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Control Quimico


Enviado por   •  25 de Octubre de 2013  •  6.353 Palabras (26 Páginas)  •  374 Visitas

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CONTROL QUÍMICO

Los insecticidas son agentes de origen químico o biológico que controlan insectos; el control puede resultar de matar el insecto o de alguna manera impedir que tenga un comportamiento considerado como destructivo. Los insecticidas pueden ser naturales o hechos por humanos y son aplicados a las especies objetivos en multitud de formulaciones y sistemas de aplicación (aspersiones, cebos, difusión de liberación lenta, etc.). En años recientes, la ciencia de la biotecnología inclusive ha incorporado códigos para genes bacteriales de proteínas insecticidas en varias plantas de cultivo que causan la muerte a insectos que sin sospecharlo se alimentan de ellas.

El propósito es dar una rápida visión de lo que son los insecticidas, y una breve base y revisión de las principales clases de insecticidas que han sido usados o que aún hoy están en uso para encarar las plagas insectiles. Aunque de ninguna manera será minuciosa, tocaremos las principales clases y tecnologías bien tengan una edad de décadas o que hayan sido reveladas recientemente.

De más de 1 millón de especies conocidas de insectos unas 10.000 especies se alimentan de cultivos, y de ellas, a nivel mundial aproximadamente 700 especies causan la mayor parte del daño a los cultivos de la humanidad, tanto en el campo como en almacenamiento.

Los humanoides han estado sobre la tierra durante más de 3 millones de años, mientras que los insectos han existido al menos durante 250 millones de años. Podemos imaginar que entre los primeros intentos usados por nuestros primitivos antepasados para reducir las molestias causadas por los insectos estuvieron que hacer hogueras que produjeran humo o aplicar barro o polvo sobre su piel para repeler los insectos que los picaban o les causaban irritación, una práctica parecida a los hábitos de los elefantes, cerdos, y búfalos de agua. Hoy, tales prácticas se clasificarían como repelentes, una categoría de los insecticidas.

Los historiadores han seguido el uso de pesticidas hasta la época de Homero, alrededor de 1000 años A.C., pero los primeros registros de insecticidas corresponden a la quema de azufre como fumigante. Plinio el Viejo (A.D. 23-79) registró la mayoría de los primeros usos de insecticidas en su Historia Natural; entre ellos incluyó el uso de una agalla de una lagartija verde para proteger las manzanas de gusanos y pudriciones. Más tarde, encontramos una cantidad de materiales usados con resultados cuestionables: extractos de pimiento y tabaco, agua jabonosa, aguacal, vinagre, trementina, aceite de pescado, salmuera, y lejía entre otras.

Al comienzo de la II Guerra Mundial (1940), nuestra selección de insecticidas se limitaba a varios arsenicales, aceites de petróleo, nicotina, piretro, rotenona, azufre, gas de cianuro, de hidrógeno, y criolita. La II Guerra mundial fue lo que abrió el control de la Era de la Química Moderna con la introducción de un nuevo concepto en el control de insectos, con los insecticidas orgánicos sintéticos, el primero de los cuales fue el DDT.

Históricamente, los productores han controlado las plagas solamente mediante el uso de plaguicidas, práctica que prosperó por muchas décadas, el agricultor se acostumbró a un manejo muy parcial de los cultivos, muy artificial por su efectividad, la facilidad de aplicación y el bajo costo. La idea era eliminar los factores en lugar de manejarlos, eliminar las malezas, las plagas, los ciclos naturales del suelo utilizando productos químicos de síntesis; los únicos factores que se tenían que manejar eran los factores de clima, variedades del cultivo y mercados.

Al comienzo, el uso de insecticidas parecía dar buenos resultados, pero al aplicarlos, el agricultor no solamente mata a las plagas sino que también mata a los insectos que son benéficos, de manera que el agricultor tiene que gastar más dinero para comprar más insecticidas para hacer el trabajo que los insectos benéficos podrían hacer; además, al pasar los años, las plagas se hacen resistentes a los insecticidas, lo que puede suceder si se depende de un solo método de control, como es el uso de insecticidas.

Debido a la exigencia de mayor calidad en los productos por parte de los consumidores, el uso de insecticidas se acrecentó de una manera irracional, sin prever las consecuencias a mediano y largo plazo. No tardó mucho tiempo para que empezaran a aparecer situaciones que conllevaran a investigadores y técnicos a reflexionar sobre la nefasta consecuencia de esta práctica agrícola.

Entre esas limitaciones biológicas y tecnológicas se señalan problemas de salud humana (residuos en alimentos y envenenamiento de sus manipuladores); resurgimiento de las plagas después de la aplicación, aparición de biotipos resistentes a los insecticidas, alteración del control natural, destrucción de la flora y la fauna silvestre, excesivo costo de los insecticidas, baja rentabilidad de las cosechas y deterioro del ambiente.

La era de los insecticidas modernos en la agricultura, se inició inmediatamente después de la segunda guerra mundial. El descubrimiento de la acción insecticida del DDT (1939) y del BCH (1941) permitió un uso para combatir insectos vectores de enfermedades que afectaban las tropas aliadas. Desde entonces se han incorporado numerosos componentes para combatir a las plagas de interés medico veterinario y agrícola y su uso se ha generalizado por todo el mundo.

A comienzo del siglo pasado se aplicó por primera vez un producto químico sobre extensiones grandes; se trata del verde de París un insecticida inorgánico empleado en los Estados Unidos. Posteriormente se incorporaron otros insecticidas inorgánicos como el arseniato de calcio y algunas sustancias derivadas de las plantas como la nicotina y la Roténona.

En la actualidad se cuenta con una cantidad de compuestos insecticidas y otros pesticidas con características toxicologícas físicas y químicas muy diversas. Entre los países productores de insecticidas más importantes están los Estados Unidos, Alemania, Japón, Rusia, Suiza, Italia, y Holanda.

LOS INSECTICIDAS Y EL ECOSISTEMA-AGRÍCOLA

Desde el punto de vista ecológico el insecticida es una sustancia tóxica que el hombre introduce en el ecosistema agrícola afectando a todos sus organismos, particularmente a los animales. La intensidad del efecto varía según las características del insecticida, el grado de susceptibilidad de las especies fitófagas y benéficas presentes, las formulaciones y dosis del producto, la forma en que es aplicado, las clases de cultivo, y las condiciones climáticas prevalecientes durantes las aplicaciones.

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