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Documento para la discusión política


Enviado por   •  30 de Marzo de 2016  •  Apuntes  •  1.372 Palabras (6 Páginas)  •  95 Visitas

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Documento para la discusión política.

  1. Política internacional, volver a la práctica del latinoamericanismo y a la relación prioritaria con las fuerzas progresistas de todo el mundo.
  2. Política económica: entender que la política económica que rige Chile coloca a la inmensa mayoría de nuestro pueblo y nuestros militantes en condición de víctima de su afán concentrador y expoliador de riquezas básicas
  3. Democracia interna partidaria: requerimos desconcentrar el poder y descentralizarlo. Es urgente que se separe la condición de mandatarios y mandatarias del partido de la condición de dirigente partidario o partidaria, pues la exacerbada concentración sólo resta poder a la base y alimenta en extremo el caudillaje y las prácticas de lotes internos en el partido, quitando espacio a la expresión democrática interna y a la necesaria existencia de la diversidad de posiciones políticas, fortaleciendo prácticas reaccionarias de quienes defienden espacios personales de poder. Para esto reividicamos el núcleo como la instancia base de militancia regular en el partido, sea este territorial o temático debe transformarse en obligación para poder participar de la vida partidaria regular en todo los ámbitos del PS; en lo que se refiere a  la descentralización de las decisiones, un ejemplo claro del ridículo al que lleva el centralismo es la propuesta de armado de algunos territorios para el congreso, sin tomar en cuenta distancias, aislamiento, quien sea que piense que solo el número de militantes es suficiente para organizar la representatividad de un territorio sólo da cuenta de un profundo desconocimiento de las particularidades de nuestro país. ¿Cuántas comunas pequeñas de Chile no pudieron participar de este proceso congresal como corresponde?
  4. Por esto, hacemos un llamado urgente a que el XXX Congreso Michelle Peña Herreros, convoque a una Conferencia Nacional de Organización que se haga cargo de dotar al Partido Socialista de Chile de una orgánica que esté a la altura de los desafíos que enfrentamos.
  5. Los y las mandatarias del partido, en tanto son electos y electas, en cupos negociados por el Partido Socialista de Chile, se deben a la base partidaria y a los órganos de decisión partidarios de su territorio. Hoy no existe ningún espacio de diálogo y control político entre la militancia y quienes nos representan en distintas esferas del Estado. No tenemos como entregar sugerencias, hacer análisis, o comunicar nuestro pensamiento. La mayor parte de los y las mandatarias sólo se acercan a las instancias regulares del partido cuando enfrentamos procesos eleccionarios.
  6. Requerimos que le se reconozca a la máxima instancia de expresión política de base partidaria, que es el congreso ideológico, la importancia que tiene y no se organice con poco tiempo, corriendo y con pocas condiciones de que efectivamente llegue a la instancia nacional las propuestas de las comunas. Nos llama la atención el rol que se le asigna en este proceso al congreso regional, que con la presencia de toda la dirigencia partidaria, de mandatarios y mandatarias, y con la presencia minoritaria de los y las delegadas al congreso, discute las propuestas de la región; en un espacio con tan clara desigualdad de poder no se puede cautelar la libertad de expresión de los y las delegadas oficiales al congreso, lo que se hace en esta instancia es que los mismos y las mismas de siempre, en cada región, actúen como censores y censoras de la voz y la voluntad de la base. Tal tendencia a la concentración actúa en contra de la democracia interna, incluso si mandatarios y mandatarias quisieran lo contrario.
