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CRISIS MUNDIAL A FINES DEL SIGLO XX


Enviado por   •  20 de Diciembre de 2012  •  2.040 Palabras (9 Páginas)  •  595 Visitas

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CRISIS A FINES DEL SIGLO XX

CRISIS A FINES DEL SIGLO XX

INTRODUCCIÓN

Durante el siglo XX se han sucedido grandes cambios nunca antes visto en la historia de la humanidad. El hombre en su constante lucha para vivir en armonía y equilibrio a sido capaz de llevar adelante grandes avances tecnológicos y científicos, los que en la mayoría de los casos les han reportado beneficios significativos, mientras en otros tantos la solución no ha sido la esperada. Entre estas búsquedas de armonía y equilibrio se cuenta el incesante sondeo por superar la pobreza y lograr el desarrollo de los estados nacionales. Pero esta situación más de algún problema a traído, pues la lucha económica a generado, en ocasiones el predominio económico de Estados mayores por sobre pequeños Estados, lo que ha llevado como secuela la lucha bélica, magnificada en las primeras décadas de la centuria; inflación, desempleo, pobreza y desazón llevaron al surgimiento de verdaderos totalitarismos enemistados con las políticas capitalistas de los países más democráticos.

Una vez terminadas las guerras mundiales se pensaba que el avance económico era inminente, pues craso error, los problemas persistieron y soluciones como el FMI solo vino a dar respuesta, las más de las veces, a situaciones coyunturales y no así a situaciones globales. Pero el problema económico siguió viviendo y otra debacle mundial nos pondría en alerta cuando países en vías de desarrollo se declararon morosos no estando en posibilidad de pagar su deuda externa –como el caso de México en 1982- lo que afectó en gran parte a la economía mundial y principalmente a países pequeños como el nuestro. El problema tuvo solución al corto plazo, pues durante el año pasado y este que termina nos hemos visto envueltos en una nueva crisis económica esta vez generada en el sudeste asiático.

LA CRISIS DESPUES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL:

A medida que se han multiplicado los estudios sobre el tema después de la segunda guerra mundial se ha advertido una realidad muy distinta, la de una sociedad postindustrial (la sociedad de la abundancia) ahogada en un “mal endémico”. El hecho de que, una vez finalizada la guerra, se viviese una época de recuperación económica y social, además de un alentador despegue tecnológico dentro de las fronteras de distintos países; no nos referimos a una prosperidad propiamente dicho sino al preludio de un porvenir bastante negro, sobre todo para los más necesitados.

Los años sesenta darían la bienvenida a una cadena de acontecimientos que culminarían en la merma del orden mundial y en el hundimiento de, absolutamente, todas las sociedades del planeta. Y nada más lejos de la realidad, aquella concepción de progreso y de un boyante Estado de Bienestar no resultó más que la máscara de un panorama en exceso pesimista sobre el futuro.

Los hechos a los que nos referimos abarcan muy diferentes ámbitos de la sociedad contemporánea:

1. Incremento de la población:

Tras la Segunda Guerra Mundial, las escandalosas tasas de mortalidad mostraban escandalosas estadísticas de una población diezmada. Entonces, el fin de la guerra, una mayor higiene y la mejora en la alimentación, causas determinantes para la triplicación de la población mundial. El Club de Roma advirtió la profunda inconveniencia de tal incremento presentándolo como algo negativo ya que se temía que si continuara el ritmo de crecimiento al tiempo que la producción de bienes y la disminución de los recursos, se tendría que hablar de una terrible amenaza en sucesivos siglos ya que se habrá alcanzado los límites al crecimiento en este planeta.

De este mismo efecto se desprenden otros aspectos negativos como son el auge de la injusticia, la crisis energética, el desempleo, la corrupción o la contaminación.

2. Inmigración:

Lo cierto es que cuando hablamos de crecimiento de la población mundial debemos hablar, paralelamente, del efecto migratorio que, generalmente, se ha producido hacia las regiones que tenían un crecimiento más lento (véase el caso del trasvase de población desde zonas rurales hacia zonas urbanas y el efecto sobre urbanización). Sería una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, cuando más se favorecería la entrada masiva de inmigrantes; en este momento Europa occidental sufría un período de reconstrucción y reestructuración industrial ávida de mano de obra. Las consecuencias más destacadas son, por una parte, los desequilibrios generados en la riqueza; el aumento descontrolado de los costes públicos de la congestionada vida en las ciudades y, lo más peculiar, la incorporaron de los países del Tercer Mundo a partir de esa inmigración en masa.

3. Desempleo y pobreza:

Resulta inevitable, una vez mencionado el efecto inmigrante, tratar dos de las enfermedades más mortíferas de los siglos XX y XXI. La descoordinación existente entre el crecimiento poblacional y la proliferación de puestos de trabajo ha generado, en estos últimos siglos, una de las tasas más altas de paro de la Historia con consecuencias deprimentes tales como la marginación, la exclusión en distintos ámbitos de la sociedad y la pobreza, entre otros. En la actualidad, y a pesar de la política de seguridad social que se lleva a cabo en todos los países desarrollados del Planeta, contamos con alarmantes datos de pobreza.

4. Capacidad de ahorro y la cultura de los créditos bancarios:

En muchos manuales de Historia se habla de la sociedad de estos dos últimos siglos como la Sociedad de la Información cuya característica más destacada es un nuevo crecimiento económico. Realmente, hablamos de una sociedad de servicios paralela a una nueva estructura social inmersa en un nuevo orden tecnoeconómico; se han sustituido los viejos principios calvinistas del ahorro, el trabajo duro y de la esperanza de gratificación para un futuro por un exagerado énfasis por el bienestar material, en la seguridad física y en un énfasis mayor en la calidad de la vida. La acusación más grave es la adopción del lema “no viven mejor los que más ahorran, sino los que mejor acceden al préstamo en cualquiera de sus formas”. La cultura del disfrute inmediato, se originó en los años ochenta y fue construida sobre el crédito e impulsada por una generalización de la hipoteca y por la capitalización del futuro.

5. Una nueva sociedad y unos nuevos valores:

Una

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