Cirrosis Hepatica
enf.andrea27 de Marzo de 2013
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CIRROSIS HEPATICA ensayo
Cirrosis hepática
Introducción.
La mayoría de las personas que consumen alcohol no sufren daño hepático. Sin embargo, el consumo excesivo puede causar una lesión crónica (cirrosis hepática). La cantidad de alcohol necesaria para provocar daño varía mucho de una persona a otra. En algunos casos el alcoholismo es el resultado de una larga historia de abuso, pero en la mayoría adopta la forma de un escape a una realidad difícil de asumir.
Si bien la mayor parte de la investigación y de los esfuerzos por parte de los programas que combaten las adicciones suele estar enfocada en aquellos que caen en las garras del alcoholismo a temprana edad, ésta es una enfermedad que puede presentarse en cualquier etapa de la vida.
La cirrosis es una afección en la que el hígado se deteriora lentamente y funciona mal debido a su carácter de lesión crónica. El tejido sano del hígado se sustituye por tejido cicatricial, que bloquea parcialmente la circulación de la sangre a través del hígado. La cicatrización también deteriora la capacidad del hígado para otras funciones. Entre ellas: controlar las infecciones, eliminar las bacterias y las toxinas de la sangre, procesar los nutrientes, hormonas y medicamentos, fabricar las proteínas que regulan la coagulación sanguínea, producir bilis para ayudar a absorber grasas, incluido el colesterol, y vitaminas.
Un hígado sano es capaz de regenerar la mayoría de sus propias células cuando se dañan. En la cirrosis en etapa terminal, el hígado no puede sustituir eficazmente las células dañadas alterando el funcionamiento correcto del el resto del organismo.
Como es sabido el hombre ha consumido alcohol en todos los tiempos y en todas las culturas; decidir cuando este consumo se convierte en enfermedad y definir el alcoholismo y sus consecuencias como tal, es algo que el día de hoy no parece claramente consensuado. Estamos pues ante un problema de salud complejo, tanto en lo que afecta a su prevención como a su tratamiento y rehabilitación.
Como consecuencia, se hace necesario con el paciente alcohólico, un abordaje multidisciplinar, dentro de este equipo la enfermera tiene un papel activo y específico, como el diseño y la provisión de cuidados, éstos han de adaptarse a la situación concreta de cada paciente y al medio en que son entregados, para que así el paciente alcohólico reciba una atención de cuidados oportuna y de calidad.
Anatomía.
Anatomía del Hígado.
El hígado se localiza en casi la totalidad de la región del hipocondrio derecho, el epigastrio (no sobrepasa el límite del reborde costal, salvo en un cuadro de hepatomegalia) y una porción del hipocondrio izquierdo, llenando el espacio de la cúpula diafragmática, donde puede alcanzar hasta la quinta costilla, y se relaciona con el corazón a través del centro frénico, a la izquierda de la vena cava inferior. Estas tres regiones forman parte de la región toracoabdominal, la región intermedia entre el tórax y la cavidad abdominal propiamente dicha. El hígado situado debajo del diafragma comprende tres compartimientos peritoneales, llámense: compartimiento subfrénico derecho o hepático, compartimiento subfrénico izquierdo o esplénico, y compartimiento medio o celiaco. En algunos casos el hígado se encuentra en el lado opuesto al que debería de encontrase normalmente, esto se debe a diversas patologías que el individuo puede presentar al nacer. Su consistencia es blanda y depresible, y está recubierto por una cápsula fibrosa, sobre la cual se aplica el peritoneo, parte de la superficie del hígado (excepto en el área desnuda del hígado, que corresponde a su superficie postero-superior).
Aspectos generales.
Forma: se compara con la mitad superior del ovoide horizontal, de gran extremo derecho, alargado transversalmente.
Coloración: rojo pardo.
Consistencia: Está constituido por un parénquima, rodeado por una fina cápsula fibrosa, llamada cápsula de Glisson.
Longitud: en el adulto mide aproximadamente 26 cm (horizontal) por 15 cm (vertical) en sentido anteroposterior, y 8 cm de espesor a nivel del lóbulo derecho.
Peso aproximado: 1500 kg.
Está dividido en cuatro lóbulos: lóbulo derecho, situado a la derecha del ligamento falciforme; lóbulo izquierdo, extendido sobre el estómago y situado a la izquierda del ligamento falciforme; lóbulo cuadrado, visible solamente en la cara inferior del hígado; no se encuentra limitado por el surco umbilical a la izquierda, el lecho vesicular a la derecha y el hilio del hígado por detrás; lóbulo de Spiegel (lóbulo caudado), situado entre el borde posterior del hilio hepático por delante, la vena cava por detrás.
