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CONSTRUCTIVISMO

lezzey11 de Agosto de 2013

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CAPÍTULO I.

ENFOQUES EDUCATIVOS.

1.1 PLANEACIÓN E INSTRUMENTACIÓN DIDÁCTICA.

Al hablar de instrumentación didáctica, es importante partir de un concepto de aprendizaje así como otros que son consustanciales a dicha instrumentación como los objetivos, contenidos, actividades o situaciones de aprendizaje y la evaluación y con ello formar un marco de referencia, ya que la concepción del aprendizaje determina el manejo que se efectúe de todos los componentes de una planeación o programación didáctica.

El concepto de planeación didáctica, se presta a diversas interpretaciones de acuerdo al marco teórico desde el cual se enfoque y, la forma específica como se haga operativo, dependerá de la postura que se adopte.

Con mucha frecuencia, a la instrumentación didáctica suele ubicársele en los límites estrechos del aula, por lo cual no se abre una posibilidad de análisis que contemple otros elementos sustantivos inherentes a la instrumentación didáctica, como pueden ser los esquemas referenciales de los alumnos, su importancia en la dinámica interna del grupo, la problemática específica de la institución, la del plan de estudios, la de la organización académico-administrativa, etc.

La planeación didáctica es la organización de los factores que interviene en el proceso de enseñanza- aprendizaje, a fin de facilitar en un tiempo determinado el desarrollo de las estructuras cognoscitivas, la adquisición de habilidades y los cambios de actitud en el alumno. Es el quehacer docente en constante replanteamiento, susceptible de continuas modificaciones, producto de revisiones de todo un proceso de evaluación.

La planeación didáctica se desarrolla en tres situaciones básicas:

- Cuando el maestro organiza los elementos o factores que incidirán en el proceso, sin tener presente al alumno, más allá de las características genéricas del grupo.

- Cuando se detecta la situación real de los sujetos que aprenden y se comprueba el valor de la planeación como una propuesta teórica, tanto en sus partes como en la totalidad.

- Cuando se rehace la planeación a partir de la puesta en marcha concreta de las acciones o interacciones previstas.

La instrumentación didáctica no solamente consiste en el acto de planear, organizar, seleccionar, decidir y disponer de todos los elementos que hacen posible la puesta en marcha del proceso de enseñanza- aprendizaje, sino representa además, el acontecer en el aula como una actividad circunstanciada, con una gama de determinaciones, tanto institucionales como sociales.

1.1.1 LA DIDÁCTICA TRADICIONAL.

La pedagogía y la didáctica han sido caracterizadas en diferentes concepciones que han abordado históricamente la relación enseñanza- aprendizaje y la función que han tenido los protagonistas de este proceso: docentes y alumnos.

En la pedagogía tradicional del siglo XIX, los ideales educativos estaban representados por el cultivo a la inteligencia y el hábito de la disciplina mediante los mecanismos que lo hacían posible, como la memorización y la repetición, además, el vínculo docente- alumno se caracterizaba por una relación autoritaria, derivada del poder que la sociedad le adjudicaba al status del maestro, mientras que en el alumno destacaban las actitudes de imitación, obediencia y pasividad.

La noción de la didáctica tradicional que se maneja con frecuencia es muy relativa, dado que esta corriente educativa no se puede considerar como un modelo puro, sino que existen distintas versiones e interpretaciones al respecto.

Para Aníbal Ponce, “la educación tradicional pone en marcha preponderantemente la formación del hombre que el sistema social requiere. En ella cuenta el intelecto del educando mientras deja de lado el desarrollo afectivo y en la domesticación y freno del desarrollo social suelen ser sinónimos de disciplina”.

En esta forma de educación sistemática, el maestro, consciente o no de ello, ha venido siendo factor determinante en la tarea de fomentar, entre otras cosas el conformismo a través de la imposición del orden y la disciplina vigentes que tienen su origen en la propia familia.

Según Hans Aebli, esta corriente educativa se ubica en la lógica de la psicología sensual- empirista, dado que concibe la noción de las cosas y los fenómenos como derivados de imágenes mentales, de intuiciones y de percepciones.

