COMPETENCIAS DIDACTICAS

LAS COMPETENCIAS DIDÁCTICAS Y LA PRÁCTICA EDUCATIVA

Cuando se piensa que un maestro es un formador de seres humanos, pues es el profesional que pasa más tiempo con los jóvenes, se hace evidente la importancia de su trabajo además de las diversas responsabilidades de su profesión. Uno de los objetivos de cualquier profesional debe ser el de convertirse cada vez más competente en su oficio. Esta mejora profesional generalmente se consigue mediante el conocimiento y la experiencia. Al igual que otros profesionistas, todos sabemos que algunas cosas de las que hacemos están muy bien hechas, otras satisfactorias y algunas pueden mejorar. Probablemente la mejora de nuestra actividad profesional, radica en comparar nuestra práctica con otras, pero esto no será suficiente.

Las diversas interacciones que ejerce el profesor durante el proceso de enseñanza-aprendizaje mediante su intervención educativa, determinan y entrelazan un sinfín de acciones comunicativas para ser atendido, observado, escuchado, reconocido por los alumnos, con la finalidad de conseguir su propósito: generar procesos de aprendizajes. En la clase suceden muchas cosas a la vez, rápidamente y de forma imprevista, lo cual hace que se considere difícil el encontrar pautas o modelos de la práctica educativa.

En el presente ensayo plasmó una visión sobre las experiencias vividas durante la Segunda Jornada de Observación y Práctica Docente, donde analizó el comportamiento y gusto de los alumnos hacia las asignaturas; así como estrategias didácticas y disciplinarias utilizadas por algunos maestros, con la finalidad de tomar aquello que me sea de utilidad para lograr un mejor desempeño en el aula.

La práctica educativa de los docentes es una actividad dinámica, reflexiva, que comprende los acontecimientos ocurridos en la interacción entre maestro y alumnos. No se limita al concepto de docencia, es decir, a los procesos educativos que tienen lugar dentro del salón de clases, incluye la intervención pedagógica ocurrida antes y después de los procesos interactivos en el aula.

En las encuestas aplicadas a los alumnos durante esta segunda jornada, los maestros utilizan estrategias repetitivas, donde el docente realiza una lectura oral con el grupo y socializan el contenido para luego reforzar mediante un monólogo el concepto, donde el alumno deberá de tomar sus anotaciones, lo que provoca un desinterés, desde un resumen hasta mapas conceptuales o actividades de resolución de problemas en contexto. Sin embargo llama mi atención que en la clase de la especialidad, los alumnos exponen que les agrada mucho la clase de la maestra, pues utiliza material didáctico para llevarlas a cabo.

“Un buen maestro hace su clase “amena” y “despierta” el interés de sus alumnos por aprender –aunque de entrada la materia en sí misma no les resulte atractiva- y los “hace pensar” Santos del Real, A. (1999)

Como observamos la escuela debe ser por lo tanto el lugar donde el joven aprenda y desarrolle las habilidades, actitudes, valores, competencias. Por lo tanto su educación debe responder a las necesidades de su entorno y formar alumnos críticos, reflexivos, analíticos, donde sean capaces de observar, cuestionar, comparar, predecir en un mundo que cada día le está exigiendo más y mejor preparación.

Para ello el Maestro es en gran medida el responsable de la calidad de la educación que imparte y es importante que tenga bien claros y definidos los propósitos que deberá desarrollar en sus alumnos, además de conocer los Planes y Programas de Estudio para que de acuerdo a los campos formativos y las competencias que ahí se mencionan pueda poner en práctica sus procesos de enseñanza, así mismo debe centrar también su atención en una planeación eficaz que parta de las necesidades de sus alumnos, de acuerdo a su contexto, tomando en cuenta la preparación, ejecución y evaluación de la misma, siendo la evaluación fundamental para el logro de los propósitos ya que es un medio que provee elementos para mejorar el aprendizaje y tomar decisiones que permitan la identificación y mejora del desempeño de los estudiantes y de los docentes mismos.

Sin duda, todo este planteamiento otorga a la figura del docente y a su propia práctica una dimensión diferente, donde deberá de definir su proceder en cuanto a la metodología ante el proceso enseñanza-aprendizaje, buscando siempre crear condiciones que desarrollen de forma integral a los estudiantes.

“El desempeño docente no sólo se asocia con el gusto de los alumnos sino que se correlaciona significativamente con su aprovechamiento escolar”. Santos del Real, A. (1999).

Por lo tanto, la relación de las acciones pedagógicas y la práctica docente en el aula, presentan un panorama algo incierto pues la sociedad demanda renovarse y actualizarse. Mi labor como docente está encaminada a conocer como son mis alumnos, desarrollar una planeación, pero también debo reconocerme como ser humano que comete errores, por lo que requiero de una constante capacitación para continuar aprendiendo y poder desempeñarme mejor con mis alumnos. Así pues, la búsqueda del "modelo único”, del "método ideal" que sustituye al modelo tradicional, no tiene ningún sentido. El objetivo no puede ser la búsqueda de "la fórmula mágica" sino la mejora de la práctica educativa. Pero esto no será posible sin el conocimiento y el uso de unos marcos teóricos que nos permitan llevar a cabo una verdadera reflexión sobre esta práctica, que haga que nuestra intervención pedagógica sea coherente con nuestras intenciones y con nuestros saberes profesionales.

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BIBLIOGRAFIA

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