Control Quimico
sofiak25 de Octubre de 2013
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CONTROL QUÍMICO
Los insecticidas son agentes de origen químico o biológico que controlan insectos; el control puede resultar de matar el insecto o de alguna manera impedir que tenga un comportamiento considerado como destructivo. Los insecticidas pueden ser naturales o hechos por humanos y son aplicados a las especies objetivos en multitud de formulaciones y sistemas de aplicación (aspersiones, cebos, difusión de liberación lenta, etc.). En años recientes, la ciencia de la biotecnología inclusive ha incorporado códigos para genes bacteriales de proteínas insecticidas en varias plantas de cultivo que causan la muerte a insectos que sin sospecharlo se alimentan de ellas.
El propósito es dar una rápida visión de lo que son los insecticidas, y una breve base y revisión de las principales clases de insecticidas que han sido usados o que aún hoy están en uso para encarar las plagas insectiles. Aunque de ninguna manera será minuciosa, tocaremos las principales clases y tecnologías bien tengan una edad de décadas o que hayan sido reveladas recientemente.
De más de 1 millón de especies conocidas de insectos unas 10.000 especies se alimentan de cultivos, y de ellas, a nivel mundial aproximadamente 700 especies causan la mayor parte del daño a los cultivos de la humanidad, tanto en el campo como en almacenamiento.
Los humanoides han estado sobre la tierra durante más de 3 millones de años, mientras que los insectos han existido al menos durante 250 millones de años. Podemos imaginar que entre los primeros intentos usados por nuestros primitivos antepasados para reducir las molestias causadas por los insectos estuvieron que hacer hogueras que produjeran humo o aplicar barro o polvo sobre su piel para repeler los insectos que los picaban o les causaban irritación, una práctica parecida a los hábitos de los elefantes, cerdos, y búfalos de agua. Hoy, tales prácticas se clasificarían como repelentes, una categoría de los insecticidas.
Los historiadores han seguido el uso de pesticidas hasta la época de Homero, alrededor de 1000 años A.C., pero los primeros registros de insecticidas corresponden a la quema de azufre como fumigante. Plinio el Viejo (A.D. 23-79) registró la mayoría de los primeros usos de insecticidas en su Historia Natural; entre ellos incluyó el uso de una agalla de una lagartija verde para proteger las manzanas de gusanos y pudriciones. Más tarde, encontramos una cantidad de materiales usados con resultados cuestionables: extractos de pimiento y tabaco, agua jabonosa, aguacal, vinagre, trementina, aceite de pescado, salmuera, y lejía entre otras.
Al comienzo de la II Guerra Mundial (1940), nuestra selección de insecticidas se limitaba a varios arsenicales, aceites de petróleo, nicotina, piretro, rotenona, azufre, gas de cianuro, de hidrógeno, y criolita. La II Guerra mundial fue lo que abrió el control de la Era de la Química Moderna con la introducción de un nuevo concepto en el control de insectos, con los insecticidas orgánicos sintéticos, el primero de los cuales fue el DDT.
Históricamente, los productores han controlado las plagas solamente mediante el uso de plaguicidas, práctica que prosperó por muchas décadas, el agricultor se acostumbró a un manejo muy parcial de los cultivos, muy artificial por su efectividad, la facilidad de aplicación y el bajo costo. La idea era eliminar los factores en lugar de manejarlos, eliminar las malezas, las plagas, los ciclos naturales del suelo utilizando productos químicos de síntesis; los únicos factores que se tenían que manejar eran los factores de clima, variedades del cultivo y mercados.
Al comienzo, el uso de insecticidas parecía dar buenos resultados, pero al aplicarlos, el agricultor no solamente mata a las plagas sino que también mata a los insectos que son benéficos, de manera que el agricultor tiene que gastar más dinero para comprar más insecticidas para hacer el trabajo que los insectos benéficos podrían hacer; además, al pasar los años, las plagas se hacen resistentes a los insecticidas, lo que puede suceder si se depende de un solo método de control, como es el uso de insecticidas.
Debido a la exigencia de mayor calidad en los productos por parte de los consumidores, el uso de insecticidas se acrecentó de una manera irracional, sin prever las consecuencias a mediano y largo plazo. No tardó mucho tiempo para que empezaran a aparecer situaciones que conllevaran a investigadores y técnicos a reflexionar sobre la nefasta consecuencia de esta práctica agrícola.
