ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

DEMOCRACIA Y DESARROLLO ENDOGENO

TAMNY1824 de Abril de 2015

8.163 Palabras (33 Páginas)244 Visitas

Página 1 de 33

Solidaridad, reciprocidad y socialismo

por Iraida Vargas-Arenas, Mario Sanoja Obediente

En esta hora de proponer la meta y los objetivos del socialismo en el siglo XXI, creemos necesario insistir como hemos hecho en muchos de nuestros trabajos anteriores sobre la necesidad de conocer y estudiar, de tomar en cuenta la historia, las experiencias de la gente, de las sociedades humanas, desde los inicios de la vida social organizada. La construcción del socialismo en el siglo XXI no alude solamente a la transformación de los procesos económicos de producción, distribución, cambio y consumo que caracterizan el modo de producción de la Formación Social Capitalista, sino principalmente a lograr nuevas formas de organizar las relaciones sociales para que la sociedad pueda lograr y mantener dicho proceso de transformación.

Para alcanzar ese objetivo, es imprescindible desarrollar en los colectivos humanos un nivel de conciencia social que legitime dichos cambios y detenga la inercia ideológica basada en el egoísmo, creada durante milenios de encuadramiento clasista de los pueblos y de por lo menos 800 años de desarrollo capitalista.

El comunismo primitivo

Las investigaciones realizadas por el abogado y antropólogo norteamericano Lewis H. Morgan sobre la organización de la sociedad iroquesa [1], publicadas en 1881, estaban originalmente destinadas a formar parte de su monumental obra La Sociedad Primitiva [2]. En éste, su escrito más conocido, Morgan se fundamentó en los principios del Evolucionismo Social para exponer su tesis sobre la importancia del desarrollo y ampliación de la base material o productiva en el proceso histórico de la Humanidad.

La evolución de las formas de producción o de la base material de la Sociedad se inició cuando hombres y mujeres derivaban su alimentación de la apropiación o recolección de alimentos vegetales y animales, forma socioeconómica que habría mantenido a la comunidad humana dependiente de la explotación de determinados nichos ecológicos o ambientes naturales. La segunda forma de alimentación –según Morgan- fue aquella basada en la pesca. Como los peces tenían una distribución ilimitada en cantidad y espacio, constituían un tipo de alimento que podía ser capturado y consumido en cualquier época del año. De esta manera, la subsistencia y la vida misma de los grupos sociales se habrían independizado de las fluctuaciones climáticas y las limitaciones impuestas por determinados ambientes naturales terrestres. De la misma manera, la localización de las comunidades humanas a lo largo de los ríos y las costas de los mares, habría estimulado el proceso de difusión de la especie humana sobre el territorio de los distintos continentes, teoría que se compagina con la reciente propuesta dos distinguidos prehistoriadores estadounidenses, Bradley y Stanford [3], para una nueva explicación del poblamiento de América. En aquella segunda forma de alimentación, la pesca, se observó –según la propuesta de Morgan- el aparecimiento de armas perfeccionadas tales como el arco y la flecha así como también de formas de apropiación de granos y raíces farináceas.

La tercera forma de subsistencia, la cual dentro de la visión evolucionista de Morgan sucedía a las anteriores, es aquella basada en el cultivo generalizado de alimentos farináceos. Fue a partir de ese momento cuando comenzaría a manifestarse una separación cultural entre Asia y Europa, por una parte, y América. En este último caso, el desarrollo cualitativo y cuantitativo de la agricultura estuvo mediado por la ausencia casi generalizada de animales gregarios domesticables, excepto en la región andina central de Suramérica. La existencia de extensos y ricos campos de pesca tanto sobre el litoral atlántico como el pacifico, la existencia de cereales de alto rendimiento como el maíz y los frijoles y de plantas vegetativas como la yuca, la papa y la batata, entre otras, dieron origen a los antiguos sistemas agrarios americanos [4].

En el caso específico de Asia y Europa, los sistemas agrarios se fundamentaron en cultígenos de alto rendimiento como el trigo, la cebada y el millo, asociadas con otras tradiciones y modos de vida relacionados con la domesticación de animales gregarios como el ganado vacuno, el ganado cabrío, el ganado caballar, el porcino, las aves de corral, etc., cuya unión contribuyó a forjar una sólida economía agropecuaria la cual permitió a las antiguas comunidades de recolectores cazadores acceder a la reproducción controlada de los cereales y las proteínas, hecho que dio un grande y temprano impulso al proceso de transformación de la sociedad en aquellos continentes. La domesticación de los animales habría constituido la génesis de diversos modos de vida pastoriles, particularmente en Europa y Asia. El carácter transhumante y móvil de los rebaños de animales gregarios, determinó la formación de sociedades de pastores cuya expansión territorial llegó a alcanzar los valles del río Eufrates, la India y la estepas asiáticas.

