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DOCUMENTO DE APOYO Nº 2/2009 ORIENTACIONES PARA JARDINES MATERNALES

AnLaSo8 de Mayo de 2015

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DOCUMENTO DE APOYO Nº 2/2009

ORIENTACIONES PARA JARDINES MATERNALES

Durante el año 2008 se realizaron visitas a todos los jardines

maternales dependientes de la Dirección Provincial de Educación Inicial. El

análisis de la información recabada fue compartido con las Directoras e

Inspectoras en un encuentro en el que nos comprometimos a realizar una

devolución escrita. Este texto recoge las apreciaciones volcadas en ese

encuentro y las reflexiones consiguientes a que dieron lugar, a fin de

compartirlas con los equipos docentes de los jardines maternales.

Es de destacar la actitud positiva de todos los directivos y docentes

de los jardines maternales con la que se recibió la visita de la DPEI, lo que

permitió un intercambio y comunicación sinceras. Se percibió bastante

soledad en la tarea y por lo tanto avidez por reanudar los encuentros con

otros jardines maternales, profundizar la capacitación sobre la tarea

específica del Maternal, generar espacios para analizar la experiencia

realizada en estos últimos años.

Se considera que la información obtenida ha sido muy valiosa, para

repensar la práctica en estas instituciones, así como para establecer los

nudos críticos sobre los cuales habrá que organizar tanto la capacitación

como las modificaciones del Diseño curricular de los Jardines Maternales.

Queda un camino abierto para las acciones que deberemos encarar en un

futuro inmediato

En la mayoría de los Jardines se pudo observar un fuerte compromiso

con la infancia, responsabilidad en la tarea cotidiana, climas acogedores y

vínculos afectivos entre los niños y los adultos, lo que constituye una

plataforma fundamental para comenzar a reflexionar sobre algunos

aspectos que permitan mejorar el desarrollo de la tarea docente y en

consecuencia mayores oportunidades de aprendizaje de los niños.

Es en este sentido que invitamos a los equipos docentes a reflexionar

sobre los siguientes aspectos:

El trabajo en las instituciones:

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· El espacio físico de las instituciones: Si bien en algunos casos el

espacio interno y externo es demasiado reducido y los docentes

trabajan en condiciones poco adecuadas, concebir éste aspecto como

estructurante dinámico de la institución educativa favorecería la

tarea. Así se hace necesario apropiarse del espacio para ponerlo al

servicio de lo didáctico.

En algunas instituciones se facilitaría la tarea modificando el uso que

se hace de los espacios, para no concebirlos como “destinos finales”

sino como lugares que pueden ser repensados en función de las

propuestas docentes.

Darse la posibilidad de realizar modificaciones analizando las

situaciones particulares áulicas y generales institucionales, plantear

diferentes opciones, tal vez cambiando los espacios de las salas de

niños (aquellos con escasa o nula ventilación por otros mejor

ventilados, aquellas demasiado pequeñas para el desarrollo de la

actividad de los niños por otras más espaciosas que se usan para

propuestas más sedentarias,etc.) o la utilización, en ciertos tiempos

de la jornada, de otros espacios que se adecuen más a las

necesidades reales de desplazamiento y de juego de los pequeños.

Esto implicaría una mejora sin demasiada inversión de recursos

físicos, económicos y humanos, pero además y fundamentalmente un

avance cualitativo en la percepción del espacio como categoría

constitutiva de lo institucional

En las salas, suelen verse sectores (estantes, lugares de “guardado”

de objetos) cubiertos con cortinas que son convertidos por los niños

espontáneamente en “escondites”, y que podrían ser habilitados por

el docente para fines lúdicos y didácticos.

Asimismo sería interesante pensar en que los materiales de juego y

exploración deben estar al alcance de los niños, para no “despojar” a

los niños de los objetos. Cuando se ingresa a las salas, en general, se

ve un “prolijo vacío” desde el piso hasta aproximadamente el metro

sesenta de altura, a partir de allí las paredes comienzan a llenarse de

repisas que contienen todos los recursos y elementos destinados a la

tarea educativa. Juegos, juguetes, material didáctico en general, se

“protegen” del desorden, intentando probablemente ofrecerlos en el

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“momento que corresponda”, lo que significa, en realidad “cuando lo

determine el docente”.