Entre esas limitaciones biológicas y tecnológicas se señalan problemas de salud humana (residuos en alimentos y envenenamiento de sus manipuladores); resurgimiento de las plagas después de la aplicación, aparición de biotipos resistentes a los insecticidas, alteración del control natural, destrucción de la flora y la fauna silvestre, excesivo costo de los insecticidas, baja rentabilidad de las cosechas y deterioro del ambiente.
La era de los insecticidas modernos en la agricultura, se inició inmediatamente después de la segunda guerra mundial. El descubrimiento de la acción insecticida del DDT (1939) y del BCH (1941) permitió un uso para combatir insectos vectores de enfermedades que afectaban las tropas aliadas. Desde entonces se han incorporado numerosos componentes para combatir a las plagas de interés medico veterinario y agrícola y su uso se ha generalizado por todo el mundo.
A comienzo del siglo pasado se aplicó por primera vez un producto químico sobre extensiones grandes; se trata del verde de París un insecticida inorgánico empleado en los Estados Unidos. Posteriormente se incorporaron otros insecticidas inorgánicos como el arseniato de calcio y algunas sustancias derivadas de las plantas como la nicotina y la Roténona.
En la actualidad se cuenta con una cantidad de compuestos insecticidas y otros pesticidas con características toxicologícas físicas y químicas muy diversas. Entre los países productores de insecticidas más importantes están los Estados Unidos, Alemania, Japón, Rusia, Suiza, Italia, y Holanda.
LOS INSECTICIDAS Y EL ECOSISTEMA-AGRÍCOLA
Desde el punto de vista ecológico el insecticida es una sustancia tóxica que el hombre introduce en el ecosistema agrícola afectando a todos sus organismos, particularmente a los animales. La intensidad del efecto varía según las características del insecticida, el grado de susceptibilidad de las especies fitófagas y benéficas presentes, las formulaciones y dosis del producto, la forma en que es aplicado, las clases de cultivo, y las condiciones climáticas prevalecientes durantes las aplicaciones.
PRINCIPIO DEL CONTROL DE INSECTICIDAS
La decisión de emplear insecticidas para el control de los insectos depende de la evaluación completa de cada problema y de revisar todos los controles existentes. En primer lugar se debe determinar si se justifica el control de una clase determinada. Si es así, se debe decidir que tipo de control está mejor adaptado a la situación específica. Todas las posibilidades solos o en combinación, se debe tener en cuenta sobre todo las que convengan a un programa de control del MIP.
El principio orientador para tomar tal decisión consiste en que los tratamientos con insecticidas se justifican solo cuando las pérdidas sin tratamiento excede al costo de éste. La aplicación del principio implica la necesidad de tener información sobre los límites económicos en los cuales son iguales los niveles de la población de la plaga y de los daños.
VENTAJA DE LOS INSECTICIDAS
Los insecticidas son de amplio uso en casi todas partes del mundo, y tienen varias ventajas que listamos a continuación las más importantes:
Espectro de uso. Se puede controlar casi todos los tipos y etapas de plagas; existe por lo menos un insecticida eficaz para casi cualquier plaga importante.
Controlan varias plagas a la vez. Los agricultores generalmente juzgan el valor de un procedimiento fitosanitario en base al número de problemas serios que pueden resolver con ello. Por eso les gustan los insecticidas de amplio espectro.
Selectividad. Por otra parte, ciertos productos son selectivos y específicos, a veces aun que ciertas prácticas culturales.
Son de fácil acceso y aplicación. En Colombia se pueden encontrar ciertos insecticidas en casi cualquier pueblo y se venden en pequeñas cantidades
Acción rápida. Tiene un efecto tangible y rápido en algunos casos casi inmediatos, el período que se tiene que esperar entre el instante de la aplicación y el momento de ver el efecto que puede ser sólo de unas pocas horas.
Efecto independiente de la densidad poblacional. Tiene un efecto sin importar la densidad poblacional inicial de la plaga, es decir, funciona independientemente de tal densidad.
Intensidad del impacto. Se puede controlar la intensidad del efecto por medio de cambios en la dosificación, formulación o método de aplicación.
Poca mano de obra. Requiere de menos mano de obra que ciertas otras tácticas.
Compatibilidad. Los insecticidas son compatibles con muchas otras tácticas, incluyendo varias práctica culturales, mecánica y fitogenética.
Efecto residual. Desde el punto de vista del agricultor los productos que tienen un largo período de residualidad son beneficiosos.
DESVENTAJAS DE LOS INSECTICIDAS
Aunque los insecticidas son muy efectivos, rápidos y fácil de usar, se ha abusado de él, por lo cual se han hecho más evidentes sus desventajas:
Resistencia.
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