Clínicamente, y quirúrgicamente sobre todo, se emplea el concepto de segmento hepático, basándose en las divisiones arteriales y en el hecho de que haya pocas anastomosis entre segmentos. Si miramos por la cara anterosuperior del hígado, podemos distinguir de derecha a izquierda un segmento posterior, en el borde del lado derecho, seguido de un segmento anterior, un segmento medial y un segmento lateral que forma el límite izquierdo.
Cara superior
La línea medio esternal.
La línea paraesternal.
La línea medio clavicular.
La línea axilar anterior.
Límite Inferior del Hígado: Borde costal derecho:
El límite posterior del Hígado: De la 8 a la 12ª costilla.
Él limite lateral derecho: De la 5 a la 11ª costilla.
El hígado se relaciona principalmente con estructuras situadas al lado izquierdo del abdomen, muchas de las cuales dejan una impresión en la cara inferior del lóbulo derecho del hígado. Así, tenemos de atrás a delante la impresión cólica, la impresión duodenal, pegada a la fosa cística, y la impresión renal, menos marcada. En la cara inferior del lóbulo izquierdo están la impresión gástrica y la escotadura del esófago, en el borde posterior. El hígado también se relaciona anatómicamente con el diafragma y con el corazón. La base del hígado da entrada al hilio hepático, que no es sino la zona de entrada de la vena porta, la arteria hepática y la salida del conducto hepático. El omento (epiplón) menor (fijado en una prominencia de la cara inferior denominada tubérculo omental) reviste el fondo de los surcos de la base del hígado (surco del ligamento venoso, surco del ligamento redondo) y alcanza el borde posterior de la cara inferior, donde el peritoneo que lo recubre pasa a revestir el diafragma y la pared posterior, formando el ligamento hepatorrenal. Por delante, el peritoneo reviste la cara diafragmática hasta su límite superior, donde salta a revestir la cara abdominal del diafragma. Entre los dos repliegues de peritoneo que saltan de la superficie del hígado al diafragma, queda comprendida la cara desnuda del hígado, zona en la que el peritoneo no recubre la cápsula hepática. Por esta zona la cava inferior se relaciona con el hígado y recibe las venas hepáticas.
En la cara diafragmática se encuentra el ligamento falciforme, el cual se extiende hasta alcanzar la zona umbilical. Por su borde libre corre el ligamento redondo del hígado (restos de la vena umbilical embrionaria). Este resto de la vena umbilical se une a las venas subcutáneas periumbilicales que irradian desde el ombligo, las cuales drenan en la vena ilíaca externa y finalmente en la cava inferior. En casos patológicos con hipertensión portal estas venas se dilatan, dando lugar al fenómeno de la cabeza de Medusa.
El ligamento falciforme puede ser considerado como el resto del mesogastrio ventral (en la porción no desarrollada del septum transversum por la invasión embrionaria del brote duodenal) que se extiende por el mesogastrio ventral y que contribuye a la formación del hígado. Este ligamento, al llegar a la parte posterior de la cara diafragmática del hígado, se divide en dos hojas, dando lugar al ligamento coronario (límite superior del área desnuda del hígado). Cada una de estas hojas se dirige hacia cada uno de los bordes derecho e izquierdo del hígado, en donde se une a la hoja peritoneal de la cara visceral del hígado, que se refleja sobre el diafragma, formando los ligamentos triangulares derecho e izquierdo (éste último más definido que el derecho).
La estructura del hígado va a seguir las divisiones de la vena portal. Tras la división de ramos segmentarios, las ramas de la vena porta, acompañadas de las de la arteria hepática y de las divisiones de los conductos hepáticos, se encuentran juntas en el espacio porta (vena interlobulillar, arteria interlobulillar y conductillos interlobulillares).
Circulación sanguínea del hígado.
La circulación hepática es de naturaleza centrípeta y está formada por el sistema porta y la arteria hepática. El sistema porta constituye el 70-75 por ciento del flujo sanguíneo (15 ml/min) y contiene sangre poco oxigenada y rica en nutrientes proveniente del tracto gastrointestinal y del bazo. La circulación general depende de la arteria hepática, rama del tronco celíaco que contiene la sangre oxigenada (irrigación nutricia).
Cada espacio porta se encuentra en la confluencia de los
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