Democracia y Liderazgo

Democracia y Liderazgo; ambos términos son aparentemente nuevos en el panorama político en México. El análisis de su surgimiento y desarrollo a la par de la historia del país, resulta revelador para quien busca encontrar la respuesta a la pregunta que guía este ensayo (¿Qué formas/expresiones de liderazgo ayudaron a la consolidación de la democracia?) ya que existen distintos elementos que ayudan a estudiar cómo se han dado estos fenómenos sociopolíticos en la nación de una manera más comprensible y certera.

Las transformaciones que ha sufrido el sistema político mexicano desde la época posrevolucionaria, han permitido por un lado que diversas prácticas democráticas encontraran lugar en una sociedad altamente desigual, y al mismo tiempo, que México estuviera presente en la esfera internacional respondiendo siempre dentro de las posibilidades internas, a demandas cada vez más globales.

A la par de la transformación del sistema, elementos como el liderazgo político también han sufrido grandes cambios que han permitido alcanzar prácticas más democráticas, (entendiendo por éste término democracia electoral y mayor representatividad en los diversos poderes del gobierno) en México, las cuales han tenido repercusiones a su vez, en aspectos como el mismo liderazgo mexicano. En el presente ensayo, además de dar respuesta a la pregunta anteriormente planteada, queremos destacar la dimensión ética del liderazgo que posibilitó la consolidación citada.

Primeramente, es necesario definir qué se entiende por liderazgo político. A pesar de que Roderic Ai Camp en Metamorfosis del Liderazgo en el México Democrático, no da una definición de “liderazgo” como tal, construye el término a través de un análisis entorno a las figuras que lo desempeñan/desempeñaron en México (Camp, 2012), a comparación de Margarita Cortés Llamosa, autora de “Liderazgo Político y Democracia” que define a un guía político como “la persona que asume riesgos para resolver problemas, encuentra soluciones, afronta las consecuencias aún de posible fracaso, posee visión a largo plazo, y entiende las necesidades de sus seguidores” (Llamosa).

Para términos de este ensayo, entenderemos el liderazgo político como la capacidad de influencia en el rumbo que lleve la política de un país y el comportamiento de los actores alrededor de ella (Vargas). Según Margarita Cortés, el liderazgo político se “desarrolla a partir de que el líder político consigue identificar y traducir en una propuesta de cambio político el sentimiento de descontento o malestar manifestado por la población” (Llamosa)

Dada la importancia del papel que desempeñó el Partido Revolucionario Institucional, PRI (o en su tiempo PNR), en el proceso de transformación de México en un país democrático, muchas de las decisiones tomadas por éste ente político son las que han definido el perfil del líder en la nación, siendo también estas mismas acciones las que han permitido que exista una diversidad de actores con gran influencia en la toma de decisiones, tales como los sindicatos, las organizaciones civiles, las empresas, los inversionistas extranjeros y los partidos políticos de oposición. Con esta premisa, podemos mencionar el primer tipo de liderazgo que encontramos en nuestro análisis: El liderazgo partidista.

Este tipo de liderazgo, principalmente puede ser observado en órganos gubernamentales, tales como la Cámara de Diputados o de Senadores, es decir, en el Poder Legislativo.

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