DEONDONTOLOGIA MEDICA

Introducción

La validez y relevancia de la deontología, cada vez parece ser mas extraña a la cultura del médico de hoy, situación que debería ser alarmante no solo para los médicos que hasta el día de hoy ejercen la medicina sino para los alumnos que estamos en formación y seremos la próxima generación, por lo que no solo deberíamos de beneficiarnos de las nuevas tecnologías que facilitan nuestro hacer y quehacer, sino que resulta de gran importancia la enseñanza y práctica de la Deontología médica. Este ensayo trata de abarcar de una manera breve, la necesidad del reconocimiento de esta así como su gran importancia en la formación profesional en la practica medica colegiada, al abarcar estos puntos, es inevitable no abordar el futuro de la deontología en la medicina, así como, diferenciar este término que usualmente se utiliza como sinónimo de ética o bioética, y separarlo no de manera definitiva, pero si, parcialmente, de la definición del derecho, poniendo a la deontológica en un plano insustituible y distinto, pero igual de importante que las disciplinas antes mencionadas. Si se admite la unicidad de la deontología respecto de otras disciplinas, es mas fácil reconocerle un papel todavía mas relevante. No solo es una herramienta básica de la practica profesional, sino que también resulta indispensable para manejar la relación medico-paciente, ya que puede gestionar correctamente la asimetría que existe en esta relación, algo que, por ejemplo, el derecho es incapaz de realizar ya que su naturaleza esta concebida para el trato entre iguales. La deontología por lo tanto no debe ser considerada como una disciplina declinante, sino, que es necesario un esfuerzo por parte de los organismos representativos de la profesión para restituir el papel que amerita como instrumento de la gestión del ejercicio de la medicina, con el fin de ser instruidos en un tema que al parecer a sido olvidado.

Argumentos

Para poder argumentar la importancia de esta disciplina, antes que nada, se debe definir correctamente lo que es la deontología, gran parte de las dudas nacen de la incapacidad de captar su verdadero significado, y esto queda demostrado por el hecho que las definiciones utilizadas generalmente son demasiado genéricas y aproximativas. El Diccionario de Bioetica de E. Lecaldano, en la parte dedicada a la deontología medica, luego de definirla como “conjunto de deberes que competen al medico en el ejercicio de su profesión”,(1). También subraya, la discutibilidad del hecho de que “los deberes del médico deban ser enteramente derivados de un código creado por una asociación profesional”. El mismo autor, afirma en otro texto (2): “no parecen existir razones morales validas para considerar un deber profesional, como prioritario, respecto de todos los otros deberes que se tienen en cuanto ser humano”. Sostiene además: “no parece evidente la validez de la conclusión que los deberes de la propia profesión deban prevalecer cuando entren en conflicto con otros deberes más generales”. Y por ultimo agrega: “Las reglas de cualquier código deontológico no pueden ser transformadas en deberes morales, sino que se consideran sugerencias prudenciales e hipotéticas”.

Por otro lado, U. Scarpelli estigmatiza la supuesta pretensión de la deontología de prevalecer sobre el derecho: “aparece verdaderamente inconciente y banalizante la cláusula, por la cual el médico se empeña en observar las normas jurídicas, con tal que no estén en contraste con los fines de la profesión”. Y concluye: “¿Qué cosa podría temer un paciente, de parte del médico, sino que se sienta autorizado, incluso vinculado por el juramento, a violar el derecho anteponiéndole la propia interpretación de la tarea médica?”.(3)

¿Qué lugar podrá tener entonces la deontología en la determinación de los comportamientos del médico, si por un lado está obligada a inclinarse ante la moral, y por otro debe aceptar la superioridad de la ley?

Para poder comprender su importancia, se debe ahondar en su significado y objetivo, así como sus relaciones con la ética y el derecho, como ya había mencionado.

Una significativa contribución a esta definición nos viene de S. Spinsanti el cual, en primer lugar, aclara quien debe proveer la formulacion de las reglas deontológicas: “no es una autoridad moral quien prescribe los comportamientos. Las normas deontológicas son establecidas por los profesionistas mismos, sobre la base de aquello que favorece la profesión y aquello que la daña”.(6) Y posteriormente establece los límites entre deontología y moral, determinando los planos en los que se mueve respectivamente cada una: “la preocupación de la deontología no es la calidad moral de la acción, sino su corrección, teniendo presente sobretodo el punto de vista de la relación entre la profesión y la sociedad”.

Por tanto, subraya Spinsanti, la deontología “no es un conjunto de preceptos elaborados por deducción a partir de los principios de una ética general o de un determinado sistema moral, y aplicado posteriormente a una profesión específica... Se trata más bien, de un conjunto de reglas tradicionales que indican cómo comportarse en cuanto miembros de un cuerpo social determinado; y el sentido de tales reglas, y de proveer a la convivencia o utilidad de tal cuerpo social, para que pueda conseguir mejor el fin que se propone”.(7)

De este modo nos podemos ir acercando a los elementos fundamentales que definen el significado mas propio de la deontología. F. D'Agostino, coincidio con este concepto e introduce otro elemento, la relación entre deontología y el papel social del médico. Para él, la deontología “compromete al médico no por su conciencia, sino por su papel social y relacional”.(8) En la relación medico paciente es precisamente donde se identifica el verdadero papel de la deontología. En este punto es necesario responder a una pregunta: ¿por qué todo aquello que esperamos de la deontología, no lo podemos, con mayor ventaja, obtener de la ética y del derecho?

Deontología y ética

Ya he analizado algunas de las diferencias entre ética y la deontología, aun cuando la deontología tiene su origen de la ética y por lo tanto de la moral general, también podemos afirmar, que lo característico de esta disciplina es que confiere un carácter extraordinario al profesionista que le permite omitir o hacer cosas prohibidas por la moral general. El compromiso que el profesionista asume no es otro que la aceptación de las reglas deontológicas, así como

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