El Aborto

Desde que se despenalizó el aborto en Colombia en el año 2006, según sentencia de la Corte Constitucional C – 355 del 10 mayo, basado en situaciones específicas o supuestos tasados, el tema ha causado gran revuelo tanto en la sociedad moralista como en la comunidad científica. Esto me hace preguntarme como a muchos, si realmente estamos haciendo lo correcto dando nuestra aprobación como ciudadanos a un acto tan delicado como lo es el aborto. Entonces me cuestiono, y he tenido la oportunidad de saber de algunos casos de aborto, que no han traído nada positivo a la mujer que lo practica, algunas han percibido un vacío que dicen que no pueden llenar a pesar de no haber deseado el embarazo. Lo lamentable del hecho, es que el aborto ha provocado más tristezas que alegrías, precisamente por las cuestiones éticas que se manejan a nivel de salubridad para el manejo y control de las clínicas de aborto, hoy por hoy el negocio es tan rentable, que cualquier garaje sirve de quirófano para practicar un aborto. Porque a los casos de aborto que cobija la ley, se le suman también los casos de adolescentes que ponen en riesgo su vida, por culpa de una “noche de euforia”. Pero para entrar más en materia, traeré a colación los casos específicos en los cuales se puede llevar a cabo el aborto dentro del marco legal en Colombia según la Corte Constitucional, nombraré punto por punto tratando de hacer una pequeña crítica constructiva a cada sentencia de aprobación.

La Corte Constitucional aprueba el aborto en caso de violación; en éste punto hay que ser muy objetivos y claros; primero que todo porque a mi parecer, el aborto no deja de ser un riesgo para la integridad de la mujer aunque se practique en las mejores clínicas, puesto que aunque todo salga “bien”, la mujer no vuelve a ser la misma a nivel físico ni psicológico. Segundo porque a mi parecer mientras las leyes no sean más rígidas en cuanto al tema de la violación, el aborto pareciera ser una cuartada para permitir el abuso y por ende un negocio para lucrar a las clínicas que pagan por licencias de funcionamiento para realizar dichos actos. Tan solo en nuestro país, según estadísticas del Instituto de Medicina Legal, son entre 14 mil y 17 mil las denuncias de abusos sexuales que se reportan anualmente ante diferentes entidades especializadas; me pregunto cuántos casos de estos terminan en embarazos no deseados. Lo peor de todo es que ésta cifra se refiere a los abusos realizados contra menores de edad, de los cuales el 85% fue en contra de niñas y el otro 15% a niños, sin sumarle los casos de abusos sexuales en contra de mujeres adultas. Lo cierto del tema es que mientras seamos tan flexibles con las condenas para abusadores sexuales, el tema de la violación seguirá haciendo mella sobre la cadena de valores de los buenos ciudadanos, y se seguirá poniendo en riesgo la integridad de las mujeres, que después de sufrir la indignación de ser violadas, después tienen que rematar la situación sometiéndose a otro tipo de violación, como en éste caso lo es tema del aborto.

A todo esto quiero añadir el ejemplo de una mujer víctima de múltiples violaciones con un corazón sobre humano; en la región del África subsahariana las mujeres son rebajadas a vivir lo más infrahumano que existe, éste es el caso de Alice una mujer congoleña que nos brinda éste escalofriante y al mismo tiempo amoroso testimonio. "Me violaron durante cinco días. No me pude negar. Llorando imploré a Dios que me ayudase a escapar. Deseas estar muerta. Pero la muerte no llega. Violada, violada. Te fuerzan por delante y por detrás. Aunque grites, no hay nadie. Estás ahí en la arena, te hacen eso durante días. No hay nadie que te ayude.

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