  7. Rescatamos la validez del Estatuto del Partido, y de sus documento programáticos del año 1947 y 1990, que dan cuenta del pensamiento socialista respecto de temas tan relevantes como la orgánica interna, la relación con los actores y movimientos sociales, con la concentración de la riqueza, con la recuperación de nuestras riquezas básicas (CHILE ES UN PAÍS RICO, no se justifica que quienes viven en nuestro territorio vivan la angustia permanente de la explotación, los bajos sueldos, la precariedad y el alto endeudamiento), y la necesaria lucha por la igualdad, misma que no se puede dar sin transformar el modelo rentista y de concentración de la riqueza en el que vivimos. También en dichos documentos doctrinarios se definen nuestras relaciones internacionales, con  las fuerza del progresismo, el latinoamericanismo en el marco del apoyo a las fuerzas progresistas del continente. Los personeros del Partido Socialista de Chile, a este respecto han desperfilado a nuestro accionar partido y hoy somos visto como un partido indiferente al avance del progresismo en nuestro continente, que le da la espalda a quienes debiéramos considerar nuestros compañeros y compañeras en el resto del mundo. Vergonzosa ha sido nuestra reciente acción de algunos dirigentes en el acontecer venezolano y el silencio cómplice respecto del golpe blanco que vive Dilma Roussef en Brasil, por nombrar solo 2 ejemplos.
  8. Relación con el Estado:  ésta ha dejado de ser un eje de la discusión política estructural del partido y de nuestro modelo de sociedad. Al Estado ya no lo discutimos políticamente, sino que nos comportamos mayoritariamente como clientes de éste y de las políticas públicas, como integrantes de la bolsa de trabajo del partido (desde trabajos menores hasta jefaturas nacionales), y no nos relacionamos como ciudadanos conscientes y con opinión política. Nuestra forma de relacionarnos con el Estado en estos últimos años ha estado condicionada por la esperanza de ser parte del reparto y no como actores críticos que miramos y estamos en el diseño de las políticas públicas, desde el mandato político socialista de luchar contra la desigualdad y promover un marco de relaciones sociales en que el desarrollo en condiciones dignas de todas las personas sea posible. Esta cultura ha permeado discusiones tan importantes como por ejemplo, la nueva Constitución Política, seguimos siendo prisioneros de nuestros miedos y ni siquiera hemos promovido espacios políticos internos de discusión que permitan analizar escenarios de cambio que puedan dar cuenta de la necesidad de transformaciones estructurales.
  9. Corrupción y ruptura de la ética socialista. Somos herederos y herederas de una larga tradición de hombres y mujeres cuya honradez y sentido de entrega a la causa del socialismo llegó hasta poner su vida a disposición de su compromiso, y en medio de ello pusieron sus ingresos y aportaron con su capacidad intelectual y de organización social, que nos hacía ser orgullosamente militantes de este partido. Hoy, las cosas han cambiado, y aun cuando no somos un partido mayoritariamente metidos en escándalos públicos nos ha faltado claridad y acción decidida de nuestra dirigencia nacional respecto de tomar distancia o negar enfáticamente ser parte de ciertas prácticas. A este respecto nos llama la atención el silencio de la Presidenta de nuestro partido, compañera Isabel Allende Bussi, cuando se la vincula recibiendo asesorías políticas de Enrique Correa quien no sólo se ha enriquecido con el tráfico de influencias, entre otros traficó influencias para Julio Ponce Lerou, sino que además justifica todo el ingreso de platas desde las grandes empresas a los partidos políticos. Exigimos de quien nos dirige, sea quien sea, que se manifiesta clara y fuertemente en contra de estas prácticas y que establezca las distancias políticas necesarias. Es lo mínimo que debe hacer quien pretenda hablar por todos nosotros y nosotras. En cuanto a Enrique Correa, si aún se mantiene en el padrón de militantes, exigimos sea expulsado del Partido Socialista de Chile; quien defiende dinero ensangrentado no debe ser compañero nuestro.
  10.  Respecto del retorno de militantes que están fuera de nuestra orgánica:  
  1. Los y las militantes que renuncian a su militancia al Partido Socialista de Chile para conformar ser candidatos y candidatas en listas diferentes a lo que se ha definido como nuestra política de alianzas y que luego solicitan al congreso volver al seno de nuestro partido, debieran presentar esta solicitud sólo ante el segundo congreso después de su salida.
  2. Quienes son expulsados o expulsadas por faltas graves a la ética partidaria, debiera poder presentar solicitud de reingreso al tercer congreso posterior a su expulsión.
  1.  El partido  debe retomar como su eje central de discusión la lucha por los derechos sociales, económicos y culturales de los chilenos y chilenas, y de todas las personas que viven en nuestro territorio. Respetando la diversidad cultural, lingüística, religiosa, de género, territorial, etárea, sexual, etc.

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