Si bien la intencionalidad educativa conlleva implícitamente, la

selección adecuada de los recursos materiales y el momento de su

uso, sería conveniente repensar desde los niños, el sentido del orden

y protección de los objetos ligado al mensaje del no uso, no elección,

no exploración, no tocar salvo cuando el maestro lo habilita; pero

además lo que los convoca llegar a un lugar, la sala, “su lugar”, que

les ofrece, a su vista, solo paredes, que en el mejor de los casos

cuentan con algunas imágenes o espejos.

Los objetos permiten establecer relaciones, vínculos, con los otros

pares y docentes, por lo que sería positivo comenzar a mirar al

espacio y a los elementos que lo pueblan de un modo menos estático,

flexibilizando las concepciones de orden y control que tiñen la tarea.

Muchas veces la naturalización del ámbito físico en el que transcurre

diariamente la labor hace que no se visualice la posibilidad de

cambio, de rotación del mobiliario, de acercamiento y oferta de

recursos lúdicos en sectores de juego para la implementación de

acciones que propicien el uso de los objetos promoviendo la

interacción entre los niños y con los elementos seleccionados, que los

invite a jugar desafiándolos.

Esto implicaría pensar el espacio desde una mirada diferente,

construida poniendo en relación al niño y a los docentes, con los

objetos y la actividad.

Por otro lado sería positivo que se propiciara el equipamiento de los

espacios externos que forma parte sustancial de la propuesta

educativa. Así los patios o espacios externos de las instituciones,

deberían ofrecer distintos elementos de juego tales como pequeños

aparatos, rampas de goma espuma, tubos de diámetro bien ancho,

estructuras fijas de caños plásticos que permitan colgar telas,

ocultarse y aparecer, colchonetas en sectores de sombra natural,

aprovechando las opciones que ofrece el terreno. Juegos que

favorezcan tanto el desarrollo lúdico de los niños como los que

propicien el desarrollo motriz.

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· El tiempo, es otro estructurante institucional, por lo que resulta

necesario profundizar en el análisis de algunas situaciones

significativas que se manifiestan comúnmente.

Al comentar la secuencia de acciones diarias, en general, los

docentes refieren al momento de la entrada como una “instancia de

espera”. Los niños van ingresando a la institución y “hasta que

lleguen todos” se los reúne en un espacio común (en general se

exceptúa a los bebés) donde los chicos están- en el mejor de los

casos con algunos juegos- hasta que se van completando los grupos,

luego de lo cual entran a sus salas y en algunos casos vuelven a salir

de ellas dirigiéndose otra vez a este espacio común para “saludarse”

y saludar al Jardín.

¿Cuál es el valor educativo de este tiempo inerte? ¿Cuál es el sentido

de los desplazamientos hacia las salas para volver a salir? ¿Cuál es el

significado del saludo una vez que han compartido casi una hora del

día?. Es necesario repensar esta instancia.

Aprovechar el progresivo ingreso de los niños para establecer un

momento de comunicación personal con ellos y entre ellos, redundará

en el conocimiento de cada uno, enriquecerá el intercambio

espontáneo, el vínculo afectivo, y la valoración de sus acciones.

Muchas veces éstas pasan desapercibidas en el grupo total.

Al escuchar los relatos de las actividades de enseñanza que se llevan

a cabo durante una jornada, en general, se plantea que se realiza

una actividad central. Dicha actividad es considerada como la

“actividad eje” en la que se enseña aquello que se ha explicitado en

la planificación y tiene relación directa con los contenidos

seleccionados.

Sería conveniente repensar esta situación ya que si establecemos una

relación directa entre el tiempo de permanencia en el Jardín y las

actividades de enseñanza, no escaparía a nadie pensar que es muy

pobre la implementación de una sola actividad diaria, por lo menos

así como es explicitado por los docentes .

Por otro lado, sabemos que la enseñanza implica la organización

intencionada por parte del docente de propuestas o actividades que

no remiten a un tiempo particular, es decir que todas las acciones

Orientaciones para Jardines Maternales

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