Criptodivisas, ya son una realidad.

Criptodivisas, ya son una realidad.

Bloomberg Bussinessweek publicó en días pasados una nota periodística sobre que cierto hacker colombiano habría operado en varios países de Latinoamérica, México incluido, para modificar datos, robar estrategias, manipular redes sociales para crear falsos sentimientos de apoyo o repudio según instrucciones, y una serie de delitos cibernéticos todo con el fin de favorecer o perjudicar campañas presidenciales. Cabe resaltar aquí, que este hacker fue pagado por sus servicios por medio de Bitcoins. Este último hecho me llamó la atención sobre qué es el Bitcoin, y porqué fue usado como medio de pago.

        El bitcoin, es una criptomoneda, aunque no la única  como el peso, el dólar o el euro, pero con características que hacen que hackers como el mencionado anteriormente, hayan decidido cobrar por sus servicios usando esta divisa. Y no sólo ellos, miles o millones de personas ya están utilizando esta moneda nacida y prácticamente basada en la red de redes que hoy por hoy rige nuestras vidas.

        En la actualidad, prácticamente todo nuestro dinero no es más que ceros y unos flotando en la nube de la internet. Servidores usando poderosas herramientas de cifrado protegen nuestras cuentas de banco y cada vez más usuarios utilizan los servicios de internet para cobrar y pagar servicios, esto por medio de aplicaciones, páginas web, teléfonos celulares, tablets y un largo etcétera. Nuestra cartera, a veces sólo cuenta con un par de billetes pequeños y una, dos o más tarjetas de débito o crédito. Nuestro dinero reside en la información que los bancos o instituciones financieras guardan sobre él, y muy, pero que muy lejos está el guardar arrugados y crujientes billetes bajo el colchón o escondidos en un polvoso libro que seguro nadie lee ya.

        Dentro de toda esta vorágine de información que es la internet, donde un sinnúmero de operaciones suceden cada milésimas de segundo, donde lo mismo estamos pagando la tarjeta de crédito, que viendo una película en Netflix, que enviando un correo electrónico, revisando alguna red social, jugando videojuegos en línea o leyendo el Whatsapp… todo al mismo tiempo y es exactamente la misma información, ceros y unos viajando por las redes de fibra óptica o gruesos cables subterráneos… en fin, la vida como la conocemos depende totalmente de la información que de nosotros yace en poder de las instituciones. Por todo esto, el bitcoin presenta una ventaja innegable, y es que es la divisa más democrática que se haya concebido hasta ahora. Basada en algoritmos cuyo cálculo matemático –no determinista—requiere un poder de cómputo que ni siquiera empresas como Google o Microsoft poseen, muchísimo menos los gobiernos, es una moneda extraordinariamente segura. Tan es así que si alguien quisiera meter mano a “robarse” un bitcoin, le saldría incosteable. Es decir, en términos claros, es como si quisieras robarte la llanta de un coche y dejar tu vehículo entero en el asunto.

        Pero ¿qué le da valor al bitcoin? ¿Cuánto cuesta? Primero que nada, dicha moneda se genera en internet, por medio de una larga cadena de datos, la cual es compartida por todos los usuarios, esta cadena es verificada por un conjunto de equipos de cómputo residentes en todas partes del mundo, lo que se conoce como “minería” la cual se cobra, y ha hecho que se construyan “granjas” de minería para criptomonedas, que no son otra cosa que enormes edificios con cientos o miles de computadoras trabajando día y noche haciendo cálculos matemáticos, o “hashing” y miden su potencia en “gigahashes por segundo (GHs)”. Incluso puede uno rentar poder de cómputo para “minar”, al coste de unos $7.00 pesos por GHs. Cada operación realizada con esta divisa se graba dentro de la cadena, por lo que un bitcoin gastado no puede ser usado otra vez, ya que se verifica la operación en la cadena, la cual es la misma para todos los usuarios. Esta moneda no es controlada por ninguna autoridad, las operaciones se hacen de persona a persona, o peer to peer, y es totalmente anónimo su uso, el cual es parecido a usar la banca electrónica. Se descarga el software a la computadora, que viene a ser la billetera electrónica, y se generan lo que es la dirección privada, que es la que debes proteger que nadie la vea, y una pública, que tienes que proporcionar para tus operaciones…

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