos.

 Mantención y regulación de los niveles hormonales.

 Metabolización de medicamentos, alcohol y otras drogas.

Considerando todas las funciones del hígado, no es sorprendente que las enfermedades hepáticas alteren todas las demás funciones del cuerpo. Una de las enfermedades más importantes del hígado es la cirrosis.

Considerando todas las funciones del hígado, no es sorprendente que las enfermedades hepáticas alteren todas las demás funciones del cuerpo. Una de las enfermedades más importantes del hígado es la cirrosis.

¿Qué es la cirrosis?

La cirrosis es la consecuencia de un daño acumulado en el hígado, habitualmente durante varios años, que se caracteriza por la acumulación de fibrosis (“cicatrices”) en el tejido hepático y disminución del tejido hepático funcionante. Estos cambios del hígado interfieren con la estructura y funcionamiento normal del hígado, ocasionando serias complicaciones en la circulación de la sangre a través de dicho órgano y en sus funciones.

¿Cuáles son las causas de la cirrosis?

Existen numerosas causas que pueden desencadenar la cirrosis hepática, entre las principales están:

 Virus de hepatitis B, hepatitis C, y hepatitis D.

 Consumo excesivo de alcohol.

 Hígado graso no alcohólico (también llamada esteatohepatitis no alcohólica): Condición frecuente en la población general, asociada a diabetes y obesidad.

 Enfermedades autoinmunes: Hepatitis autoinmune y cirrosis biliar primaria.

 Enfermedades hereditarias o congénitas como:

 Hemocromatosis, en la cual se acumula hierro dentro del hígado dañando el tejido.

 La enfermedad de Wilson, la cual es causada por una alteración en el transporte del cobre, acumulándose en el hígado y en otros tejidos.

 Obstrucción prolongada del conducto biliar, como la colangitis esclerosante.

 Ausencia de proteínas específicas o enzimas para metabolizar diferentes substancias en el hígado, como la deficiencia de alfa 1-antitripsina.

 Ciertas enfermedades del corazón (insuficiencia cardiaca).

 Reacción severa a drogas o medicamentos.

 Exposición prolongada a agentes tóxicos en el medio ambiente.

¿Se pueden identificar las causas de la cirrosis?

Sí. La mayoría de las veces las causas de la cirrosis se pueden identificar:

 En caso de cirrosis alcohólica: Antecedentes de consumir alcohol regularmente o en exceso, cambios físicos o de conducta y una biopsia del tejido hepático.

 En caso de hepatitis: Exámenes de sangre para detectar el virus u otros marcadores específicos de la enfermedad, imágenes y biopsia hepática entre otros. La biopsia hepática es una muestra del tejido del hígado que se obtiene bajo anestesia local.

¿El beber excesivamente puede llevar a una persona a adquirir cirrosis?

Muchas personas que ingieren alcohol en cantidades excesivas desarrollan cierto grado de daño al hígado, pero no necesariamente lleva a la cirrosis hepática. Entre aquellos individuos que consumen entre 200 y 400 mL de alcohol diariamente por un período de 15 años o más, aproximadamente una tercera parte desarrollará cirrosis hepática, otra tercera parte desarrollará hígado graso y el resto tendrá problemas hepáticos leves. En general, mientras más beba y mientras más frecuente y regularmente lo haga, mayor será la probabilidad de que termine desarrollando cirrosis hepática. El alcohol por sí sólo en cantidades excesivas es un tóxico que puede causar cirrosis.

¿Puede una persona que bebe socialmente adquirir cirrosis?

Sí. Los individuos que ingieren alcohol socialmente también pueden desarrollar cirrosis. Los factores que contribuyen al desarrollo de la enfermedad son:

El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano. Está ubicado en la zona superior del abdomen en el lado derecho, por debajo de las costillas y pesa aproximadamente 1,5 kg. Un hígado normal es suave y flexible, está conectado directamente al intestino delgado por medio del conducto biliar, el cual transporta la bilis que se produce en el hígado hacia el intestino delgado donde es utilizada para la digestión.