La psicología sensual- empirista explica el origen de las ideas a partir de la experiencia sensible y no atribuye al sujeto sino un papel insignificante en su adquisición. Esta postura encuentra su expresión más clara en la clásica concepción filosófica de que el espíritu del niño es una tabla rasa sobre la que se imprimen progresivamente las impresiones proporcionadas a través de los sentidos, y que lo único que varía de un sujeto a otro es el grado de sensibilidad.

Para Justa Ezpeleta, la escuela tradicional es la escuela de los modelos intelectuales y morales. Para alcanzarlos hay que regular la inteligencia y encarnar la disciplina; la memoria, la repetición y el ejercicio son los mecanismos que lo posibilitan.

En la didáctica tradicional, se maneja un concepto receptivista del aprendizaje, porque se le concibe como la capacidad para retener y repetir información, es decir, la acción cognoscitiva registra los estímulos procedentes del exterior y el producto de este proceso de conocimiento, es un reflejo cuya génesis está en la relación mecánica del objeto sobre el sujeto. En este modelo los educandos no son llamados a conocer sino a memorizar, y el papel del profesor es el de un mediador entre el saber y los educandos.

Los componentes de la instrumentación didáctica dentro de la didáctica tradicional presentan las siguientes características:

Objetivos de aprendizaje.

Los planes y programas de estudio cubren este rubro de manera muy general, y llega a ser en forma ambigua y difusa. Se formulan a través de grandes metas, como políticas orientadoras de la enseñanza más que de aprendizaje, es decir, el aspecto de la intencionalidad de la enseñanza centra su atención en ciertas metas o propósitos de la institución y del profesor, más que explicitar los aprendizajes importantes a que deben arribar los educandos. En consecuencia, el profesor no tiene suficientemente claros los propósitos que persigue, por lo que el alumno menos tiene la posibilidad de conocer las metas que debe tener.

Contenidos de la enseñanza.

Se maneja como un listado de temas, capítulos o unidades. Un signo muy característico de este enfoque es el enciclopedismo, representado por un gran cúmulo de conocimientos que el alumno tiene que aprender. Este fenómeno se expresa en la fragmentación y abuso del detalle. Los contenidos no requieren que el estudiante realice un esfuerzo de comprensión e interpretación, sino de memorización y repetición. En suma, los contenidos se consideran como algo estático, recortado, acabado, legitimado, con pocas posibilidades de análisis y discusión, o de objeción y de proposición de alternativas por parte de profesores y estudiantes.

Actividades de aprendizaje.

En este tipo de enseñanza no existen variantes significativas; por el contrario, el profesor se limita en términos generales al uso de la exposición.

Es el predominio de la cátedra magisterial, de la clásica lección, donde el alumno asume fundamentalmente su papel de espectador. El extremo de esta práctica se da cuando se cae en el verbalismo, considerado como el mecanismo a través del cual esta educación oculta la verdad en la palabra, en detrimento de la observación sistemática y la experiencia vivida.

Los recursos empleados en este modelo son escasos, los más frecuentes son: notas, textos, láminas, carteles, gis, pizarrón, empleados más de las veces sin criterios teóricos claros que permitan seleccionarlos, organizarlos y aplicarlos adecuadamente a cada situación de aprendizaje.

La evaluación del aprendizaje.

Tradicionalmente se ha concebido y practicado la evaluación escolar como una actividad terminal del proceso de enseñanza- aprendizaje; se le ha adjudicada una posición estática e intrascendente en el proceso didáctico; se le ha conferido una función mecánica consistente en aplicar exámenes y asignar calificaciones al final del curso; se ha utilizado además como un arma de represión e intimidación que los profesores suelen esgrimir en contra de sus alumnos.

La evaluación, no obstante la trascendencia en la toma de decisiones del acto docente, ha cumplido más bien el papel de auxiliar en la tarea administrativa de las instituciones educativas.

Un rasgo interesante es la nula consideración del grupo como propiciador de aprendizajes, así como los roles de profesor y alumno que suelen considerarse como estáticos. En términos generales, la didáctica tradicional se preocupa por la transmisión del conocimiento o descubrimiento del mismo.

1.1.2. TECNOLOGÍA EDUCATIVA.

Esta corriente se genera en México en la década de los 50’s como consecuencia de la expansión económica caracterizada por considerables inversiones extranjeras y el empleo de tecnología más desarrollada. Bajo este contexto, la tecnología educativa retoma el carácter instrumental

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