Comunicador Social

Siddhartha, la muestra de una realidad

Por: Yina Alcázar Castro

Siddhartha es una novela alegórica escrita por Hermann Hesse en 1922 tras la primera guerra mundial. La misma relata la vida de un hombre indio llamado Siddhartha en la época en que vivió el Buda, esta obra nos muestra la realidad del mundo, de lo cotidiano y de las grandes verdades del espíritu, relata una historia llena de sueños y fantasías; esta que transcurre en la India, narra la vida de un joven enérgico, con una visión clara de la vida y de lo que quería hacer consigo mismo; tener contacto con el mundo espiritual y no con el mundo material, esto lo quería conseguir a través de tres habilidades, la paciencia, la meditación y el saber escuchar. Él decía que desconfiaba de las doctrinas y de sus maestros, y lo único que podía comunicar era el saber pero no la sabiduría. Siddhartha no estaba satisfecho con los conocimientos que había adquirido, puesto que no le daba absoluta felicidad, por esto dejo todo lo que tenia, su vida, su familia, para ir en busca de más conocimiento, encontrar más verdades sobre la vida espiritual, fue en busca de nuevos maestros, pues decía que lo que le habían enseñado no era suficiente.

Todo esto es un claro ejemplo a seguir porque siempre nos conformamos con lo que tenemos, pensando que es suficiente para ser feliz. Vivimos en un mundo donde la sociedad está acostumbrada a vivir de apariencia, incluso a vivir del otro por falta de propiedad del pensamiento sobre sí mismo, es decir, lo actos no se dan de acuerdo a lo que realmente sentimos, sino a lo que necesitamos que el otro sepa. El hombre de hoy no está entendiendo la sociedad como un mundo libre; este libro más que una historia simplemente, es una reflexión muy profunda, sobre la vida que cada persona lleva, guiada exclusivamente de las creencias materiales. El autor con este “Poema Indio”, como lo llamó, está invitando al mundo a que reaccionemos de lo que hoy hacemos, siendo esclavos de lo materia, idolatrando el dinero, y dejándonos manipular por todo lo que el universo nos ofrece y que no nos da conformidad de uno como persona, sino que llena todo aquello fantasioso que queremos construir y no logramos. El ser humano es el único capaz de pensar, de ser autónomo, que si quiere todo lo que quiera hacer lo logra, y sin embargo muchos no lo aprovechan, porque no son consientes que deberían o deben ser independientes, buscando sus propios métodos de vida, pero no lo hacen, porque son incapaces de imaginar otro mundo, otra vida incluso, no llevan la vida con libertad, conocimiento, autoridad y responsabilidad, la vida los lleva a ellos, y no buscan la manera de cambiarla cuando se ven encerrados en un universo construido por ellos mismos. Creemos que todo es perfecto, y tal vez por el modo de vivir, y de la manera como nos han criado, pero sobre todo, porque no hemos sido educados, porque desconocemos la historia, la política, la diversidad cultural incluso. Por supuesto cada hombre hace parte de una cultura, pero no hablo de tratar de defender esa cultura, o ese estilo de vida, sino rescatar nuestra propia vida y ser conscientes que conformamos un espacio en el universo, que tenemos una burbuja íntima, y que esta no puede afectar en la social por aceptar las inconformidades y no ver más allá de nuestro pequeño mercado de vida.

Siddhartha tenía tres habilidades, la paciencia, la meditación y el saber escuchar, realmente es algo para cuestionarse, ¿será que somos pacientes?, ¿meditamos?, o ¿sabremos escuchar?, ninguna de las anteriores, porque si fuéramos pacientes, no estaría yo escribiendo esto, si meditáramos, por ejemplo, de todo lo que está pasando en Colombia, no estaría este país lleno de tanta violencia e injusticia porque todo comienza por uno mismo, y en este momento me pregunto, si todos los ciudadanos en nuestro país meditaran de cada cosa que hacen que puede afectar de

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