ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

ENTRE EL QUEHACER Y EL QUÉ HACER: UNA APROXIMACIÓN A LA SUBJETIVIDAD DE UNA "DOMÉSTICA"


Enviado por   •  24 de Junio de 2014  •  3.342 Palabras (14 Páginas)  •  157 Visitas

Página 1 de 14

ENTRE EL QUEHACER Y EL QUÉ HACER: UNA APROXIMACIÓN A LA SUBJETIVIDAD DE UNA “DOMÉSTICA”

INTRODUCCIÓN:

Definitivamente analizar la situación en la que se encuentran las más de trescientas mil mujeres que trabajan en el servicio doméstico (sean éstas catalogadas como las muchachas, las empleadas, las sirvientas, las “sobrinas “o “ahijadas” y en términos menos despectivos como trabajadoras del hogar) resulta en tanto complicado. Pues, desde mi punto de vista esta problemática como cualquier otra que suele ocurrir en nuestro país, puede ser abordada desde diversas posturas o enfoques; ya sea desde el punto de vista de género, el de juventud, el de trabajo, el de políticas públicas y hasta del enfoque de la colonialidad del poder, postura teórica propuesta por Aníbal Quijano.

Pues bien, el presente ensayo se centra, y condensa de algún modo, en la vida laboral de una joven de 24 años de edad que llega a Lima proveniente de Cajamarca, y que agobiada por la nefasta situación en la que se encontraba su familia decide migrar a Lima con la intención de forjarse un futuro distinto al que hubiera tenido en su natal Cajamarca. En tal sentido este trabajo parte de una constante observación de su contexto laboral y de entrevistas profundas, de modo que se logra en parte aproximarse al imaginario de esta joven, aproximación tal que saca a relucir aquellas características que son compartidas por jóvenes que se desempeñan como trabajadoras del hogar. Como hice mención en el párrafo anterior estos temas resultan complejos por la variedad de enfoques en los que pueden ser abordados, mas en este ensayo haré énfasis en las perspectivas de género, partiendo de Teresa Ojeda; y de la colonialidad del poder, en tanto lo más importante resulta del análisis de la subjetividad de la participante.

El objetivo es descubrir qué es lo que hay detrás de las actividades realizadas a diario por una trabajadora del hogar, qué hay detrás de aquella relación vertical, y a veces rígida, entre los patrones y la empleada. En otras palabras se busca conocer el propio concepto de sí misma de la participante desde su situación y contexto, así como sus perspectivas al futuro y hacer evidente las relaciones de poder que nos fueron heredadas en la época de la colonia.

LO PASADO… PISADO?

Partiendo de Gonzalo Portocarrero (2007), es necesario señalar que esta suerte de empleo llamado servicio doméstico tiene sus orígenes en la época colonial, época en la cual los conquistadores buscaron (y sí que lo lograron) internalizar además de su lengua y religión, conceptos e ideas con relación al color de la piel y estatus. De manera que los indios al hacer propio estas ideas de raza y posición social resultaba más mucho más fácil para los españoles tenerlos bajo control y disponer de ellos como si se tratase de bestias de carga. De aquí que en adelante los indios tengan sentimientos de inferioridad y guarden un profundo respeto a sus patrones.

Esta atmósfera de violencia creada por los españoles se extendió en todos los ámbitos de la sociedad colonial, y es en al ámbito familiar donde se hace evidente y en donde además de instaurar un sistema racial de diferenciación ya existía la estructura patriarcal de la familia, propia de las familias europeas de la época.

Esta situación caracterizada por las diferencias de género y “raza” conllevó a invisibilizar por completo a las negras e indias que en calidad de sirvientas realizaban tareas domésticas en los hogares españoles o criollos. Este grupo de sirvientas al pertenecer a una raza inferior, sumado además el hecho de ser mujeres, carecía totalmente de derechos y beneficios. En tanto es desconcertante la situación de vulnerabilidad en la que vivían estas mujeres, de modo que eran objeto de todo tipo de humillaciones, maltratos y violencia sexual.

En la actualidad estas relaciones serviles aún persisten, aunque han cambiado de forma, en esencia son y reproducen aquel legado colonial que heredamos de nuestros conquistadores. Pues bien, como lo plantea Teresa Ojeda (2010), existe una práctica, conocida como “relaciones de compadrazgo”, que a menudo es realizada en las familias andinas y que consiste en la entrega de la hija (aún menor de edad) a la familia de algún conocido o allegado, o a la familia de la “tía” o “madrina” a cambio de que la niña obtenga mejores oportunidades en los referente a educación y salud. Para esto los padrinos-patrones se comprometen a criarla “como a una hija” y darle la “mejor educación” a cambio de que ésta realice las tareas domésticas del hogar.

Partiendo de esta práctica es como inicia su vida como empleada doméstica nuestra participante, pero creo necesario describir algunos sucesos que la marcaron antes de su partida a Lima. Yaqueline nos relata que cuando el matrimonio de sus padres rompió por completo, ya no existía amor de por medio (como ella misma lo dice) se convierte en una niña rebelde. Yaqueline tenía once años cuando sus padres deciden divorciarse, el ambiente en su casa, cuenta, era irrespirable y lo único que le hacía sentir bien era permanecer en las afueras de su pueblo con sus amigos y amigas. Asimismo la posibilidad de viajar a la capital rondaba su cabeza, era una opción para poder escaparse de tal situación que la atormentaba y la deprimía; pero el viajar a Lima no era algo que le quitara el sueño. Además de la ruptura de sus padres hay que sumarle que la relación que tenía con ellos no era del todo cercana, así hace evidente un cierto resentimiento, aunque ella no niega que quiera a sus padres.

Con mi mamá mhh… una relación… más o menos ah, no es una relación así que digamos de mamá a hija, que yo agarrara le contara mis cosas, no. Con mi papá tenía un resentimiento por lo que él mucho me pegaba, es que yo de niña era muy traviesa y me gustaba estar en la calle y no me gustaba hacer las cosas en mi casa…

Cuando el padre de Yaqueline decide irse de la casa quien toma la posta de “hombre del hogar” es su hermano mayor, y aquí me detengo y enfatizo en cuanto se hace evidente aquel patriarcalismo y machismo exacerbados que mora naturalmente en la idiosincrasia de muchas de las familias peruanas; y que partiendo del relato de Yaqueline, nos hace pensar que este mismo patrón de poder es reproducido constantemente sin freno alguno.

Pues bien, al irse el padre es el hermano quien “ata y desata” en las decisiones del hogar, llegando a tal punto de golpear a su hermana para que aprendiera a ser responsable con los quehaceres y no anduviera de vaga por la calle. Pero hay que resaltar

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (20 Kb)  
Leer 13 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com