EL CASO DE LUCÍA

El siguiente ensayo tratará acerca de una lectura vista en el curso de ambientes de aprendizaje, se propondrá así mismo una posible solución en caso de que yo hubiese estado en el lugar de la protagonista.

Recuerdo que desde muy pequeña siempre mal miré a la escuela. Los profesores eran mi tormento y pensar en aprender era totalmente abrumador para mí. ¿Quién pensaría que ahora estaría preparándome para formar parte de esa labor? Absolutamente nadie. Ni yo.

Ese miedo que cargue conmigo desde la niñez aún lo poseía, a pesar de haber visto películas de profesores que superaban sus propios temores. Pero no fue sino hace poco, en la clase de ambientes, mi impresión acerca de una lectura que hablaba de una profesora recién egresada desvió el terror que me causaba estar frente a un salón de clases y responsabilizarme de niños. ¡Niños de verdad!

Lucía, como ya mencioné, era una profesora que no hacía mucho tiempo se había graduado de la universidad. Llegó a un pueblo de lo peor: cerrado a ideas innovadoras, personas agresivas y poco preocupadas por el futuro de sus hijos. “¡Pobre Lucía!” pensé. Pero sólo entonces una idea se me vino a la cabeza: ¿qué hubiera hecho yo en su lugar? Digo, porque voy para allá, y si me toca una escuela rural como la de la anécdota…

En fin, volviendo a la historia, el salón no era un lugar para crear buen ambiente de aprendizaje, sucio y desordenado; sin recursos para el aprendizaje, sin comodidad y sin seguridad para los niños.

No sé ella, pero yo me hubiera armado de valor y contra todo y todos. Se oye fácil, lo entiendo; se dice fácil, lo acepto; ¡pero no hay otra manera!

Ahora lo más importante: ¿cómo lo haría? Bien, pues no dormí por pensar y pensar. No dormí porque llegué a la conclusión de que no podría mirar a mis alumnos y decirles que ellos están así porque no me atreví a luchar. Quiero mejorar sus condiciones porque según Duarte “conceptualizar los ambientes educativos puedan construirse, abre posibilidades cautivantes de estudio, aporta nuevas unidades de análisis para el tratamiento de problemas escolares y, sobre todo, ofrece un marco conceptual con el cual comprender mejor el fenómeno educativo, y de ahí poder intervenirlos con mayor pertinencia.”

Vigotsky propone en el texto “modelo constructivista social del aprendizaje y la enseñanza”, que el objetivo principal de la educación un entorno en el que los estudiantes, pro diversos que sean sus antecedentes, participen en colaboración en actividades productivas y deliberadas que les permitan: apropiarse de aptitudes, conocimientos y valores de la cultura general para participar de una manera eficaz en la sociedad desarrollar la predisposición a actuar de una manera creativa, responsable y reflexiva desde su propio potencial y, lo más importante, construir una identidad personal.

Primero, hablar con los padres, segundo

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