Morgan estableció, de la misma manera, una secuencia lógica evolutiva de las prácticas agrarias. Éstas se habrían iniciado con la horticultura o la práctica del cultivo que nosotros denominamos conuco o cultivo itinerante, dando luego paso a la labranza y los huertos, al campo o ager, en latín, lo que implicaba también la existencia de diferentes regímenes de propiedad. El primero consistía solamente en el establecimiento de marcas territoriales, el segundo, territorios cercados o segregados. De la misma manera, estableció Morgan una secuencia técnica progresiva que marchaba desde la labranza de parcelas en tierras aluviales a lo largo de los ríos, a la labranza de espacios cercados y huertas localizadas en los valles y los terrenos en pendiente, utilizando los arados tirados por bueyes.

Dos

El desarrollo de las diversas formas de subsistencia y la serie de invenciones progresivas en el campo de las técnicas materiales para apropiar y transformar materias primas, necesarias para la reproducción del ser social, dieron origen según Morgan a una serie de períodos o estadios étnicos cada uno de los cuales representaba una cultura y un modo de vida diferente:

1. El Salvajismo, o los orígenes mismos de la Humanidad, donde los grupos humanos eran básicamente recolectores, cazadores, pescadores.

2. La Barbarie, caracterizada por la invención de la agricultura, la alfarería, sístemas de regadío, la metalurgia, la arquitectura de adobe, el alfabeto fonético, etc.

3. La Civilización, desde la invención de la escritura, y la aparición del Estado, hasta el presente. El carácter históricamente fatal de la secuencia histórica de estadios o períodos étnicos construida por Morgan, fue cuestionado posteriormente por las investigaciones de diversos científicos como modelo para explicar las secuencias históricas de sociedades particulares [5]aunque la pertinencia de la misma como un modelo general para explicar el desarrollo histórico de la Humanidad, ha sido validada por los resultados de las mismas investigaciones [6].

Como resultado de los trabajos de Morgan y los análisis originales de Marx, y Engels, dichos autores formularon la existencia de un una forma originaria de relaciones sociales denominada Comunismo primitivo. Las discusiones suscitadas sobre dicho tema, elevaron dicho concepto al nivel de una categoría histórica, sujeto de estudio tanto de historiadores y antropólogos como de filósofos y políticos revolucionarios que vieron en dicha categoría la posibilidad de concretar la nueva forma de sociedad que reemplazaría la Formación Social Capitalista. De allí partió también la definición de una línea de investigación académica que ha sido relevada y desarrollada por muchos investigadores/as en todo el mundo hasta el presente, y es aquella relativa a la historia y al funcionamiento de las formas de organización de las sociedades precapitalistas. Ello alude no sólo a aquéllas que existieron antes de los siglos XII y XIII de la era cuando aparecen de manera orgánica los primeros gérmenes del capitalismo, sino también a las que han sobrevivido o sobreviven como partes integrantes de la actual Formación Social Capitalista.

Tres

Tanto Lewis Morgan como Carlos Marx y Federico Engels, al igual que los otros filósofos del Socialismo Utópico del siglo XIX, sintieron una genuina preocupación por explorar filosófica y prácticamente las vías que habrían de permitir a la Humanidad alcanzar la meta de una sociedad justa, emancipada de la opresión que traía aparejada el sistema capitalista profundizada por la democracia burguesa, inspirada tanto en el pensamiento político de la Ilustración, como por las propuestas filosóficas jeffersonianas.

La obra de Carlos Marx, que se desarrolló dentro de la atmósfera de reformas y cambios sociales que bañaba Europa desde finales del siglo XVIII, luchaba por la disolución del régimen de injusticia social instaurado por el capitalismo abogando por el advenimiento de la sociedad socialista, la cual consideraba una forma superior de democracia. Su gran mérito es haber convertido las tesis del socialismo utópico en una filosofía y un método que sirven tanto para la reflexión histórica para la acción revolucionaria. En tal sentido, tanto Morgan como Marx y Engels compartieron, de cierta manera, la concepción materialista de la Historia para explicar los cambios sociales que llevaron a la sociedad desde sus etapas iniciales del desarrollo socioeconómico, y la organización social igualitaria o comunista primitiva basada en la consanguinidad, hasta el surgimiento de la sociedad desigual, dividida en clases, hacia el origen de la propiedad y el Estado y –finalmente- la aparición del capitalismo.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (54 Kb)
Leer 32 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com