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EL PROCESO DE MEDIACIÓN PEDAGÓGICA EN EL NIVEL INICIAL


Enviado por   •  20 de Enero de 2014  •  2.109 Palabras (9 Páginas)  •  426 Visitas

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ENSAYO: “EL PROCESO DE MEDIACIÓN PEDAGÓGICA EN EL NIVEL INICIAL”

Primeramente, considero importante mencionar que el niño y la niña desde el momento de su nacimiento tiene una motivación innata de aprender y las características y cualidades para realizarlo por sí mismo.

Por lo tanto, lo mejor que podemos hacer por ellos las personas adultas y en nuestro caso como docentes es brindarles las herramientas necesarias y el ambiente propicio para que desplieguen todo su potencial; de esta manera, se estará cumpliendo con el propósito de “aprender haciendo”, lo cual como bien sabemos implica que el niño y la niña se constituye en su propio docente; es decir, ellos mismos son los constructores de su propio aprendizaje.

Todo lo mencionado anteriormente, lo expreso porque siento la necesidad de hacer conciencia en la población de que los niños y las niñas son personas que sienten, piensan, pero sobre todo que poseen una amplia gama de habilidades y conocimientos que se necesitan potenciar.

Igualmente, es preciso rescatar que “los maestros tenemos que dejar de enseñarle a alumnos y empezar a enseñarle a individuos, a seres humanos. Esto quiere decir, que debemos dejar de concentrarnos en las debilidades de los alumnos para remediarlas y empezar a trabajar con las fortalezas y en las aptitudes del individuo”. Esto sin duda alguna, nos deja reflejado nuestra responsabilidad como docentes al propiciar a los niños y las niñas diversas experiencias que contribuyan a estimular las áreas débiles y potenciar aún más las áreas fuertes que presenten.

Asimismo, debemos tomar en cuenta que la infancia se constituye en una etapa inherente de todo ser humano y en un proceso que se va desarrollando progresivamente con la ayuda no solamente del ámbito educativo, sino también del contexto familiar, ya que muchas veces la sociedad tiene la concepción errónea de que la institución educativa es la única encargada de enseñar y propiciar experiencias que conlleve al aprendizaje de los niños y las niñas; sin embargo, actualmente se sabe que la formación de todo niño y niña va a depender de una responsabilidad que le compete y que es compartida tanto por el ambiente escolar como el familiar.

También, es importante tener claro que dicha etapa de desarrollo resulta ser la más significativa del individuo, ya que en ésta se estructuran las bases primordiales de la personalidad, así como de la conducta social que en las sucesivas etapas del crecimiento se consolidarán y perfeccionarán. Y es precisamente aquí donde interviene nuestra futura labor como docentes, ya que resulta sumamente importante brindarles a los chicos y las chicas una oportuna formación desde sus primeros años de vida, la cual se verá reflejada posteriormente en un futuro.

Igualmente, considero indispensable que existan docentes verdaderamente entregadas y comprometidas con su labor, para que de esta forma los niños y las niñas aprendan a ser personas críticas, capaces de expresar sus diversas opiniones y sentimientos, así como respetar los de los demás. Del mismo modo, creo que ser educador significa saber amar y comprender claramente la influencia que puede proyectarse sobre los niños y las niñas; y sobre todo, estar conciente de la enorme responsabilidad que implica el hecho de contribuir a conformar el mundo del mañana.

Además, se dice que “el amor que sienta un educador o educadora por lo que hace, dice y crea será el ingrediente fundamental que contribuirá a que sus lecciones dejen huella imborrable en la mente de quienes participan en los procesos de construcción de conocimientos” . Y es que sin duda alguna, una de las etapas que marca y que resultan ser más trascendentales y significativas para toda persona es precisamente la inicial, que va de los 0 a los 6 años; por esta razón, se dice que el docente tiene el poder de cambiar para bien o para mal la vida de los niños y las niñas; por este motivo considero que esta profesión requiere de personas con vocación y que estén cada día más comprometidas con el propósito de formar individuos que hayan desplegado todas sus potencialidades y capacidades.

Desde esta perspectiva, un aspecto importante que se debe tener presente es que el docente no debe de considerar el título como el fin de su proceso de aprendizaje, sino, más bien, como el inicio de una vida profesional que exige una ampliación de conocimientos y una construcción constante. Por esta razón, es fundamental que los docentes asistan con frecuencia a capacitaciones o charlas sobre diferentes temáticas que contribuyen con su crecimiento tanto a nivel personal como profesional.

De igual forma, como bien sabemos la labor del docente debe darse de una manera integral, es decir debe contemplar tanto aspectos educativos como sociales, lo cual significa que para que el proceso educativo sea un verdadero éxito debe tomarse en cuenta el contexto, la comunidad y la familia de cada niño y niña.

Por esta razón, es imprescindible que la docente le de mucha relevancia al hecho de que la familia y la comunidad se involucren e incorporen a las diferentes actividades que se organicen; lo cual va a reflejar el gran compromiso por parte de ella, al darse cuenta de la importancia que tiene el contexto del niño y la niña para el quehacer educativo; ya que de esta manera, podrá identificar las distintas características, necesidades e intereses de los niños y las niñas y así buscar las estrategias o métodos necesarios y adecuados para propiciar aprendizajes potencialmente significativos.

Asimismo, es importante tomar en consideración que “la educación no se da en el vacío, sino por el contrario, en un momento histórico determinado y en el contexto de una cultura ya sea a nivel familiar, comunal o social, requiriendo por ello la participación oportuna y coordinada de padres de familia, educadores, miembros de la comunidad y la sociedad en general”.

En este sentido, se puede decir que tanto la familia como la comunidad desempeñan un papel fundamental para el desarrollo del currículo y se constituyen en un recurso indispensable que facilita los procesos de enseñanza-aprendizaje; por este motivo resulta esencial la participación e incorporación de éstas en diferentes actividades como por ejemplo talleres, excursiones, celebraciones del Día del Niño, ventas de comidas para recaudar fondos y otras actividades que organice la institución educativa donde se halle inmerso el niño o la niña.

Igualmente, es importante resaltar que “aunque los niños y las niñas aprendan muchas cosas mediante una interacción directa y no planificada con el mundo que les rodea, la interacción más rica y significativa se produce por la mediación de otras personas que los ayudan a adquirir conceptos,

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