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Discapacidad Multiple


Enviado por   •  31 de Marzo de 2014  •  2.285 Palabras (10 Páginas)  •  397 Visitas

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Las personas portadoras de discapacidad múltiple son las afectadas en dos o más áreas, caracterizando una asociación entre diferentes discapacidades, con posibilidades bastante amplias de combinaciones. Un ejemplo serían las personas que tienen discapacidad mental y física. La discapacidad múltiple es una situación grave y, afortunadamente, su presencia en la población en general es menor, en términos numéricos. Puede ser que las instituciones educativas raramente (o nunca) reciban personas con múltiples discapacidades, pero consideramos importante traer informaciones sobre esta posibilidad.

Tradicionalmente, los profesionales especializados y los familiares de personas con múltiple discapacidad centraban su atención en lo que estas personas no podían hacer, en sus desventajas y dificultades. Actualmente tenemos una postura diferente: nos preocupamos en descubrir cuales son las posibilidades que los niños presentan y cuales son sus necesidades, en vez de destacar sus dificultades. Así, hemos descubierto formas y métodos para atenderlos.

Es importante que la familia sea orientada a mantener un contacto con ese niño a través de los sentidos que no hayan sido lesionados, para estimular el residuo auditivo y, principalmente, el residuo visual, si hubiere. Por ejemplo: la familia del bebé sordo-ciego debe pasarle informaciones por medio de toques afectivos; él debe sentir que es amado y notar la presencia del adulto a través de juegos.

Las instituciones que reciben los casos de múltiple discapacidad suelen atender principalmente casos de sordo-ceguera, que combinan las discapacidades auditiva y visual. La persona que sufre de sordo-ceguera no puede ser comparada a un sordo ni a un ciego, ya que la persona ciega y la persona sorda utilizan sus sentidos de forma complementaria: la persona con discapacidad visual trabaja más su audición y la persona sorda cuenta más con su visión. En el caso de la sordo-ceguera, esta complementariedad no ocurre - es otra discapacidad. Es por esta razón que escribimos esta discapacidad con una única palabra, "sordoceguera".

El grupo más numeroso de sordociegos está compuesto por personas con 65 años o aún más mayores, que adquirieron la discapacidad sensorial tardíamente. Las causas de la sordoceguera pueden ser:

accidentes graves;

síndrome de Usher (las manifestaciones clínicas de este síndrome de origen genético incluyen la sordera, que se manifiesta ya al principio de la vida y la pérdida visual que ocurre, en general, más tarde);

sordoceguera congénita, resultante de enfermedades como la rubéola o de nacimientos prematuros.

Es difícil imaginar como una persona sordociega se comunica, pero esto es posible. Los sordo-ciegos tienen diversas formas de comunicarse con las otras personas.

Es posible para el sordo-ciego escribir en la mano de su intérprete, utilizando el alfabeto manual de los sordos, deletreando las palabras o él puede redactar sus mensajes en sistema braille, que es un alfabeto compuesto por puntos en relieve creado para la comunicación de los portadores de discapacidad visual.

Existe además el alfabeto moon, que sustituye las letras por dibujos en relieve y el sistema pictográfico, que usa símbolos y figuras para designar los objetos y acciones.

Hay casos de niños sordo-ciegos que desarrollan condiciones de recibir educación con los sordos, comunicándose en lengua de señas y usando el braille para el conocimiento de la lectura y escrita. Pero para que esto ocurra, es necesario que la intervención sea precoz, o sea, cuando el niño sea bien pequeño. Cada sordo-ciego adulto tiene el derecho de decidir cual va a ser su forma de comunicación, para que participe de las actividades en casa, en el trabajo y en el ocio.

El autismo como síntoma

Etimológicamente, el término autismo proviene de la palabra griega eaftismos, cuyo significado es “encerrado en uno mismo”, y su introducción en el campo de la psicopatología fue obra del psiquiatra suizo Eugen Bleuler que en su obra Dementia Praecox or the Group of Schizophrenias (Traducción al inglés de 1950. Original en alemán de 1913) utiliza el vocablo autismo para definir uno de los síntomas patognomónicos de la esquizofrenia. Para Bleuler, el síntoma autista consiste en una separación de la realidad externa, concomitante a una exacerbación patológica de la vida interior. De este modo, la persona que padece esquizofrenia (y siempre según Bleuler) reacciona muy débilmente a los estímulos del entorno, que además es percibido con animadversión. En la mayoría de casos, el objetivo de esta conducta es no perder la concentración en las fantasías internas, pero en algunos enfermos este aislamiento sirve para frenar un aumento de las emociones, ya de por sí muy elevadas como consecuencia de su sensibilidad hipertrofiada. Según el psiquiatra suizo, esta ruptura mental con el exterior no es absoluta, de manera que la conciencia en relación con hechos cotidianos puede estar relativamente bien conservada, y sólo en los casos más severos de estupor observamos un aislamiento absoluto.

Pero Bleuler va más allá en la definición del “síntoma autista”, y en la misma obra desarrolla el concepto de “pensamiento autista” que, según él, tiene su origen en la fragmentación esquizofrénica de la mente. Según Bleuler este tipo de pensamiento se caracteriza por estar dirigido por las necesidades afectivas del sujeto y por su contenido fundamentalmente simbólico, analógico, fragmentado y de asociaciones accidentales. La realidad objetiva es substituida normalmente por alucinaciones y el paciente percibe su mundo “fantasioso” como real y la realidad como una ilusión

El autismo como síndrome

“Desde 1938, ha llamado nuestra atención un número de niños cuyas características difieren, de forma tan marcada y única, de todo lo descrito hasta ahora que cada caso merece –y espero que alguna vez lo reciban- una consideración detallada de sus peculiaridades fascinantes”. Así empezaba el primer artículo del psiquiatra estadounidense Leo Kanner (1943), en el que se definía por primera vez el síndrome autista. En este escrito se describían once casos (ocho niños y tres niñas) que, con independencia de sus diferencias interindividuales, presentaban una “serie de características esenciales comunes”, concretándose la alteración patognomónica fundamental en la “incapacidad para relacionarse normalmente, desde un principio, con personas y situaciones”. El autor

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