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Diario de un policía, versión beta.


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2017  •  Ensayos  •  2.862 Palabras (12 Páginas)  •  202 Visitas

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30 de abril de 1909, Buenos aires, Argentina.

Querido diario:

En unas semanas saldrán las convocatorias para reclutamiento en todo el país y yo apoyare este proceso, esto me hace recordar cuando entré a la academia, ya han pasado 4 años desde que me uní al cuerpo de policías, aún recuerdo el rostro rojo de mi padre y esas pequeñas lágrimas en sus ojos, -a partir de ahora me siento seguro, a partir de ahora mi hijo vigila las calles, que se cuiden esos hijos de puta que manchan la tierra de Argentina, mi querido hijo está en la ciudad.

Colaborar en el reclutamiento me ayudará  a subir de rango más rápido, pero las inscripciones para cuerpos de apoyo en exámenes  son mañana de 9 a 2 de la tarde y tengo servicio en la plaza Lorea, se hará la marcha del día internacional de los trabajadores, el comandante dice que estaré dos horas protegiendo locales y estaré en la caballería cuando todo acabe, fue un poco extraño pero también me hablo de un trabajo especial, dijo que ve en mis ojos algo diferente, que no soy un policía común, que tengo carácter y fuerza para hacer lo necesario por esta nación.

Creo que en realidad tiene razón, encuentro placer en la vida al ayudar y proteger a las personas he sido así desde muy pequeño, aunque no tengo un carácter fuerte en realidad, no entré al ejército porque se necesita más fuerza para soportar ese infierno, es mejor las ligas menores, solo proteger a las personas de sí mismas.

Tal vez me quejo demasiado, tengo una buena oportunidad de elevar mi rango y comienzo a dudar sobre si soy lo suficientemente bueno para ello, supongo que si lo soy, al fin y al cabo por algo solo nos dijo eso a mí y a otros 25 compañeros, parece que en realidad confían en nosotros.

De niño creía que algún día yo marcaria una diferencia, pero con el tiempo fui perdiendo esa ilusión, quizá no es tarde para soñar una vez más.

1 de mayo de 1909, Buenos aires, Argentina.

Querido diario:

No puedo creer lo que sucedió hoy, todo paso tan rápido y no sé, de repente todo era caos y ruido, trataré de explicarlo, comenzamos a distribuirnos por las calles alrededor de las ocho de la mañana todo era normal, algunos jóvenes tratando de retarnos algunas personas que se desmayan, comenzó como cualquier marcha, y de la misma forma procedía a terminar.

Los problemas comenzaron cuando hubo una alerta durante los discursos de los anarquistas del FORA, llamaron a la caballería, entre ellos yo, nos reunimos en una bodega y nos informaron de quince hombres sospechosos, con posibles cargas explosivas entre su ropa y pretendían varios atentados. Nos pusimos los trajes especiales negros y muy pesados, demoré mucho en ponérmelo, debe quedar bien ajustado o si no lastima la columna, posterior a eso nos dieron un Remington M11 a cada uno y cuando salimos al jardín nos esperaba un caballo, el que me otorgaron era muy tranquilo, transmitía mucha paz, él no sabía lo que se aproximaba, al igual que yo.

Cuando llegamos a la plaza las personas comenzaban a dispersarse, por desgracia los quince individuos continuaban ahí, solo esperaba no tener que disparar, la altura que nos daba el caballo nos daba un panorama amplio del lugar y no hacíamos otra cosa que observar a esos individuos hasta que uno abrió una mochila y comenzaron a sacar artículos extraños, el capitán dio la orden sin titubear ¡FUEGO! Con esa palabra la presión del ambiente aumento aquellos hombres nos miraron fríamente y cada dedo encontró su gatillo. Todo comenzó así sin más, y yo era el único que no disparaba, deje de ver a los objetivos y mire a mi alrededor y solo veía sangre y rostros de hombres mujeres y niños asustados, entonces entre toda esa multitud vi como uno de los objetivos escapaba y sin pensarlo, en eso me convertí, disparé a su hombro, el disparo me dejo sordo y el retroceso retumbo en todo mi cuerpo, posterior a eso no había nada más, solo un ruido estático en mi cabeza que pronto se volvieron gritos y llanto, baje titubeando del caballo, me acerque al objetivo que neutralicé, volteé el cuerpo y ahí estaba, ojos perdidos, no pulso, no nada, sentía unas tremendas ganas de llorar pero no lo hice, simplemente no podía creer lo que había hecho, desabroche su sudadera y más nada, no tenía ninguna bomba, tome su billetera para buscar una identificación, encontré una tarjeta que decía “universidad nacional de la plata, alumno Salvatore Cerezo Tega” también encontré una foto de su familia. Era casi un niño, estudiaba la universidad, tenía una familia, sueños, proyectos e ilusiones, al igual que yo, y fui yo el hombre que acabo con su vida, di fin a la vida de un hombre buscando mi propia vida.

Poco después regrese mi vista a mis compañeros, disparaban sin importar quien fuese, había personas muertas que no eran sospechosas, otras heridas y gritando, fue espantoso, no puedo dormir, cada que cierro los ojos esas imágenes vuelven a mi mente. El capitán me dijo que descansara mañana todo el día, no entiendo como él puede estar tan tranquilo después de esto, no sé si yo pueda vivir tranquilo después de esto.

2 de mayo de 1909, Buenos aires, Argentina.

Querido diario:

No he dormido nada, creo que cada vez me siento peor, no puedo olvidar la imagen de ese chico, está mañana leí en el periódico: “fueron catorce muertos y ochenta heridos en los ataques en la plaza Loera” catorce muertos, y uno lo asesine yo, el capitán dice que debo relajarme, el sindicato anarquista FORA y la socialista UGT están tomando acciones en conjunto, una huelga enfrente de la casa rosa y manifestaciones fuera de las estaciones de policías, hay muchos militares reprimiendo a las personas, algunos de ellos me acompañaron ayer, como pueden continuar después de lo que sucedió.

He reflexionado todo el día sobre lo que me dijeron ayer, que hice lo necesario, pero, ¿lo necesario para qué?, asesinar a todos los lideres anarquistas y socialistas, dicen que encontraron una pequeña bodega llena de bombas y armas, dicen que lo que hicimos ese día salvo más vidas de las que se perdieron, pero no hablaron de eso en ningún periódico, y si es algo tan importante ¿por qué los medios no lo saben? Y si en verdad encontraron esa bodega ¿por qué ocultan la verdad?

El capitán me felicitó, también me llamo y dijo que quiere hablar conmigo mañana a las nueve en la estación, hablaremos sobre mi ascenso a las fuerzas especiales, creo que mientras más asesine mi ascenso será más rápido, pero no sé si este hecho para eso, salvar vidas quitando vidas. No es lo que esperaba de la justicia, sin pruebas realmente contundentes que justifiquen esas muertes, soy un vil asesino no un servidor de la ley

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