Crónica Directiva

Escuela de Pedagogía

Magíster Liderazgo y Gestión en Organizaciones Escolares

Crónica Docente-Directiva:

“El mérito está en el compromiso”

Nombre: Paulina Cortés Lira.

Módulo: Crónica Directiva.

Docente: Marcela Jarpa.

Viña del Mar, 28 de mayo de 2014.

El mérito está en el compromiso

“El mérito le corresponde a quien está en la arena, con la cara embadurnada de polvo, sudor y sangre, que lucha con valentía, que se equivoca y vuelve a empezar, una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin error ni imperfecciones.(…) sabe que su lugar nunca estará entre esas almas tímidas y frías que no conocen ni la victoria, ni la derrota.”

Theodore Roosevelt

No existe un colegio para mis hijos –pensé en voz alta.

Cuando eres madre, y además profesional de la educación, se te viene el mundo encima cuando diagnostican a dos de tus tres hijos con “necesidades educativas especiales transitorias”. Entonces inicio la búsqueda del establecimiento escolar ad hoc a sus necesidades e intereses. En las entrevistas de ingreso a diferentes colegios, la preocupación se basaba en el déficit, se destaca más lo que el niño no logra hacer en lugar de aquello que sí es capaz. Me sentía como pidiendo un favor de incluir a un alumno de “segunda mano” o distinto, en aquellos colegios de excelencia donde mi pequeño artista no aporta (Benjamín dibuja y toca guitarra muy bien). En definitiva, el mercado presenta poca oferta. Los objetivos tradicionales en educación de los alumnos con NEE aún se orientan a lograr comportamientos sociales controlados, cuando se deberían tener como objetivo que estos individuos adquiriesen cultura suficiente para conducir su propia vida.

La exclusión educativa genera indiferencia, no ofrece alternativas y la sociedad sólo mantiene y acepta tal inequidad. Los ghettos educativos que buscan la homogeneización y la calidad educativa (excelencia, resultados, tecnología, etc.) excluyen a muchos niños de y en la escuela, porque las diferencias de los alumnos son vistas como obstáculos. ¿Se puede forzar a que todos los alumnos progresen al mismo tiempo en la adquisición de conocimientos? Este paradigma escolar, entonces, se transforma en una fábrica de desigualdades y de fracaso escolar...

Sueño con un colegio que acoge. Donde todos mis estudiantes construyan las razones para elegir una vida digna. Como lo expone el poeta cubano José Martí: “Ser cultos para ser libres”.

La descompensación de mis roles me generaron un gran conflicto. Sin embargo, este quiebre me permite confirmar mi visión: un proyecto educativo más abierto, comprensivo y transformador. A través de los distintos módulos de aprendizaje en el Magister, tomé consciencia de actuar dentro de un sistema muy complejo, la necesidad de liderar estratégicamente y reflexionar sobre cómo desarrollar una visión compartida en la organización escolar. Y en estos momentos de cierre, donde este post grado me ha afianzado una formación Directiva más reflexiva, declaro mi compromiso: una escuela más inclusiva.

Planear un proceso de aprendizaje permanente que consista en generar una Cultura de la Diversidad como una nueva manera de educar que parte del respeto a la diversidad como valor, puede sonar una tarea dantesca, pero no imposible. Para movilizarme a la concreción de este sueño debo crear una consciencia humanista: donde mis directrices estén en el desarrollo de habilidades de pensamiento superior, afianzando una cultura de la solidaridad, reclutando a educadores que estén dispuestos “aprender a aprender” -como bien lo explica Echeverría (2012)- y, finalmente, con un nuevo tipo de gestión más participativa.

Quizás esto no solucione el problema de la inclusión en la educación a nivel macro, porque no está en mis manos generar las políticas públicas para modificar el sistema y con ello la sociedad; pero sí me comprometo y me esforzaré en intervenir en las escuelas que trabaje para aportar con una educación donde proponga enfoques centrados en la enseñanza de habilidades por sobre

...