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EL LIDERAZGO Y LAS COMPETENCIAS PROFESIONALES DEL SIGLO XXI


Enviado por   •  7 de Abril de 2012  •  2.235 Palabras (9 Páginas)  •  1.402 Visitas

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EL LIDERAZGO

Y

LAS COMPETENCIAS PROFESIONALES DEL SIGLO XXI

Análisis lexicológico del término competencia

Desde el punto de vista etimológico, encontramos el origen del término competencia en el verbo latino “competere” (ir al encuentro una cosa de otra, encontrarse) para pasar también a acepciones como “responder a, corresponder” “estar en buen estado” “ser suficiente”, dando lugar a los adjetivos “competens-entis” (participio presente de competo) en la línea de competente, conveniente, apropiado para; y los sustantivos “competio-onis” competición en juicio y “competitor-oris” competidor, concurrente, rival.

Desde el siglo XV nos encontramos con dos verbos en castellano “competir” y “competer” que proviniendo del mismo verbo latino (“competere”) se diferencian significativamente, pero a su vez entrañan semánticamente el ámbito de la competencia.

1. “Competer”: pertenecer o incumbir, dando lugar al sustantivo competencia y al adjetivo competente (apto, adecuado).

2. “Competir”: pugnar, rivalizar, dando lugar también al sustantivo competencia, competitividad, y al adjetivo competitivo.

COMPARACION ENTRE DIFERENTES NOCIONES DE LA COMPETENCIA

COMPETIR COMPETER COMPETENCIA

Diccionario de la Real Academia de Lengua Española • Contener dos o más personas entre sí, aspirando unas y otras con empeño a una misma cosa

• Igualar una cosa a otra análoga, en la perfección o en las propiedades • Pertenecer, tocar o incumbir a uno alguna cosa • Disputa o contienda entre dos o más sujetos sobre una cosa.

• Oposición o rivalidad entre dos o más que aspiran a obtener una misma cosa.

• Incumbencia.

• Aptitud, idoneidad.

• Atribución legitima a un juez u otra autoridad para el conocimiento o resolución de un asunto.

Gran Enciclopedia Larousse • Contener dos o más personas entre sí, para lograr la misma cosa.

• Igualar una cosa a otra en su perfección o propiedades. • Pertenecer, tocar o incumbir a uno una cosa. • Disputa o contienda entre dos o más sobre alguna cosa.

• Rivalidad, oposición entre dos o más personas.

• Incumbencia.

• Aptitud, idoneidad.

DEFINICIONES DE COMPETENCIAS

Entre los diferentes enfoques sobre la definición del término competencia, pudimos verificar que las competencias hacen alusión a:

• “Posesión y el desarrollo de destrezas, conocimientos, actitudes adecuadas y experiencia suficientes para actuar con éxito en los papeles de la vida”.

• “La capacidad de usar el conocimiento y las destrezas relacionadas con productos y

procesos y, por consiguiente, de actuar eficazmente para alcanzar un objetivo”.

• “La aplicación de las destrezas, conocimientos y actitudes a las tareas o combinaciones de tareas conforme a los niveles exigidos en condiciones operativas”.

• “Conjunto de conocimientos, destrezas y aptitudes necesarias para ejercer una profesión, resolver problemas profesionales de forma autónoma y flexible y ser capaz de colaborar en el entorno profesional y en la organización del trabajo.

• “Capacidad de un individuo para realizar una tarea profesional según ciertos estándares de rendimientos, definidos y evaluados en unas condiciones específicas, a partir de un método de descomposición de funciones y tareas en niveles y unidades de comportamiento observables, adecuados de criterios precisos de rendimiento.

CARACTERIZACION DE LAS COMPETENCIAS

1. Una primera nota característica en el concepto de competencia es que comporta todo un conjunto de conocimientos, procedimientos y actitudes combinados, coordinados e integrados, en el sentido que el individuo ha de “saber hacer” y “saber estar” para el ejercicio profesional. El dominio de estos saberes le hacen “capaz de” actuar con eficacia en situaciones profesionales. Desde esta óptica, no sería diferenciable de capacidad, erigiéndose el proceso de “capacitación” clave para el logro de las competencias. Pero una cosa es “ser capaz” y otra bien distinta es “ser competente”, poseyendo distintas implicaciones idiomáticas.

2. Las competencias sólo son definibles en la acción. Las competencias no son reducibles ni al saber, ni al saber-hacer, por tanto no son asimilables a lo adquirido en formación. Poseer unas capacidades no significa ser competente. Es decir, la competencia no reside en los recursos (capacidades) sino en la movilización misma de los recursos. Para ser competente es necesario poner en juego el repertorio de recursos. Saber, además, no es poseer, es utilizar.

3. No es suficiente con verificar que elementos son constitutivos de las competencias. Cabría pues, más allá de lo dicho respecto a las capacidades y competencias, asumir que no es suficiente con el proceso de capacitación –por ende posibilitador de las capacidades y apoyado en la formación- sino que en este terreno la experiencia se muestra como ineludible. Las competencias pueden ser adquiridas a lo largo de toda la vida activa, constituyendo, por tanto, un factor capital de flexibilidad y de adaptación a la evolución de las tareas y los empleos.

4. El contexto, por último, pues, es clave en la definición. Si no hay más competencia que aquella que se pone en acción, la competencia no puede entenderse tampoco al margen del contexto particular donde se pone en juego. Es decir, no puede separarse de las condiciones específicas en las que se evidencia.

ENFOQUES SOBRE LAS COMPETENCIAS

Existen tres enfoques, que evidencian globalmente el aspecto teórico sobre competencias:

1. Enfoque conductista: que entiende la competencia dentro de las conductas discretas asociadas con la conclusión de tareas atomizadas. Pretende realizar una especificación transparente de competencias de manera que no existan desacuerdos respecto a lo que constituye una ejecución satisfactoria. Este enfoque no se preocupa por las conexiones entre las tareas e ignora la posibilidad de dicha ligazón que podría propiciar su transformación (La totalidad no es más que la suma de las partes).

En este enfoque, además, la evidencia de la competencia (su evaluación) se realiza a partir de la observación directa de la ejecución.

2. Enfoque genérico: se concentra sobre aquellas características generales del individuo que son cruciales para una actuación efectiva. Prioriza los procesos subyacentes (conocimiento, capacidad de pensamiento

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