ENSAYO SOBRE LOS DEBATES DE LA POLÍTICA ANTIMONOPOLIO

ENSAYO SOBRE LOS DEBATES DE LA POLÍTICA ANTIMONOPOLIO

A lo largo de los últimos años, el Perú ha sido uno los países con un crecimiento rápido en el ámbito económico, con una tasa de crecimiento promedio de 5.9 por ciento en un área de baja inflación. La existencia de un entorno externo favorable y políticas macroeconómicas prudentes ha logrado generar un crecimiento exponencial en el desarrollo del empleo y con ello ha reducido las tasas de pobreza en nuestro país.

Con ello podemos decir que ha habido un crecimiento moderado del mercado peruano, ello nos lleva a evaluar los diferentes tipos de mercado de acuerdo a la oferta y demanda de estos, tales como lo son: El monopolio y oligopolio.

El monopolio vendría a ser un tipo de mercado donde una empresa conformada por una o varias personas, tienen el poder total de la venta de un producto o servicio determinado. En un monopolio no existe otras personas que puedan ofrecer ese bien o servicio, es decir, no hay competencia.

Un claro ejemplo de monopolio en el Perú, es SEDAPAL. La actividad principal de esta empresa es la capacitación, potabilización y distribución del agua para uso doméstico, comercial e industrial. La cantidad demandada de SEDAPAL del 2010 ha pasado de ser 1317,6 a 1386,7 millones en el 2012. Esta empresa se caracterizó por tener un sistema de precios discriminatorio para el área en donde se otorgará el servicio; sin embargo, este precio ha ido variando con los años.

Esta es la razón por la cual la participación del estado es muy importante en la regulación del servicio que brinda SEDAPAL, ya que el consumo de agua potable es una gran necesidad para el pueblo peruano. Gracias a que estos regulan los precios y las tarifas del consumidor, existen ciertos rangos del que cada persona o entidad pueda pagar.

Por otra parte, en el oligopolio existen competidores los cuales pueden controlar la oferta del mercado. De esta manera tienen el suficiente control para regular los precios y la producción del producto a ofrecer.

En el caso del oligopolio, tomaré como ejemplo el mercado de las bebidas energéticas, ya que en nuestro país ha aumentado su demanda y ha pasado de 6 millones de litros en el 2003 a 15 millones en el 2004, así que las principales empresas en este rubro se han inclinado por seguir distintas estrategias para lograr una mayor ganancia.

Este rubro empezó con el ex monopólico Gatorade. En un principio dominaba el mercado ya que no tenía sustitutos, ello nos permite decir que era un bien inelástico. Luego entra al mercado una nueva bebida con características muy similares, pero con un precio menor que lo que ofrecía Gatorade, obligando a la empresa a bajar su precio, fue así como Sporade se convirtió en uno sus competidores. Posteriormente entra al mercado de las bebidas Powerade, pero solo con ciertos cambios en cuanto a los componentes usados en la elaboración del producto.

Finalmente podemos afirmar que esta característica convierte a este rubro en un ejemplo de oligopolio, en la cual la toma de decisiones dependerá netamente de las acciones que tomen las empresas en competencia para mantenerse en el mercado.

Esto nos da a entender que existen entidades que pertenece a un tipo de mercado, ya sea o bien el monopolio o el oligopolio. Ya que ciertas empresas como hemos podido notar asumen el reto de tener una competencia directa con otras o simplemente adueñarse del mercado al que deciden encaminarse, es por ello que decidí centrarme más en el mundo del oligopolio, el cual para poder emplearse de una manera adecuada debe de cumplir con una serie de reglas para no volverse ilegal o en tal caso cambiarse a monopolio.

A todo ello se le conoce como la ley de Antimonopolio, la cual está encargada de controlar a los oligopolios y evita que estos cambien a monopolios o se comporten como tales. Por lo tanto, existen dos entidades gubernamentales que se encargan de que estás se cumplan de manera estricta y son: La FTC (Federal Trade Comission) y la AD del Departamento de Justicia de Estados Unidos.

En Estados Unidos existen dos leyes antimonopolio muy importantes y son: La Ley de Sherman de 1890 y la Ley de Clayton de 1914. Ambas tienen como objetivo impedir el monopolio.

La Ley de Sherman consiste básicamente en prohibir crear o intentar crear un monopolio o cartel. Un ejemplo que se aplica para entender esta ley seria lo que paso durante la década de 1880, en ese tiempo una gran cantidad de gente pulcra e importante del país se sintieron indignados por las acciones y prácticas que John D. Rockefeller ostentaba sobre el mercado del petróleo, ya que se dedicó a incrementar sus ganancias de una manera exponencial en las distintas áreas de producción, logrando perjudicar a un sinfín de empresas. Posterior a ello, enfrentó un juicio el cual le costó la desmembración de su entidad.

Por otro lado, está la Ley de Clayton, la cual complementó y fortaleció la Ley de Sherman; es decir dio una definición más a detalle de lo que consiste la ley antimonopolio.

Eso quiere decir que la ley antimonopolio defiende cualquier intento de creación de monopolio, por ello es necesario aclarar tres prácticas de dicha ley, las cuales se ven reflejadas en el mercado y ello ha causado un gran revuelo en muchas entidades, puesto que son cuestiones diarias que pasan en diferentes ocasiones en cualquier empresa.

Como primer punto se puede hablar del “Mantenimiento del precio de reventa”, para ello como ya sabemos existen muchos fabricantes que optan por vender el producto final de manera indirecta, la cual es una forma más fácil ya que se evitan el problema de preocuparse por si las ventas crecen o no, pues tienen a un distribuidor indirecto el cual se encarga de ver a quien otorgar los distintos paquetes de productos ya sea al por mayor o menor.

Esta práctica consiste en un acuerdo entre un fabricante y el distribuidor en el precio al que se revenderá el producto ya sea encima o por debajo del precio mínimo de reventa, de esta forma existirá un beneficio por ambas partes pues no es una decisión unánime, sino que cada quien verá lo que le conviene de este acuerdo.

Supuestamente estos acuerdos no son ilegales según con la Ley de Sherman, dado que no son anticompetitivos; sin embargo, el simple hecho de ya entablar cierto acuerdo entre entidades y distribuidoras, generaría de una manera indirecta la competencia por obtener el mejor precio según el trato logrado con alguna entidad.

Es por ello que en el 2007 la Suprema Corte de Estados Unidos dictaminó que un fabricante de bolsas podía imponer un precio mínimo a su producto, es entonces que se cumple esta práctica pues se da la libertad plena de elegir el precio, pero como ya había comentado antes, ello deja abierta mucha controversia en cuanto a la competencia que se daría entre las entidades que acepten o no la baja o subida de precio.

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