EL HOMBRE Y LA IGUALDAD

EL HOMBRE Y LA IGUALDAD

El hombre

Hablar acerca del hombre desde sus diversos puntos de vista, tanto en épocas antiguas así como en la actualidad, se presenta como un tema de bastante amplitud y de gran discusión, esto debido a las diversas teorías y pensamientos que presentan su creación, su existencia, su problemática, sus relaciones, su propósito de vida, entre otros; por lo que en el presente trabajo los investigadores presentarán diversos aspectos relacionados con lo que es el hombre, desde las siguientes perspectivas.

El hombre económico (homus economicus)

Esta postura considera al hombre como una persona de intereses irreductibles, que tiende a conducirse de forma económica, es decir manejando una conducta de análisis y dominio en todo lo que desarrolla en su entorno y está relacionado con lo económico, en la que aplica diversos métodos y múltiples estrategias, (Bermudo, 2007). El hombre económico, podría adoptar maneras del altruista reciproco en un entorno propicio a cruzarse con otros altruistas, incorporando un sentido de lo justo e injusto, de manera más amplia que su propio interés, (Bosch, Carrasco, Grau y Tello, 2005)

El Hombre político (homus policitus)

Se considera que el hombre político es parte de un abanico del hombre cívico y lo que busca es el desarrollo de su personalidad por medio de la práctica de la política y las influencias, para alcanzar el poder, que es una de las grandes razones por las que se unen a la política, (Fernández, 2009). Otro de los aspectos del hombre político es que presenta preocupación y le apasiona el bienestar común de los demás, (Guitton, 2005). Además busca tener éxito en las cosas que hace, moviéndose en una esfera política, por medio de su criterio, sus talentos, cualidades y habilidades, (Martínez, 2007).

El hombre social

Algunos consideran que el hombre puede ser social por naturaleza propia y esto porque fue creado por Dios con esas virtudes y características para que ayudara y sea caritativo con los demás; sin embargo otros afirman que no puede ser social por naturaleza, puesto que el hombre es un ser perverso que solo piensa en sí mismo; lo que si queda claro, es que el hombre fue creado o existe para ser sociable, para relacionarse con los que lo rodean, ya sea por naturaleza o por desarrollo de si mismo, (Fernández, 1999).

El hombre evolutivo

Cuando se habla del hombre desde el punto de vista evolutivo, se presentan muchas posturas así como grandes teorías, las cuales, a través de diversos estudios y experimentos pretenden afirmar que el hombre no proviene de una creación perfecta originada por Dios, sino que proviene de un proceso evolutivo que duro millones de años para que llegue a ser lo que hoy es; la opinión tradicional parte de la base de que una vez iniciado el proceso evolutivo del ser humano incipiente se aceleró por sí solo, (Reichholf & Blanch, 2001).

Esta teoría considera que el hombre es hijo de la evolución, es un fenómeno radicalmente biológico y animal: se considera que su estructura ha sido modelada a través de un proceso en las que han transcurrido innumerables fases pre-ambulares, en las que una serie de órganos analógicos y homogéneos a los del hombre han servido para preparar su llegada, (Ruiz, 1999).

El Hombre a la imagen de Dios (imago Dei)

La creación de la humanidad es un motivo especial en el relato de la creación, pues la obra creadora de Dios no se completa con la creación de los animales en el sexto día sino con la creación de la vida humana, (Alomia, 2004). El hombre es un ser creado a la imagen de Dios que por medio de la palabra de Cristo llego a ser un ser viviente, (Veloso, 1990). Por lo que “no existe fundamento alguno para la suposición de que el hombre llegó a existir mediante un lento proceso evolutivo de las formas más bajas de la vida animal o vegetal”, (White, 2005)

Dios hizo al hombre de la materia que Él mismo creó, sin embargo a diferencia del resto de la creación que fue por medio de su palabra, al crear al hombre, Dios lo hizo de una forma bastante especial, porque se tomó la paciencia de moldearlo con sus propias manos del polvo de la tierra, dando como resultado un varón fuerte y robusto; así mismo de una costilla del varón formó a una bella y escultural mujer; no tomando ningún modelo ajeno, sino que escogió hacer su propia imagen y semejanza como diseño de creación para el hombre; por ello se dice que el ser humano es imagen y semejanza de Dios, (Alomia, 2004).

Al ser creado a su imagen, conforme a su semejanza, “el hombre fue puesto como el representante de Dios en la tierra frente a otros seres más pequeños e inferiores que no pueden comprender ni reconocer al igual que el hombre la soberanía de Dios, pero que si fueron creados con la capacidad de amar y servir al hombre”, (White, 2005)

White, 2005, menciona con respecto a la soledad del hombre que entre todas las criaturas que Dios creó no se hallaba ayuda para el hombre por lo que Dios considero que no era bueno que el hombre estuviese solo de tal modo que lo hizo caer en un sueño profundo y de una de sus costillas creó a una bella mujer para que sea su ayuda idónea y compañera; pues el hombre no había sido creado para qué estuviese solo sino que debería tener una compañía y una ayuda para él.

Es interesante notar que tanto en la creación del hombre como en la creación de la mujer, Dios actuó de manera personal y exclusiva, por lo que cuando creó a la mujer hizo dormir al hombre; por ello se dice que varón y hembra los

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