El hígado funciona como una gran fábrica química. Casi toda la sangre que sale del estómago e intestino pasa por el hígado. Entre las muchas funciones que el hígado cumple están las siguientes:

Producción de bilis y otras enzimas (proteínas) digestivas.

Producción de proteínas que ayudan a la coagulación de la sangre.

Metabolismo del colesterol.

Almacenamiento de glicógeno que sirve de combustible a los músculos.

Mantención de los niveles hormonales.

Regulación de los niveles hormonales.

Metabolización (descomposición) de medicamentos, alcohol y otras drogas.

Considerando todas las funciones del hígado, no es sorprendente que las enfermedades hepáticas alteren todas las demás funciones del cuerpo. Una de las enfermedades más importantes es la cirrosis.

CIRROSIS

La cirrosis es la consecuencia de un daño acumulado en el hígado, habitualmente durante varios años, que se caracteriza por la acumulación de fibrosis (“cicatrices”) en el tejido hepático. Estos cambios del tejido interfieren con la estructura y funcionamiento normal del hígado, ocasionando serias complicaciones en la circulación de la sangre a través de dicho órgano y en sus funciones.

Muchas personas que ingieren alcohol en cantidades excesivas desarrollan cierto grado de daño al hígado, pero no necesariamente lleva a la cirrosis hepática. Entre aquellos individuos que consumen entre 200 y 400 mL de alcohol diariamente por un período de 15 años o más, aproximadamente una tercera parte desarrollará cirrosis hepática, otra tercera parte desarrollará hígado graso y el resto tendrá problemas hepáticos leves.

En general, mientras más beba y mientras más frecuente y regularmente lo haga, mayor será la probabilidad de que termine desarrollando cirrosis del hígado.

El alcohol por sí sólo en cantidades excesivas es un tóxico que puede causar cirrosis.

¿Puede una persona que bebe socialmente adquirir cirrosis?

Sí. Los individuos que ingieren alcohol socialmente también pueden desarrollar cirrosis. Los factores que contribuyen al desarrollo de la enfermedad son:

Cantidad de alcohol consumida.

Frecuencia con que se consume alcohol.

Factores genéticos o hereditarios.

Estado físico y nutricional.

No se saben las razones por qué algunos individuos son más propensos que otros a los efectos del alcohol. Las mujeres toleran peor el alcohol que los hombres. Muchos investigadores creen que la razón de esto es que los hombres tienen una habilidad mayor que las mujeres para metabolizar y eliminar el alcohol. Investigaciones indican que las mujeres, aún consumiendo menos alcohol que los hombres, desarrollan cirrosis más frecuentemente que los hombres.

SINTOMAS

El principio de la cirrosis es por lo general silencioso siendo muy pocos los síntomas específicos. A medida que se acumula el daño en el hígado, pueden aparecer los siguientes síntomas:

Pérdida de apetito.

Malestar general.

Náusea y vómitos.

Pérdida de peso.

Agrandamiento del hígado.

Ictericia o coloración amarilla de la piel y la parte blanca de los ojos, debido a la acumulación de la sangre cuando el hígado no es capaz de eliminar bien la bilis.

Prurito o picazón.

Ascitis o líquido en el abdomen, por mala circulación de la sangre en el hígado.

Vómitos con sangre, por ruptura de venas (várices) en la parte baja del esófago.

Hipersensibilidad (sensibilidad aumentada) a los medicamentos, provocada por mal funcionamiento del hígado.

Encefalopatía o cambios del estado de conciencia, los que pueden ser sutiles (confusión) o profundo (coma).

El diagnóstico de la cirrosis puede ser inesperado. Una persona puede presentarse al médico con síntomas que no aparezcan de enfermedad hepática y luego de un examen físico y análisis de sangre descubrir que tiente cirrosis.

Las cosas más importantes que puede hacer una persona para prevenir la cirrosis son:

Evitar el consumo de alcohol.

Moderar el consumo de sal de mesa (cloruro de sodio)

Consultar a un médico por si existe una

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